“Hacedor de formas, narrador de historias”
“Todo comenzó cuando me enseñaron a preparar el lienzo. A los dos meses, me presenté a un concurso nacional de pintura en Oruro, mis obras fueron seleccionadas. Después de la exposición, cuando fui a recogerlas, el director de la Casa de la Cultura, don Alberto Medina, elogió mis obras y me dijo que ganaría muchos premios”, dice Orlando Arias cuando habla de su primera vez con el arte. La pasión que ha aportado a este romance con la pintura le ha hecho merecedor del premio Francisco de Goya 2017.
Orlando fue un diseñador creativo útil a sus maestros para ilustrar las lecciones en su escuela en Potosí. Hoy, sus obras recorren el mundo y forman parte de colecciones y muestras en diferentes salas y museos de Europa y Latinoamérica.
Además de tres series de pinturas reconocidas por sus catálogos, una veintena de exposiciones alrededor del mundo, premios como el Francisco de Goya y el Galileo Galiley 2017, entre muchos otros que le permiten portar el título de “hacedor de formas”; Orlando ha escrito dos libros sobre arte, que le hacen “un genial y ebrio escritor de ciencia-ficción narrando historias de extraterrestres”, dice Jorge Ernesto Ibañez, poeta y crítico de arte.
Es un gran “hacedor de formas y un narrador de historias” que tienen la urgencia de hablar en su pintura de la deshumanización del hombre, manipulado por los transhumanistas. Y lo hace desde sus realismos mágicos, costumbristas, coloristas, alegorías de su país, hasta los ciberandinos, esos robots con los que el compara a la sociedad actual; proyectando en un metarrealismo, las abstracciones magníficas de composición, de color, con unas veladuras que hacen honor a su categoría de “maestro del color”.
El artista conversó con Los Tiempos sobre la urgencia de capturar esa realidad que está más allá de lo que nuestros sentidos físicos nos hacen percibir que es una realidad aparente”; la ilusión, dice el artista.
—¿Cómo incursionó en el arte?
—Desde muy pequeño me encantaba dibujar. En la escuela, los profesores me sacaban a la pizarra para hacer algunos dibujos y luego explicaban la lección.
—Su obra destaca por el color, por las formas geométricas, ¿qué desea transmitir a través de la misma?
—El estado de inconsciencia en el que nos encontramos, actuamos como máquinas siendo presa a la manipulación, estamos destruyendo la naturaleza y, por ende, a nosotros mismos.
—¿Cómo define el metarrealismo explicado desde sus obras?
—El realismo es copiar el modelo tal cual ven nuestros ojos físicos, el metarrealismo está más allá del realismo. Ya Aristóteles dijo: “La finalidad del arte es descubrir la esencia de las cosas y no copiar su apariencia”. Mis obras tratan de capturar esa realidad que está más allá de lo que nuestros sentidos físicos nos hacen percibir que es una realidad aparente. Con justa razón en la India dicen que este mundo es maya, es decir ilusión.
—¿Qué elemento de su obra es el más relacionando a las identidades culturales?
—Por ejemplo, en la serie “Teúrgia andina” puedes encontrar formas de serpentinas, alas de aves que pueden ser del cóndor o del águila. En la cultura Azteca encontramos al águila devorándose a la serpiente que representa a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada es el hombre autorrealizado y estos mismos símbolos los encontramos en la cultura Inca, cuya sagrada trinidad es el cóndor, el puma y la serpiente, también este símbolo está en el caduceo de mercurio.
—¿Qué es lo que, a su criterio, le hizo merecedor del galardón Goya?
—Es la creatividad, no quedarse estancado copiando el modelo donde su única preocupación es la técnica. Una obra de arte es mucho más, es el reflejo del alma del artista, lo que uno es internamente, de esa calidad serán sus obras.
—¿Qué implica (beneficios, obstáculos, libertad) hacer arte en el extranjero con relación a Bolivia?
—Sobre todo en Europa y EEUU es un reto hacer arte con respecto a Bolivia, porque aquí uno encuentra una mayor diversidad de criterios y una mayor competencia, significa un beneficio porque aprendemos a abrir nuestra mente hacia lo nuevo. Como en todo, no faltan los obstáculos, vencer estos obstáculos sólo es posible cuando encuentras tu propia identidad como artista, el sello personal que marcan tus obras. Libertad es pintar lo que tú quieres y no por satisfacer los gustos de la gente.
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