YPFB debe ser más competitivo para ir a negociar gas con Brasil
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) debe planificar una estrategia más competitiva en precios y modalidades de entrega para ir a negociar la venta de gas con empresas privadas de Brasil en un contexto político adverso por el ingreso de Jair Bolsonaro como presidente y la mayor producción del energético.
“YPFB va a tener que ir a competir como empresa contra gas producido en Brasil o gas importado vía marítima versus gas producido en El Presal, va a tener que competir contra otras energías. Entonces la integración regional se ha convertido más en un ambiente de empresas y de más competitividad”, afirmó el exministro y especialista en hidrocarburos Álvaro Ríos.
El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó el domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil y gobernará hasta 2022. Con los resultados, los países que rodean a Bolivia están dirigidos por Gobiernos que no comparten la misma ideología que el presidente Evo Morales.
En ese sentido, al igual que Ríos, el especialista en hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, sostuvo que el nuevo contrato para la venta de gas a Brasil no tendrá las mismas características que el que vence en 2019. Los precios y los volúmenes no serán los mismos y la negociación no será de Estado a Estado, sino con empresas privadas del rubro.
Cabe recordar que el contrato de venta de gas a Brasil comprende un envío máximo de 30 millones de metros cúbicos día (MMm3d) y vence al año, constituyéndose en la segunda prioridad de Bolivia después del mercado interno.
Por su parte, el especialista en hidrocarburos Bernardo Prado explica que el contexto para la suscripción del nuevo contrato cambia en el sentido de que Bolivia ahora necesita vender su producto y la “dependencia” se ha invertido a favor de Brasil.
“El Gobierno brasileño no va a poder inmiscuirse de ninguna manera porque YPFB va a tener que negociar con las distribuidoras que son empresas privadas (…) así que puede ser que sea favorables”, afirmó a tiempo de aclarar que eso ocurriría si la empresa estatal tiene la capacidad suficiente para negociar buenos precios y volúmenes.
Para Velásquez, Brasil aún tendrá que atravesar por un proceso extenso para reducir paulatinamente el consumo de gas de Bolivia. “Es importante prever que los dos principales mercados del gas de Bolivia están, al igual que en cualquier país del mundo, apostando a una autosuficiencia energética, producir su propia energía”, afirmó.
Añadió que ambos países activarán proyectos propios, como lo que hace Argentina con Vaca Muerta, o van a ir reemplazándolos con otro tipo de energía. “Es probable que el contrato nuevo que se firme (con Brasil) ya no sea de 20 años, sino sea por un tiempo distinto y lo mismo pasará con los precios”, sostuvo.
Respecto a la urea, los tres especialistas coincidieron en que Bolivia aún no es altamente dependiente de Brasil y que, de momento, los contratos de venta de urea se ejecutaron con empresas privadas y no de Estado a Estado.
Actualmente, Bolivia cuenta con un contrato de venta de urea por 335 mil toneladas de urea al año a un precio fluctuante.
ANÁLISIS
Gary Rodríguez. Gerente del IBCE
“Brasil es uno de los principales socios comerciales de Bolivia”
Brasil es uno de los principales socios comerciales de Bolivia porque es el primer mercado de exportación para el gas natural que en la gestión 2017, significó el 96 por ciento de nuestras exportaciones al vecino país.
Es muy poco lo que podemos exportar a Brasil por su carácter proteccionista en el sector no tradicional. Sin embargo, Brasil se convierte en uno de los países al que más le compramos, del cual importamos más de 3 mil productos cada año.
En la gestión 2017, las compras de productos brasileños sumaron 1.560 millones de dólares. Hay que destacar que entre 2016 y 2017, incluso considerando el gas, hemos detentado ya balanzas comerciales deficitarias por 128 y 104 millones de dólares respectivamente
En lo que va de año, hasta agosto, el balance comercial con Brasil tiene un superávit con 79 millones de dólares.
Sin embargo, si nosotros excluyéramos del análisis las exportaciones de gas, vemos que tenemos una balanza comercial extremadamente deficitaria. En los últimos años, sin considerar la venta de gas, el déficit es de 1.500 millones de dólares anuales.
Esto tendría que revertirse porque definitivamente Bolivia le vende poco en productos no tradicionales.