Sequía limita las alternativas de producción cerca a La Angostura
Familias que viven cerca a la represa de La Angostura aprovechan la humedad del suelo donde antes había agua para sembrar, pero no es suficiente, por lo cual enfrentan pérdidas de sus cultivos.
La familia Andrade vive a 500 metros de la laguna, en el sector oeste y siembra haba, arveja y maíz. Sin embargo, este año no cosechó nada.
“Si lloviera podríamos producir todo el año. Pero, no llueve y además tuvimos dos heladas el 2017 que mataron todo. No logramos salvar nada. Ahora, hemos puesto unos maíces y tenemos otros más cerca de la laguna, pero sin agua se va a secar todo”, contó el agricultor Nicolás Andrade.
Con el objetivo de mejorar esta situación, la familia decidió perforar un pozo de agua en la zona. Pero, desde hace un año los estudios indicaron que incluso los afluentes subterráneos redujeron su caudal.
A 200 metros, de donde hay agua, el suelo está agrietado por la sequía y 100 metros después inician los cultivos de la gente que vive por el lugar. Inclusive se observan postes de luz para las viviendas.
Caminando hasta 500 metros, cerca de las rieles del antiguo tren, ya no quedan vestigios de La Angostura. Pese a que en su mejor momento llegó hasta este punto.
El director de Cuencas de la Gobernación, Enrique Soria, explicó que hubo épocas con un bajos registros como en 1992. Pero, el caudal actual es el más crítico en los últimos 10 años.
Explicó que, debido a la situación, hace más de un mes que ya no se pueden hacer mediciones de altura, sino de volumen. Según el último aforo de caudal, la laguna sólo cuenta con 0,45 millones de metros cúbicos de los 88 millones que tiene como capacidad total.
La última vez que se llenó hasta casi rebalsar e inundar las comunidades fue el 2014. Desde entonces, el caudal fue descendiendo.
“Aunque se quisiera abrir las compuertas no saldría agua, porque no llega hasta este punto. Se tendría que bombear para sacar líquido”, señaló Soria.
Por su parte, la secretaria de la Madre Tierra de la Gobernación, Soledad Delgadillo, indicó que aún se mantienen las esperanzas de que llueva hasta marzo.
“Los meses de más precipitación son febrero y marzo. A penas comenzamos la temporada y hay que esperar a que acabe para dar un criterio”, afirmó.
Añadió que aún no se tiene planificado ningún bombardeo de nubes para provocar lluvia. Además, tampoco están permitidas las actividades recreativas en el agua, por el momento.
Regantes
Por su parte, el representante de los regantes del sistema de riego Nº 1, Manuel Rocha, señaló que presentaron alternativas a la Gobernación, pero la única respuesta que reciben es que: “No hay plata”.
“Lo que nosotros pedimos es utilizar las aguas de la planta de tratamiento. En junio del 2017 presentamos nuestra propuesta, pero nada. Tenemos la esperanza de que llueva”, aseveró.
Asimismo, Rocha dijo que la situación llevó a que mucha gente venda sus terrenos y migre. “Por ejemplo, de 1.000 usuarios que hay en la Maica, sólo 650 estamos activos (...) Vamos a tener que urbanizar. No nos va a quedar de otra”, lamentó.
Botes abandonados. No sólo en el agua, sino fuera de ella se observa botes abandonados a varios metros de donde ahora comienza la represa.
CONSTRUCCIONES CRECEN ALREDEDOR
La Angostura se convirtió en un espacio turístico donde se podía comer pescado, así como dar paseos en botes. Por este motivo, se construyeron restaurantes, cabañas y algunas viviendas.
En un recorrido por el sector oeste y noroeste se observaron nuevas construcciones. Las que más sobresalen son aquellas que llegan a tener más de cuatro pisos, pues en la zona, la más alta es de dos plantas.
Aparentemente, algunas construcciones cuentan con permiso, pero hay otras a las que se notificó para su paralización. De todos modos, algunos vecinos comentaron la falta de presencia institucional en la zona, pues nadie se aproxima a determinar lo que ocurre.