Pucarita Chica batalla para que la “urbe no se coma la zona agrícola”
Ariel Gutiérrez observa con nostalgia los pocos terrenos agrícolas que aún quedan en la zona de Pucarita Chica, en el Distrito 9 al sur de la ciudad. Cuenta que cuando era niño el lugar estaba lleno de sembradíos, granjas y árboles nativos. Hoy, espera no volver a ser afectado por el crecimiento de la mancha urbana.
Pucarita Chica se define como una comunidad agraria y cuenta con 600 familias que ocupan 483 hectáreas.
El 60 por ciento de los terrenos está destinado a sembradíos de maíz, alfalfa y avena. Sin embargo, dada la disponibilidad de agua este año volverán a producir haba y papa, además de mantener granjas lecheras.
La comunidad tiene 637 afiliados, 163 menos que hace cuatro años cuando se amplió la mancha urbana. La reducción en el consumo de leche y los dos años de intensa sequía generaron que mucha gente desista de seguir cultivando.
Además, grupos de loteadores no dudaron en engañar a varias personas para que vendan sus terrenos.
Como una estrategia contra la expansión urbana “los comunarios están prohibidos de vender sus terrenos a gente ajena con intereses de urbanizar. Puede hacerlo al vecino o alguien que vaya a continuarcon la producción agrícola. Aún así, varios se dejaron engañar y los loteadores pretenden entrar, fraccionar para hacer casas”, cuenta el secretario general de Pucarita, Ariel Gutiérrez.
El gran problema de este tipo de situaciones es que se pierde terreno agrícola, además que surgen fricciones. Quienes llegan a vivir se molestan por el olor del abono, las moscas y mosquitos que atraen las vacas. También, suelen tener perros que se comen las crías del ganado o les transmiten enfermedades.
Explica que Pucarita es una de las pocas zonas de vocación netamente agrícola, pues muchas se van convirtiendo en mixtas, es decir, con cultivos y casas. “Pero, tarde o temprano la urbe se come al sector agrícola que queda”, asegura.
Cochabamba cuenta con al menos 2.000 hectáreas agrícolas.
En la última ampliación de la mancha urbana, en 2014, se afectaron a 57 hectáreas. Ahora se espera que no se perjudique a ninguna, pues la Alcaldía estuvo explicando una ampliación para 2019, pero sin decir en qué porcentaje. Asimismo, dentro del Plan Territorial de Desarrollo Integral (PTDI) se tiene proyectada la división del Distrito 9 en cuatro distritos 9, 15, 16 y 17. Tres son mixtos y sólo uno permanecería como área netamente agrícola.
El presidente del Colegio de Arquitectos, Limbert Mercado, manifestó que se debe “dejar de sembrar cemento y pensar en la alimentación futura”. Es así que recomienda potenciar el sector agrícola y no generar su desaparición.
“Creemos que esto ya no va a seguir adelante, porque no corresponde. Incluso la misma gente oriunda no lo desea”, agregó Mercado.
Comunarios explicaron que el Distrito 9 surgió como un área agrícola, pero que la migración generó que muchos vendan sus tierras a loteadores para urbanizar.
Mercado para la leche disminuyó
Sólo en Pucarita Chica se tienen 11 centros de acopio de leche y se producen al menos 12.000 litros al día. Una de las granjas más grandes es Urkupiña, que cuenta con 80 vacas, de las cuales más de 40 son lecheras.
El problema pasa porque la empresa que les compra la materia prima ha reducido su solicitud debido a que el consumo de leche en la población disminuyó en los últimos años. Es así que los ingresos se redujeron para los lecheros que varias veces expresaron su preocupación e incluso protestaron al respecto.
En la sequía pedían pozo, pero les dieron un tractor
La comunidad de Pucarita Chica, así como otras de la zona sur, se vio fuertemente afectada por la sequía en los últimos años. Los productores buscaron salidas alternativas para no perderlo todo.
Algunos optaron por vender sus vacas en lo mínimo.
“Sólo una cuesta por lo menos 8.000 bolivianos, pero dada la situación en la que estábamos se vendieron en hasta 2.000 bolivianos nada más. Entonces, muchas se llevaron al matadero”, explicó el ejecutivo de Pucarita, Ariel Gutiérrez.
Por otro lado, se solicitó apoyo al municipio pero sólo obtuvo un tractor. “Lo que necesitábamos era agua, pozos. Entonces, perforamos 11 con el programa Mi Pozo del Gobierno”, señaló Gutiérrez. Para este año se proyectan otros 18 pozos.
UMSS estudia afectación a las zonas agrícolas
Un grupo de estudiantes de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) realizó una serie de investigaciones y documentales con varias comunidades agrícolas afectadas por el crecimiento de mancha urbana y los primeros efectos del cambio climático.
Los estudiantes conversaron con comunarios y productores, quienes les comentaron sobre los usos y costumbres dentro de la producción agrícola.
El problema que vive Pucarita Chica se puede ver reflejado en numerosas comunidades de todo el eje metropolitano e incluso con mayor fuerza en municipios como Sacaba y Tiquipaya.
Entre los resultados se vieron las dificultades que ahora supone sacar adelante la producción en espacios rodeados de construcciones.
Análisis
Es necesario potenciar el área agrícola de la ciudad
Para hacer un proyecto de la mancha urbana es necesario hacer un estudio sobre el crecimiento poblacional. Hay todavía espacios vacíos para hacer edificaciones, entonces tampoco hay la necesidad. Además, Cochabamba no sólo es el sur de la ciudad, sino también los municipios del eje.
No podemos llenar la ciudad de hormigón y eliminar las áreas agrícolas porque se necesita pensar en la alimentación a futuro. Se han asfaltado tantas vías que ha generado un cambio climático y espacios de calor que antes no existían.
A esto se suma que en la zona sur hubo un crecimiento sin planificación. No se ha respetado la franja jardín, áreas verdes y varios ni siquiera pagan impuestos. Hay que organizarnos, porque no hay ni infraestructura básica en el sector.
Lo que hay que pensar es cómo generar más áreas verdes e impulsar a los productores agrícolas, porque esta zona del Distrito 9 está pensada para la vocación agropecuaria.
Es momento de parar con las regulaciones. No puede ser que sigamos con este crecimiento sin seguir las normas. Se debe planificar y dejar de lado los caprichos de personas que no tienen respeto por el medio ambiente y las normas de construcción.
No se puede seguir contaminando cuando lo que se debe hacer es verificar que se tenga la producción de oxígeno necesaria por habitante.Limbert Mercado, presidente del Colegio de Arquitectos