Cuatro “ángeles” que ayudan a cambiar la vida de niños y presos
Cuando María depositó un beso sobre la frente del joven que se recuperaba de un intento de suicidio en el hospital, un par de lágrimas cayeron sobre su rostro.
“¿Qué es lo que te ha pasado?”, preguntó ella. Él respondió: “Desde mis cuatro años que nadie me había dado una muestra de cariño”.
En ese momento, María de los Ángeles, hermana bizantina que cumple con la labor de la pastoral penitenciaria, entendió uno de los motivos que llevó al interno de la cárcel de San Sebastián a buscar la muerte. Entonces dijo: “Tienes un tiempo para reflexionar, yo te ayudaré”.
Las palabras de María no se las llevó el viento y, como anunció, se esforzó por cambiar la vida y mentalidad del joven, que finalmente tomó otro rumbo y valoró lo que tenía.
Ésta es apenas una historia de las muchas que guarda la mujer más respetada y querida de las cárceles de Cochabamba, la hermana María de los Ángeles Gonzales.
Llevar una vida colaborando en las necesidades y preocupaciones de los demás no es nada fácil. Está llena de alegrías, pero también de arrebatos y de mucho esfuerzo. Sin duda, ejemplos como los de María y otros que se conocerán en las siguientes líneas muestran el efecto que puede causar una “mano amiga” en circunstancias difíciles o cuando no se tiene a nadie.
Cambiar vidas
Patricia Botello, mexicana de 46 años, llegó a Cochabamba hace 17 años junto con hermanas de la Inmaculada Concepción de Guadalupe. Desde ese momento, inició trabajos de voluntariado con los niños con discapacidad en el centro audiológico de Punata.
En su trabajo pudo identificar la necesidad que pasaban los niños, a muchos de ellos en sus casas los amarraban por los ataques de epilepsia.
“No eran valorados por sus familias sólo por tener una discapacidad, y junto a las hermanas decidimos abrir un centro”, relató. Así fue que en 2006 se abrió el Centro de Rehabilitación Espacial de Valle Alto (Creva), que en un esfuerzo de más de 11 años logró cambiar la imagen de los niños con discapacidad.
“No hay cómo describa mi felicidad de ver cómo cada niño sonríe junto a su familia, cómo los padres ya le dan un espacio en su hogar”, señaló. La vida de al menos 30 niños cambió desde que Patricia entró a sus vidas.
Ser útil
A paso lento pero seguro, el médico Óscar Romero camina por los pasillos del pabellón de quemados del hospital del niño, luego, sonríe y saluda en quechua a un paciente. Cada uno de sus internos le pregunta cada detalle de sus pacientes, como un hijo que pide consejos a un padre.
Romero se especializó en Chile y nunca supo que se dedicaría a salvar la vida de niños quemados. “Me desligué de esa opción porque el paciente nunca se conforma, pero una vez que pude ver que podía ayudar, no di marcha atrás”, aseguró.
El trabajo de Romero permitió abrir el primer albergue para niños quemados Mosoj Phunchay, para 20 niños.
“Es bueno saber que he sido útil, que las secuelas son mínimas”, contó.
Un compromiso
Javier Mendoza, director de la Escuela de Integración y Formación Deportiva, Expresión Artística y Desarrollo Laboral (Eifodec), dirigida a personas con discapacidad, identifica cada una de las facetas de los asistentes: sus gustos, sus miedos, sus deseos, sólo con verlos.
Reconoce la vocación que tuvo por abrir paso a la inserción laboral de la población con discapacidad. “Vi cómo las oportunidades se les reducían y pensé que ellos tenían el mismo derecho a trabajar, a tener una familia y así empezó todo”, apuntó.
ACCIONES
Obras sociales que cambian vidas
El Centro de Rehabilitación de Valle Alto (Creva), ubicado en Punata, fue impulsado Patricia Botello, quien se decidió por brindar un espacio dedicado a las personas con discapacidad intelectual. El centro atiende al menos a 30 niños con los servicios de fisioterapia, fisiología, medicina general y otras especialidades.
Por otro lado, en agosto, Creva inauguró el Club del Adulto Mayor, mismo que oferta la atención a personas de la tercera edad. “Vimos que es una población muy abandonada y ahora podemos atenderlos en el mismo centro”, dijo. Botello, desde hace 17 años, junto a sus hermanas, se dedica a “dar una mano” a estas personas.
TESTIMONIO
“Mi vocación es extender posibilidades”
MARÍA A. GONZALES COORDINADORA PASTORAL PENITENCIARIA
Algunas situaciones que nos motivan es ver que muchas de las personas que ayudamos no tienen solución a muchos de sus problemas, entonces a dónde van acudir. Por eso es que nuestra labor se define, porque “a medida de nuestras posibilidades hay respuestas”. Yo cuento con mi teléfono que está prendido las 24 horas para atender las necesidades de cualquier interno de los recintos. En todo lo que pueda los colaboro, siempre y cuando esté entre mis competencias.
Yo no puedo pensar en dejar las cárceles, porque se han vuelto mi vida, es un espacio donde las personas han tenido menos oportunidades y mi vocación es extenderles esas posibilidades por como yo crecí, que me dio una estabilidad emocional para dedicarme a esto.
OPORTUNIDADES
Atención médica y reinserción laboral
La Fundación Mosoj Phunchay, beneficiada este último año con las recaudaciones de la Telemaratón, atiende a más de 20 niños quemados. En sus ambientes se hacen a curaciones primarias a niños mayores a seis años que no pueden ser atendidos en el pabellón del hospital.
La apertura de este espacio, gestionado por Óscar Romero, cambió la vida de niños que sufrían de diversas secuelas: hoy tienen un lugar donde ser atendidos y que crecerá con la nueva inversión.
Eifodec, escuela dedicada a personas con discapacidad y guiada por Javier Mendoza, promociona la empresa de limpieza Essol para generar la inserción laboral.
OPINIONES
"Mi vocación desde joven fue ayudar donde más me necesiten, donde alguien quiera que se le extienda una mano".
Patricia Botello
Fundadora Creva
"He apostado por este camino, porque desde siempre me identifiqué con las causas sociales y se trata de un compromiso".
Javier Mendoza
Director Eifodec
"Siempre hay esperanza y un camino para abrir posibilidades, sólo debemos esforzarnos más".
Óscar Romero
Fundación Mosoj Phunchay
"Debemos salir, de eso se trata, de ver al vecino, de ver a nuestro alrededor, las necesidades de la gente".
María de los Ángeles
Pastoral Penitenciaria