Juan Antonio Morales perfila efectos de la era Trump en el país
Los efectos indirectos de la elección de Donald Trump en la economía boliviana, el elevado déficit en cuenta corriente, los efectos de una posible alza de las tasas de interés en el mercado internacional de capitales y el déficit fiscal son algunos de los temas abordados ayer por el economista Juan Antonio Morales, expresidente del Banco Central de Bolivia (BCB) y catedrático universitario, quien llegó a esta ciudad invitado por el Banco Fortaleza.
La cita fue en el Hotel Cochabamba y antes de iniciar con la presentación denominada “Contexto económico del país, su impacto y perspectivas para el sector quasi-bancario”, Morales contextualizó su análisis señalando que la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos tendrá implicaciones indirectas en la economía del país porque, si cumple lo anunciado en la campaña electoral, su política será más autárquica, lo que puede frenar el comercio internacional porque le pondrá menos énfasis y eso afectaría a las exportaciones bolivianas, que ya experimentan caída sostenida desde 2014.
Otra consecuencia prevista por Morales es que si la postura “aislacionista” de Trump afecta el comercio de EEUU con China, Bolivia sufriría el efecto porque si EEUU reduce su demanda de producción manufacturera china entonces China reducirá sus importaciones de materias primas bolivianas. Sin embargo, dijo que aún es “muy temprano” para pretender prever los efectos de la gestión de Trump.
Otro efecto de las medidas en EEUU, aunque no relacionado directamente con Trump, es la posible alza de las tasas de interés, algo que la Reserva Federal (el banco central de ese país) ya analizaba hace varios meses.
Morales explicó que si suben las tasas de interés del mercado bajarán los precios de los activos y de las materias primas. Esto supondría una reducción de los flujos de capital a países de economía emergente y en desarrollo, que ya están confrontando menor acceso al mercado internacional de capitales. “Nos afectaría indirectamente porque si los flujos de capital se recortan (por ejemplo) a Brasil, eso supone un menor acceso (al mercado de capital extranjero)”.
En cuanto al ámbito interno de la economía, se refirió, entre otros temas, al déficit comercial, que es la diferencia negativa entre lo que un país exporta y lo que importa.
Explicó que si bien se estima que este año el déficit comercial será de 5.120 millones de dólares con relación a 2014, se debe considerar el déficit en cuenta corriente, que incluye la balanza comercial y los pagos por servicios (que son los intereses sobre la deuda pública). Según el FMI, para este año el déficit en cuenta corriente del país será de 6,6 por ciento, “un guarismo muy elevado y una luz amarilla para cualquier Gobierno”.
En cuanto al déficit fiscal, que mide la diferencia entre los ingresos y los egresos públicos, el Gobierno proyectó una tasa de 4,5 por ciento del PIB para 2016, aunque los datos del FMI, citados por Morales, prevén un 7,5 por ciento de déficit fiscal global para 2016 en el país.
Morales dijo que la tarea pendiente del Gobierno es reducirlo y para eso debe liberalizar el precio de los combustibles, es decir, retirar la subvención dada la caída del precio internacional del petróleo.
En diciembre de 2010, el Gobierno emitió un decreto para “nivelar” el precio de los carburantes, conocido como el “gasolinazo”, pero se vio obligado a derogarlo ante el fuerte rechazo popular.
Morales fue presidente del BCB entre los años 1995 y 2006.