Advirtieron riesgo de aluvión en Tiquipaya un año antes del desastre
La Gobernación emitió un informe a la Alcaldía de Tiquipaya, en 2016, en el que advertía que había riesgo de inundación y posible deslizamiento en la cuenca Taquiña.
El último fue de diciembre 2016, que se basó en otro documento de 2014, con el código cite SDC UPS CI-136/2013.
Ambos informes daban recomendaciones a la Alcaldía de Tiquipaya.
Una falla
En 2016, los técnicos del Servicio Departamental de Cuencas (SDC) inspeccionaron parte de la cuenca y se percataron de que había riesgo de inundación y posible deslizamiento.
Después del deslave de la cuenca Taquiña, el SDC estudió el lugar del desastre y determinó que una falla geomorfológica provocó el deslizamiento de una cuña del talud, indicó su director Enrique Soria.
El funcionario explicó que en el sitio de la falla se acumularon bolsones de agua que detonaron el deslizamiento.
“Lo que se ha desmoronado era una falla activa que ha detonado con las lluvias. Nosotros no somos geólogos, nosotros hacemos trabajo superficial, cuando se trata de fallas se habla de trabajos de geotecnia”, indicó.
Estas fallas son normales en la cordillera. “Cuando se identifican se deben usar tecnologías para evitar la infiltración”, manifestó.
Soria explicó que el trabajo de la Gobernación, al igual que el que realizaba la ex Corporación de Desarrollo de Cochabamba (Cordeco) y el Programa de Mantenimiento Integral de Cuencas (Promic), se basaba en hacer trabajos para evitar desbordes.
Pero, precisó que el Taquiña no sufrió una inundación, sino un desprendimiento de material, denominado aluvión, un problema geológico que se registra en suelos jóvenes por las lluvias.
Soria dijo que éste es el único siniestro de estas características. El SDC no tiene geólogos y su trabajo se ha basado en evitar los desbordes.
Aunque hubieran habido árboles de 12 metros en las zonas y gaviones de cinco metros de alto no se hubiera podido evitar el desastre, porque la falla se registró en el suelo, dijo.
“Es un desastre natural, no se puede evitar, es como un terremoto”, dijo el secretario técnico de Tiquipaya, Cecilio Salvatierra.
“Reiteramos las siguientes recomendaciones con el fin de evitar nuevamente perdida de infraestructura y en especial la pérdida de vidas humanas”, dice la nota de la Gobernación enviada en 2016.
Informe
El documento indica que se necesitan obras de retención de sedimentos que provienen de la parte alta para aminorar el arrastre de material de la superficie del camino, como también obras de regulación para retardar el tiempo de concentración de agua.
Además, señala que el problema de fondo es la construcción de infraestructura en el cauce de los ríos del municipio, establecimiento de las urbanizaciones en torrenteras, donde actualmente está el curso natural del río.
También solicita que se respete el dominio del río, sus franjas de seguridad y servidumbre ecológica, de acuerdo a la Ley 482.
Además, de lo previsto en la Ley de Gobiernos Autónomos Municipales” en su capítulo V (Bienes de dominio público) y el Reglamento 1700, “Ley Forestal, Art. 35 (Servidumbres ecológicas).
Salvatierra aseguró: “No tengo conocimiento de estas cartas, el único estudio serio que se ha hecho es el del CLAS de la UMSS, después de eso no se ha hecho ninguno”, dijo.
En las nacientes de la cuenca Taquiña hay 10 puntos de deslizamiento, cerca de donde se desprendió el material el 6 de febrero.
MOROCHATA TUVO UN EVENTO SIMILAR
En febrero de 2014, se registró un desastre similar en la cordillera del Parque Tunari, que corresponde al municipio de Morochata, en la comunidad de Chullpa K’asa Chico, donde un cerro se deslavó y enterró a 14 personas y sólo 9 cuerpos se rescataron.
La mazamorra sepultó varias viviendas, cultivos y animales como pasó en Tiquipaya. En ese entonces, la Gobernación sólo reubicó a algunas familias que estaban en riesgo en otras comunidades de Morochata, Arque y Tapacarí. Pero no realizó un estudio para determinar si había riesgo en la cordillera del Tunari.
EL NUEVO SERVICIO PRIORIZÓ LA CUENCA K’ORA, NO TAQUIÑA
En el municipio de Tiquipaya están siete de las 39 cuencas de la cordillera del Parque Tunari. De las cuales sólo Taquiña recibió un tratamiento integral
En cambio, en K’ora, Chuta Kawa, Thola Pujro, Dobledero, Ángela Mayu y Greda Mayu sólo se realizaron algunas obras en la parte baja.
Pero, después de que en Taquiña se realizó el manejo en la década de los 90, esta gestión se encargó al Servicio Departamental de Cuencas de la Gobernación elaborar un proyecto para manejar la cuenca de K’ora.
El director de la Madre Tierra de la Alcaldía de Tiquipaya, Aurelio Ayala, indicó que ninguna de las otras representa un problema.
Aseguró que las nacientes del K’ora tienen una base firme de roca, por lo que, no podrían deslizarse como la cuenca Taquiña, indicó.
Pero en diciembre de 2016 dos niños y una mujer perdieron la vida, debido a que los asentamientos ilegales en la franja de seguridad y en el cauce de la cuenca Chuta Kawa desviaron el curso del agua a las zonas urbanas.
A más de un año de ese evento ninguna vivienda ha sido demolida y sólo se han hecho notificaciones.
Estudio
Ahora Tiquipaya espera los resultados del estudio de “Protección de fuentes de agua e incremento de cobertura vegetal a través de implementación de prácticas de reforestación y sistemas agroforestales en las microcuencas de Tola Pujro, Taquiña, K’ora Taquiña y Chuta Kawa”.
El proyecto fue licitado el 19 de marzo por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
“Ése es un estudio serio que nos permitirá tomar acciones concretas para la cuenca Taquiña”, dijo el secretario técnico de la Alcaldía de Tiquipaya, Cecilio Salvatierra.
La licitación fue declarada desierta y ahora hay que reconducir el proyecto.