Acceder a servicios de salud sigue siendo un drama a 3 años del SUS
A tres años de iniciarse la implementación del Sistema Único de Salud (SUS), las deficiencias para acceder a servicios de salud en Cochabamba persisten y se agudizaron con la pandemia de la Covid-19.
Dormir a la intemperie para obtener una ficha y esperar hasta tres semanas continúan siendo las únicas opciones que tienen cientos de personas de escasos recursos y sin seguro social para acceder a una consulta con especialistas en el hospital Viedma.
“Vuelva en 20 días, no hay espacio para otorrinolaringología, endocrinología y neurocirugía”, es el comunicado con el que a diario decenas de personas son recibidas en el nosocomio.
Para pacientes como María Apaza, de 65 años, escuchar esta noticia es frustrante porque tendrá que vivir otras tres semanas con la incertidumbre de no saber qué tiene y seguir soportando dolores de cabeza.
“Cada vez es igual, a veces uno madruga y duerme en vano, para los que vivimos lejos llegar no es fácil, nos sacrificamos para que nos digan vuelva, nada ha mejorado para los enfermos”, comentó.
El panorama es similar en el hospital del niño Manuel Ascencio Villarroel y en el materno infantil Germán Urquidi, donde madres gestantes y sus hijos aguardan desde las 4:00 para ser atendidos.
En un recorrido este medio verificó que si bien las fichas se reparten desde las 6:00, estas no abastecen para la cantidad de pacientes que requieren atención médica.
El drama de peregrinar para conseguir una ficha también se repite en el hospital Benigno Sánchez de Quillacollo y en menor grado en el centro de salud Rojas Mejía.
Hacer colas para ser valorado por un médico es solamente el inicio del calvario, de acuerdo al testimonio de varios pacientes, porque después sigue madrugar para hacerse los análisis de laboratorio y esperas prolongadas para conocer los resultados, recibir los medicamentos y programar intervenciones quirúrgicas si se presentan complicaciones.
SUS
Aunque en 2019 se promulgó la Ley 1152 que establece el acceso gratuito y universal para todas las personas que no están protegidas por la seguridad social de corto plazo, algunos pacientes señalaron que el SUS sólo cubre entre un 40 y 50% de las prestaciones que requieren.
Cáncer
En el caso de los enfermos con cáncer la situación es crítica porque la falta de especialistas, infraestructura, medicinas y equipos pone en riesgo sus vidas y los llena de desesperanza.
“Tenemos problemas de espacio en el Viedma, eso es grave porque no se pueden hacer las quimioterapias a tiempo, uno va por decir el 20 de julio y le programan para finales de agosto, mientras tanto la enfermedad avanza”, contó la presidenta de la Asociación de Pacientes con Cáncer, Carmen Vargas.
Precisó que los pacientes gastan más de 5 mil bolivianos en la detección, porque se les pide contar con un estudio de inmunohistoquímica, cuyo costo es de 1.800 bolivianos, una biopsia (650), un test de inmonoflorescencia (1.800) y un frasco de contraste (1.300) para las tomografías.
Hasta septiembre del año pasado, el 60 por ciento de los servicios de diagnóstico eran cubiertos por el SUS en el Instituto de Gastroenterología Boliviano Japonés, pero por el traslado de dos oncólogas fue interrumpido y los enfermos deben acudir a instituciones particulares.
Vargas dijo que a medida que la enfermedad avanza los gastos aumentan, por lo que es fundamental intensificar las campañas de prevención.
“Cuando ingresan al tratamiento se pide conseguir carboplatino, eso está a 1.300 bolivianos, otros tienen que usar los nonoclonales, esas medicinas están arriba de 11 mil bolivianos, eso no cubre el SUS, es el paciente que tiene que ir y buscar en las importadoras”, señaló.
El tratamiento con monoclonales es esencial para que las quimioterapias hagan efecto y se emplean para tratar el cáncer de mama y los linfomas, afirmó una paciente.
“Esos medicamentos se usan por lo menos unas ocho veces, solo hay seis importadoras que traen, es difícil conseguir, muchas mamás no consiguen el dinero y abandonan el tratamiento”, dijo.
La presidenta de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Cochabamba (Aspanicc), Cinthia Choque, mencionó que las debilidades son similares en el pabellón de oncología del hospital del niño, aunque el acceso a consultas con especialistas y medicamentos mejoró bastante.
“En el caso nuestro el problema principal son los estudios, por cada análisis pagamos 2.300 bolivianos y tenemos que mandar las muestras a La Paz. Ahora tenemos niños que necesitan hacer radioterapia y si bien el SUS cubre el servicio, los papás gastamos en transporte, hospedaje y en los insumos”, añadió.
Uno de los anhelos más esperados por los pacientes con cáncer es la construcción de la unidad de radioterapia, en el hípico, debido a que la fecha solo una persona logró ser atendida en el Centro de Medicina Nuclear en El Alto-La Paz, pese a que la infraestructura ya fue inaugurada y comenzó a funcionar hace cuatro meses.
Más de un millón de inscritos al SUS
Cochabamba contaba con 1.245.364 de personas inscritas en el Sistema Único de Salud (SUS) hasta 2021, de acuerdo a un informe remitido por el Sedes a la Defensoría del Pueblo.
De la totalidad, 107.004 son menores de 5 años, 215.740
corresponden al grupo de 5 a 13 años, 147.199 son de 20 a 59 años y 632.455 mayores a 60 años. El registro corresponde a 48 municipios.
En su informe la Defensoría reconoce que existen dificultades para la implementación del SUS y recomienda a la Gobernación y municipios invertir más en salud.
Falta de oncólogos dificulta la atención
Un médico oncólogo con la designación de medio ítem atiende a un centenar de pacientes en el materno Germán Urquidi. Exigen aumento de la carga horaria ante sobrecarga de trabajo.
Lista de espera obliga a buscar servicios privados
Ante la falta de atención oportuna, algunas personas recurren a servicios de salud privados, donde por consultas con especialistas pagan hasta 200 bolivianos, además de gastar en estudios, medicamentos y cirugías.
Medicinas no abastecen y las más caras no hay
Aunque tanto en el hospital Viedma como en otros nosocomios la adquisición de medicamentos se programa con anticipación, los más costosos especialmente para el tratamiento de patologías cardiacas y contra el cáncer se acaban en cuestión de días o no hay.
Pacientes de provincias ya no retornan
Por falta de recursos e información en idioma nativo (quechua), las personas que llegan de provincias desisten en su intento por acceder a las consultas.