Una madre busca justicia para su niña que sufrió agresión en kínder
“No quiere hablar con personas mayores, sólo con niños de su edad; tiene arranques de ira y se pone a llorar sin sentido; además que continúa mojando la cama”, relata María Estela C., una madre que busca justicia para su niña que sufrió agresiones físicas y psicológicas por parte de una auxiliar del kínder, Francisca Z. C., y una psicóloga que no tenía título, Rocío P. A,. cuando tan sólo tenía cuatro años y medio. Sin embargo, ahora que cumplió seis todavía presenta secuelas.
María Estela recuerda claramente que el 23 de febrero de 2017 se enteró de que su hija recibió un jalón de orejas y pellizcos por parte de Francisca Z. C., a quien hasta ahora conoce como Panchita. A partir de ese día y después de hacer el reclamo correspondiente a la directora del kínder de la zona San Carlos, María D. C., y la profesora Magaly Marina F. de P, la madre señala que, sin su autorización, su niña recibía sesiones con la psicóloga de la unidad educativa, Rocío del Pilar A., para que la menor guarde secretos a sus padres y no cuente nada de lo que ocurría en la escuela.
“La psicóloga le decía que no podía hablar porque de lo contrario su papá y su mamá iban a ir a la cárcel. Por eso mi hija hasta ahora no quiere hablar conmigo como antes lo hacía”, relata la madre. Según cuenta la niña, la directora María D. C. —con la complicidad de la profesora y la auxiliar— sacaba a la menor de sus clases ofreciéndole dulces y la llevaba a las sesiones con la psicóloga, provocándole serios trastornos.
La madre, desde hace un año, acudió a la Dirección Departamental de Educación (DDE), a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA), a la Fiscalía e incluso a la Defensoría del Pueblo porque no recibía respuesta de las primeras instituciones. Denunció a las cuatro personas mencionadas por lesiones graves y leves. Sin embargo, al menos tres fiscales se excusaron de atender su caso. El abogado de la directora y la profesora, Rolando Ramos, dijo que fueron sobreseídas por no existir pruebas suficientes para sostener la acusación penal contra las sindicadas.
Sin embargo, la víctima, la Defensoría del Pueblo, la DNA y la representación del Ministerio de Educación apelaron esa determinación y aguardan el pronunciamiento del fiscal Departamental de Cochabamba, Juan de la Cruz Vargas.
El representante del Defensor del Pueblo, Nelson Cox, quien tomó conocimiento del caso, lamentó que existen vacíos en las normativas porque el daño psicológico no puede ser cuantificable y eso se vuelve un freno para continuar con la investigación.
“En mi valoración necesariamente se debe continuar con la investigación de este caso”, señaló.
Sin embargo, también está paralizado el proceso administrativo que, a pesar de ser un sumario, que no debía tardar más de 20 días, después de seis meses aún está pendiente.
Tenía una profe que se llamaba Panchita, no quería estar con ella porque era mala, un día me jaló de la oreja muy fuerte
DAÑOS EMOCIONALES: ABORDAJE DETECTA DAÑO PSICOLÓGICO
El abordaje psicológico al que fue sometida la menor muestra que Francisca Z. C. (Panchita) llegó a causar temor en la niña debido al jalón de orejas. Por esta situación, la niña llegó a encerrarse en sí misma, rechazando el acercamiento con la profesora.
La psicóloga Rocío P. A. llegó a manipular a la niña a través del juego y los secretos, con la excusa de que, si su madre se enteraba de dicha situación, entraría a la cárcel.
Luego de una investigación, se estableció que Rocío P. A. desempeñaba funciones como psicóloga en la unidad educativa sin contar con título profesional que la acredite.