Los productos argentinos invaden el mercado nacional a menor costo
Enid López y Josué Hinojosa
Harina, hierba mate, dulce de leche, queso, galletas, juegos y alimentos para mascotas provenientes de Argentina tienen mayor presencia en mercados y supermercados del país. Los productos, tanto legalmente importados como de contrabando, cuestan entre 1 y 8 bolivianos menos que los nacionales.
Después de la fuerte devaluación del peso argentino hasta 39,87 por dólar, alcanzando una depreciación de 13,52 por ciento ante la moneda extranjera, los efectos en la economía nacional empezaron a sentirse.
En un recorrido que realizó Los Tiempos en supermercados de la ciudad de Cochabamba y en mercados de la ciudad de Santa Cruz, se constató mayor presencia de productos argentinos.
Una de las marcas que ingreso recientemente al mercado nacional es La Serenísima, una marca argentina que ofrece variedad de productos lácteos. Un dulce de leche de 400 gramos cuesta 19 bolivianos, mientras que un producto nacional de 2,50 gramos llega a valer hasta 8,90.
En tanto, un queso untable Finlandia (La Serenísima) está a dos por 21 bolivianos, mientras que el Bonle de industria nacional está a 14,40 bolivianos.
Por otra parte, también hay productos argentinos que ya había en los mercados nacionales, pero que bajaron de costo. Por ejemplo, los ñoquis y ravioles Mendia, que ya estaban en el mercado a 55 bolivianos, ahora están a 33,40 bolivianos.
La presentación de productos argentinos también se diversificó. El queso reggianito rallado y sin deshidratar antes venía en porciones y ahora viene en sachets de 16 bolivianos.
Según el vicepresidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Antonio Fernández, el Viceministerio de Defensa del Consumidor indicó que el 90 por ciento de los supermercados de Tarija ofrece productos de contrabando que carecen de registro sanitario.
“El contrabando de alimentos y bebidas argentinas es de hace mucho tiempo atrás, no es de ahora, pero se ha agudizado, sobre todo en temas de harina, chocolates, mermeladas”, manifestó.
Afirmó que esa situación provocó hasta el 70 por ciento de las actividades económicas comerciales en la región de Bermejo. “Esto genera un efecto multiplicador, no sólo para el sector comercial. El sector industrial se ve bombardeado por el tema de importación ilegal porque perdemos competitividad en el mercado interno”, indicó.
En un recorrido realizado en algunos mercados de la ciudad de Santa Cruz, se pudo constatar la presencia de productos comestibles provenientes de Argentina.
Por ejemplo, el precio de una botella de aceite de 900 ml oscila entre 9 y 10 bolivianos, mientras que un producto nacional, con similar volumen, cuesta entre 10 y 12 bolivianos. El precio de un kilo de harina importada desde Argentina cuesta entre 4 y 4,50 bolivianos, mientras que la harina nacional cuesta 5 bolivianos. Del mismo modo, el precio de una botella de vino argentino de 1,125 ml cuesta 18 bolivianos, mientras que un vino nacional de 750 ml cuesta 20 bolivianos.
Los alimentos para perros y gatos, importados desde Argentina, también abundan en el mercado con un precio que, en algunos casos, representa el 50 por ciento en relación a los productos nacionales. Por ejemplo, el precio de un kilo de alimento importado desde el país vecino cuesta 10 bolivianos, mientras que el kilo similar producto elaborado en Bolivia cuesta 18 bolivianos.
18 bolivianos es el precio de un kilo de alimentos balanceado para perros y gatos de industria nacional. El argentino está hasta en 10.
YA SE IMPORTARON $US 581,1 MILLONES
Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en base al Instituto Nacional de Estadística (INE), entre enero y julio de 2018, Bolivia importó un valor de 581,1 millones de dólares en productos argentinos.
Son alrededor de 1.719 tipos de productos importados del país vecino por un volumen de 711,2 millones de kilos.
A julio de 2017 se importó un valor de 621,2 millones de dólares frente a los 447,5 millones de dólares importados en el mismo periodo de 2016, según el IBCE. La tendencia es creciente en los últimos años.
INSUMOS PARA EL HOGAR ENTRAN POR CONTRABANDO
Los productos para el hogar como detergentes, paños para limpieza de pisos, repelentes e insecticidas (Baygon) y pañales desechables también ingresan de modo ilegal en cuantiosas cantidades. Esto fue corroborado por un técnico de la Aduana nacional que prefirió mantener su identidad en reserva.
Este funcionario explicó que el problema surge por la presencia de bagayeros en ciudades fronterizas como Yacuiba, Bermejo y Villazón, donde existen centros de acopio. Una vez acopiado un volumen importante de mercancía, se procede a la distribución en camiones a las diferentes capitales del país.
Aunque existe una considerable diferencia de precios entre los productos argentinos de contrabando y los productos nacionales, algunas comerciantes de Santa Cruz afirman que, por cuestiones de distancia, los productos “sin Senasag” llegan a esta ciudad a precios elevados en relación a otras ciudades.
“Llegan productos de Argentina, pero aquí llega caro. La cosa es la trajinada, es igual que nada”, dijo una vendedora del mercado San Antonio. A modo de ejemplo, mencionó que una bolsa de alimento para perros de 21 kilos, “sin Senasag”, cuesta 200 bolivianos en las ciudades fronterizas con Argentina, sin embargo, cuando este producto llega a Santa Cruz, cuesta entre 300 y 320 bolivianos.
ANÁLISIS
Gary Rodríguez. Gerente del IBCE
“Cerrar fronteras es algo que merece un cálculo muy agudo”
Argentina es un país agroexportador y el primer impacto que se va a recibir será en el área de los alimentos, tanto básicos como procesados. Es “vox pópuli” que habría entrado más productos al mercado boliviano.
La agroindustria argentina es tremendamente fuerte y no sería de extrañar que tengamos una mayor cantidad de productos procesados como harina, fideos, galletas y toda suerte de alimentos envasados, tanto aceites, grasas, margarinas como lo que pueden ser alimentos conservados en general.
Cerrar las fronteras es algo que merecería un cálculo muy agudo porque estas personas prácticamente viven del contrabando. Por supuesto que institucionalmente nosotros quisiéramos que desaparezca este microtráfico del contrabando porque hace daño al país.
Hay un problema con Argentina que no lo tiene Uruguay y es el tráfico vecinal fronterizo. Está todo el “sindicato de bagayeros”. Esta distorsión del mecanismo de consumo para las poblaciones fronterizas consagra un contrabando hormiga que perjudica la producción nacional.
Recomendamos un mayor control, un registro persona por persona para acabar con esto que a vista y paciencia de las autoridades permite un contrabando alto de toda clase de productos alimenticios.