Oportunidad: El agro es la alternativa frente a materias primas
La agricultura y los “superalimentos” son los rubros que surgen como alternativa para impulsar la economía frente a los productos tradicionales que dependen del comportamiento de los precios internacionales.
La soya y la castaña se constituyen en los principales productos agrícolas que dinamizan la economía en la categoría de exportaciones no tradicionales. La soya registra ventas a un ritmo de 1.000 millones de dólares anuales. Mientras que la exportación de castaña genera 200 millones de dólares al año, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
En tanto, el presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Wilfredo Rojo, afirmó que, aunque no lideran las exportaciones no tradicionales, los “superalimentos” se constituyen en un rubro que cada vez va cobrando más protagonismo en el mercado internacional.
“Los superalimentos o ‘superfood’, donde se incluye todo el sector de la chía, el amaranto, la yuca, son productos importantes”, afirmó, asimismo, precisó que se trata de productos valorados en el mercado externo.
Añadió que rubros como el sector forestal y el turismo también podrían ser buenos dinamizadores de la economía, pero están descuidados por el Gobierno.
El economista Alberto Bonadona coincidió con el presidente de la Caneb y afirmó que el sector forestal se podría aprovechar si existe una planificación adecuada para el mercado interno y el mercado externo.
En la gestión 2017, el valor de las exportaciones de madera fue de 51.189.955 dólares; en 2016, llegó a 50.437.399 dólares; mientras que en 2015, ascendió a 62.974.783 dólares, según registros de la Cámara Bolivia Forestal.
Según el Ministerio de Cultura y Turismo, durante la gestión 2016, el sector generó más 344 mil empleos –entre directos e indirectos– y aporta a la economía con el ingreso de 711 millones de dólares por concepto de divisas. El sector, como actividad económica, contribuye con el 3,8 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB).
Para Bonadona, potenciar los rubros no tradicionales contribuye a la mejor redistribución de la economía nacional.
“Hay que empezar también en la forma de profundizar el mercado financiero y permitir una mejor distribución de ingresos que contribuiría a permitir que se amplíe el mercado interno e impulsar un desarrollo con beneficio de todas las regiones de Bolivia”, sostuvo.
Rojo añadió que el sector de textiles se constituía en uno de los más importantes, pero la falta de políticas de apoyo y los problemas tributarios, contribuyeron a su estancamiento.
El viceministro de Micro y Pequeña Empresa, Saturnino Ramos, afirmó que el Gobierno alista una serie de políticas de apoyo al sector en conjunto. Pero criticó la falta de creatividad para la implementación de nuevos diseños en manufacturas de madera, cuero y prendas de vestir porque se opta por copiar modelos del exterior.
En 2006, Bolivia exportó un valor de 966,5 millones de dólares en productos no tradicionales frente a los 1.405 millones de dólares exportados en 2017, según datos del IBCE.
A mayo de 2018, se exportó un valor de 704 millones de dólares frente a los 565,2 millones de dólares exportados en el mismo periodo de 2017.Según la jefa de la Unidad de Estadística del IBCE, Jimena León, en 2018, hay una recuperación importante en las exportaciones no tradicionales.
A mayo de 2018, registraron un incremento del 25 por ciento en valor y 33 por ciento en volumen; explicándose principalmente por el aumento de las ventas de soya, castaña, joyería, quinua, maderas, palmito, frijol y cacao; cabe destacar el importante incremento que están teniendo las ventas de azúcar.
Proporciones 80% de las exportaciones corresponden a materias primas, el 20% a no tradicionales.
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ANÁLISIS
Bolivia vive el “efecto precio negativo” en productos
Jimena León Céspedes
Jefe de la Unidad de Estadísticas del IBCE
Un 80 por ciento de las exportaciones de Bolivia corresponde a materias primas extractivas, el 20 por ciento restante a productos agropecuarios y manufacturados llamados también productos no tradicionales. Estos productos son principalmente generadores empleos, pero también tiene un “efecto multiplicador” sobre otros sectores económicos.
Dentro de las exportaciones no tradicionales (ENT) destacan las ventas de soya junto a sus derivados, llegándose a exportar más de 1.000 millones de dólares anuales, así también la venta de castaña, producto en el que Bolivia es líder mundial, alcanzándose casi los 200 millones de dólares. También destaca las ventas de joyería por cerca de 150 millones de dólares anualmente.
Entre 2006 y 2013, fue un periodo de auge para las ventas externas de PNT, llegándose a exportar casi 2.500 millones de dólares y 3,5 millones de toneladas; luego de 2013, las cotizaciones internacionales bajaron y llevaron a las ENT a caer cerca de 1.000 millones de dólares en los últimos tres años. En 2017, las ENT totalizaron 1.400 millones de dólares.
El “efecto precio negativo” lo sufrieron casi todos los sectores agropecuarios que vieron aminorarse sus ingresos, pese a mantener o incluso aumentar su volumen exportado, tal es el caso de la quinua que llegó a venderse 197 millones de dólares y 30.000 toneladas, en 2014, para luego descender a 74 millones de dólares y 32.000 toneladas, en 2017.