“Ser abusado a mis 12 años fue duro, callarlo y tratar de mantener en silencio…”, así comienza su doloroso relato una de las víctimas del sacerdote Alfonso “Pica” Pedrajas cuando estudiaba en el colegio Juan XXIII de Cochabamba. Ratifica y confirma otras versiones que señalan la existencia por años del encubrimiento de autoridades de la Compañía de Jesús —en sus distintos niveles— a los actos de pederastia que cometía el religioso y que dejó decenas de adolescentes (ahora adultos) ultrajados.