Cada año hay 25 temblores, pero no se hacen edificios sismorresistentes
Aunque la mayoría de los temblores que se registran en Cochabamba pasan inadvertidos la mayoría de las veces, lo cierto es que cada año se reportan hasta 25 movimientos sísmicos significativos en el departamento, y que quienes más los perciben son las personas que viven en edificios. Al margen del susto que ocasionan, sirven para reflexionar sobre la seguridad de estas edificaciones.
Cada año en Bolivia se registran un promedio de 300 a 400 sismos, más de 25 suelen ocurrir en Cochabamba, según el Observatorio de San Calixto.
Sólo en 2018 se tiene el dato de cerca de 350 movimientos en todo el país. En Cochabamba, el registro es de 25, pero muy pocos fueron percibidos por la población.
Ante este panorama, la pregunta es: ¿qué tan resistentes son los edificios construidos en Cochabamba? Según algunos expertos, los edificios no cuentan con un sistema de sismorresistencia. Sin embargo, la situación no ha cambiado con el transcurso del tiempo.
Propuesta
El constructor e ingeniero civil Mario Montaño explicó que la Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB) presentó un reglamento que debería ser aplicado en todas las construcciones. El documento tiene tres semanas de vigencia y propone cálculos estructurales según la intensidad de los movimientos sísmicos en cada ciudad del país.
El promedio de intensidad de los movimientos sísmicos en Cochabamba es de 5,2 en la escala de Richter. Con la propuesta, los ingenieros tendrían que considerar en sus cálculos este dato y construir estructuras que pueden soportar esto.
“Hay una incidencia en el costo de la construcción, pero no es demasiado. Todos los profesionales responsables deberían aplicar estos cálculos (…) Una mayoría de los edificios de Cochabamba seguro no lo tienen”, aseveró Montaño. El reglamento es una norma de hormigón. Empero, el material que más se utiliza para aumentar las condiciones de sismorresistencia suele ser el fierro.
Normativa
Según el director de Urbanismo de la Alcaldía de Cochabamba, Jhon Mendoza, no existe una norma nacional y tampoco municipal que exija especificaciones a los constructores.
Pese a que se cuenta con el reglamento de la SIB, la Alcaldía no cuenta con las herramientas para hacer el control. Esta entidad llega a ser la encargada de hacer cumplir estas normas, pero no existen como ley.
“Existe ese reglamento, pero pocos lo aplican. Usualmente lo hacen personas con formación en el exterior, pues llegan con otra lógica. Principalmente de México, pues allí las construcciones sí son sismorresistentes dada la cantidad de movimientos que viven”, aseveró Mendoza.
Seguridad
La construcción no sólo debe tener una infraestructura sólida y fuerte, sino también elementos que permitan evacuar a quienes se encuentren en el interior en casos de emergencia. Tal es el caso de escaleras de emergencia, salidas e incluso extintores.
Nuevamente, esto no se encuentra normado a nivel municipal. En efecto, se puede ver que casi ningún edificio cuenta con escaleras para incendios y las salidas suelen ser las mismas que las regulares, explicó el miembro del SAR-Bolivia, Bernardo Aranibar.
A esto se suma que no es una costumbre que las familias tengan extintores. Esto se ve en las empresas, principalmente, porque este aspecto sí cuenta con una ley y sanciones en caso de incumplir.
“El problema es que la gente cree que a ella nunca les va a pasar. Entonces, prefiere no invertir en algo tan simple como un extintor (…) Se hacen simulacros, pero no en todas las empresas y escuelas, y es algo que debería ser obligatorio”, agregó Aranibar.
Ni empresas ni familias valoran la prevención
Las medidas de seguridad para las edificaciones no se limitan a los riesgos de sismos o accidentes, sino que son más amplias. También es necesario conocer la conducta y los procedimientos para salvaguardar la vida de uno mismo y la de otros con planes de emergencia.
El director del SAR-Bolivia, Bernardo Aranibar, cuestionó la falta de una cultura preventiva de desastres en Cochabamba. Las instituciones, empresas y otros sectores no consideran necesaria la capacitación.
Sin embargo, hay instancias como los colegios que sí se interesan en participar en talleres y simulacros. Uno de los principales con los que el SAR trabajó es el Issac Attie.
“Nos llamaron para capacitar a todo su personal docente y administrativo. Se dieron los talleres y posteriormente se hizo un simulacro y respondieron eficientemente”, señaló.
La respuesta no es la misma en las empresas, con las que el trabajo de prevención es mínimo, pues gran parte lo consideran un gasto innecesario. “No ven que la vida de una persona es mucho más valiosa que el costo de señalética o hacer un simulacro”, agregó Aranibar.
A esto se suma que las autoridades públicas tampoco tienen como una política la prevención y capacitación de la población en casos de emergencias como los incendios en mercados, sismos, entre otros.
“Se debería tener una normativa que se aplique y generen mecanismos de control y concientización”, remarcó Aranibar.
Recomendaciones
En caso de emergencia, no sólo las empresas requieren protocolos de seguridad, sino también las familias. Los expertos recomiendan una serie de pequeñas acciones que colaboran a la seguridad.
Anotar los teléfonos de seguridad y de los miembros de la familia en lugares visibles, tener extintores en la casa, un botiquín con los medicamentos e insumos esenciales, alimento seco, agua, linternas y otros que las personas consideren importantes.
ANÁLISIS
“Una vida vale más que el costo de invertir en prevención”
Se ha intentado hacer una normativa desde hace varios años atrás. Se pidió el aporte de los arquitectos y otras entidades, se sacaron ciertas normativas, pero no a rango de ley. Lamentablemente, es un costo, lo eleva, pero esto ha generado muchas oposiciones. Algunos sí lo aplican, pero la mayoría no.
Que exista algún edificio sismorresistente en Cochabamba, la verdad que no tenemos confirmación. Sobre sistemas de seguridad, son muy pocos los que tienen, no sólo para sismos, sino para cualquier tipo de emergencia que se suscite.
Las condiciones de movimientos sísmicos generan riesgos muy altos y se tienen condiciones en las que habría muchas víctimas. Ocurre algo y todo el mundo se preocupa, pero pasa el momento y todos se olvidan. La gente prefiere comprar otras cosas en lugar de extintores.
Deberíamos seguir sembrando educación al respecto de prevención. No lo asumimos como una realidad. La gente piensa que eso no es para nuestro país.
Bernardo aranibar Director SAR Bolivia