No se repone ni la mitad de los árboles que se talan cada año
La tala de árboles, una historia que se repite y que muestra el poco aprecio que hay hacia estos seres vivos, incluso, a pesar de los desastres como el aluvión en Tiquipaya que está relacionado a la deforestación en el Tunari.
Entre 2016 y 2017, se talaron más de 200 árboles en el eje metropolitano, desde Sacaba hasta Sipe Sipe. Sin embargo, sólo se repusieron 50. A esto se suma, que muchos eran molles y no se aplicaron sanciones según la Ley 1278.
Los atentados contra los árboles son comunes cuando se inician obras para abrir caminos, como la doble vía al valle alto que ejecuta la Gobernación y la ABC. También para ampliar los espacios para los comerciantes.
La tala de tres álamos en la avenida Ramón Rivero desató la protesta de la población y provocó que autoridades departamentales exijan peritajes de los troncos para determinar si estaban muertos, como indica la Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación Alternativa (Emavra).
Sin embargo, no siempre se reacciona de esta forma. En septiembre de 2016, se talaron 100 árboles en Vinto y Tiquipaya. Los vecinos protestaron y exigieron la presencia de autoridades. Sin embargo, no pasó de una inspección.
En el lugar no se repuso ninguno a pesar que entre los talados habían molles, una especie protegida por la Ley 1278.
Otro de los casos que quedan en la memoria de los cochabambinos es la tala de más de 50 eucaliptos en la avenida Ecológica, en Tiquipaya. Estos fueron talados por estar infectados con el bicho taladro y representaban un riesgo para la población. Si bien, varios fueron repuestos por especies nativas, no fue en la misma cantidad.
Esta situación y lo vivido en los últimos días por la tala de los álamos llevó a los asambleístas departamentales de Demócratas a calificar como “doble moral” al secretario de la Madre Tierra de la Gobernación, Gonzalo Muñoz.
“Cuando comenzaron la refacción del estadio se denunció la tala de un árbol para colocar el letrero con la imagen del gobernador Iván Canelas, pero nadie hizo nada y tampoco se lo repuso. Ahora que se talan tres árboles secos por seguridad se piden informes. Eso demuestra la doble moral del Gobernador y el secretario de la Madre Tierra”, manifestó el asambleísta Eduardo Sarmiento.
Daños por el Corso
Mientras tanto la instalación de graderías para el Corso de Corsos generó daños en árboles y jardineras, por lo que, se decidió movilizar a 12 guardias ambientales de forma previa y durante el corso para evitar más daños.
Asimismo, el director de Medio Ambiente de la Alcaldía, Elvis Gutiérrez inspeccionó el recorrido y verificó que las tablas y alambres doblaban las ramas de las plantas. Una gran parte de las plantas estaba en medio de las graderías.
Ante esta situación, Gutiérrez manifestó que se están tomando fotos y anotando los números de las graderías para sancionar a quienes están cometiendo estos abusos. Algunos vecinos protegieron sus jardineras.
No se cumple con reponer. Según normativas, se debe reponer con cinco árboles por cada uno que es extraído. Sin embargo, esto no se cumple.
VECINOS PROTEGEN SUS JARDINERAS
Ante los constantes daños que se generan durante esta actividad, todos los años, muchos vecinos deciden proteger sus jardineras con alambres de púas.
Mucha gente expresó molestia, porque estos espacios quedan dañados, con basura e incluso desechos humanos.
OPINIONES
"Nos han culpado a nosotros de los árboles, cuando no tuvimos nada que ver. Recomendamos que siempre se reponga cualquier daño a los árboles y se cuide". Lucio Urey. Dirigente comerciantes Corso de Corsos
"Hay una doble moral de parte de las autoridades de la Gobernación. Ellas talan para hacer sus obras, pero nadie dice nada. Además, sacan árboles vivos". Eduardo Sarmiento. Asambleísta Demócrata