Tres ríos y torrenteras sirven de alcantarillas
Tres ríos, 12 torrenteras, cuatro lagunas y un número similar de canales están contaminados con descargas de aguas negras. Los caudales contienen residuos domiciliarios, industriales y restos de mataderos clandestinos, afirmó el director ejecutivo de la Fundación AguaTuya, Renato Montoya.
Ante la emergencia ambiental que se registra en Alalay, Montayo alertó que ahora existe el riesgo de que la salud de la población se vea afectada y sufra las consecuencias de la mala gestión del agua.
El río Rocha atraviesa los siete municipios de la región metropolitana desde Sacaba hasta Sipe Sipe hasta llegar a los ríos Caine y Tapacarí en el cono sur. Sus aguas, que en el pasado refrescaban el valle y servían para la producción agrícola, ahora son negras, nauseabundas y contaminadas. Son de “mala calidad”, según la auditoría ambiental de la Contraloría General.
De acuerdo con el “Plan de Acción, Área Metropolitana de Cochabamba Sostenible” y los estudios realizados por el plan Maestro Metropolitano de Agua Potable y Saneamiento Básico señalan que el afluente “no muestra capacidad de auto recuperación”.
Entretanto, los estudios del Centro de Agua y Saneamiento Ambiental (CASA) indican que en Sacaba el río presenta una “alta contaminación orgánica y “bacteriológica”. Además, en Sipe Sipe hay una “alta presencia de contaminantes producidos por la industria, alta concentración bacteriológica y presencia de plaguicidas”.
Los últimos estudios de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) establecen que las aguas del afluente tienen amonio y fosfato que provienen de plantas de fertilizantes.
El río Tamborada, que atraviesa la zona sur, también está contaminado. Sus aguas son azuladas y tienen espuma, y desembocan en los ríos Rocha y Caine. Este último nace en el municipio de Capinota de la confluencia de los ríos Rocha, Arque y Khora en Tiquipaya, todos muy contaminados con basura y residuos.
El canal Valverde es una alcantarilla a cielo abierto y motivo de conflicto permanente con los vecinos de Pampa Grande, al oeste de la ciudad en el kilómetro 5 de la avenida Capitán Víctor Ustáriz, porque el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Cochabamba (Semapa) descarga de 100 a 140 litros de aguas residuales sin tratar por segundo. Y, desde 2015, anuncia mejoras en el sistema de tratamiento sin concretar el proyecto.
Entre las lagunas más contaminadas están Alalay que se nutre con el 80 por ciento de las aguas del río Rocha, Coña Coña (norte) y Quenamari o Albarrancho (sur). A éstas se suman La Angostura en el valle alto y Cotapachi en Quillacollo.
Diagnóstico
Montoya informó que, por día, los 1,2 millones de habitantes de la región metropolitana generan 84 millones de litros de aguas servidas. Del total, sólo el 19 por ciento son tratadas y el resto desemboca en ríos.
En opinión del Director de la Fundación Agua Tuya, una causa del problema es la falta de servicios básicos y de plantas de tratamiento. Añadió que las ciudades son cada vez más pobladas y urge planificar.
La responsable de la Unidad de Salud Ambiental del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Patricia Choque, informó que los efectos en la salud de la población expuesta a las aguas servidas dependen del nivel de toxicidad de estas aguas y los tipos de microrganismos patógenos que contengan.
Sin embargo, los efectos generales consisten en reacciones dermatológicas como alergias, en caso de ingesta problemas gastrointestinales, hepáticos e incluso renales. A ello se suman afectaciones respiratorias por la proliferación de bacterias y gases metano o ácido sulfhídrico como en la laguna Alalay.
La población más vulnerable a las aguas contaminadas de los cuerpos de agua son los niños y niñas menores a cinco años y los adultos mayores.
OPINAN VECINOS Y AFECTADOS
NICOLE GARCÍA, VECINA ALALAY
La contaminación de la laguna nos afecta a todos pero golpeó con mayor intensidad a los pequeños. Por ejemplo, a mi hijita de tres años le dio vómitos y diarrea por el olor porque es como vivir dentro de un baño, huele horrible, como si estuvieras en un pozo séptico, no se puede aguantar. A veces hay que tapar las ventanas, incluso las entradas por debajo hacia la puerta con trapos o lo que sea porque no se puede aguantar este olor nauseabundo (…) Ya le llevé por tercera vez a mi pequeña al hospital. Incluso tengo que hacerle escapar a mi hija donde mi suegra.
JHANETH FERNÁNDEZ, RÍO ROCHA
Hay dolores de cabeza más que todo. El olor se siente más cuando hay sol fuerte. Alguna vez los niños vomitan. Por ejemplo yo tengo dos hijitos, el mayor de 3 años y el menor 8 meses. El mayor vomita y dice “ese olor no me gusta” y el más pequeñito tiene diarrea. El médico me dijo que no hay que trajinarlo por lugares fétidos a mi hijito mayor. Yo siento nauseas porque alguna vez se siente el olor fuerte cuando estamos almorzando. Algunos ya han naturalizado el olor porque ya no hay donde quejarse.
ELZA RICALDEZ
Hasta perros muertos botan al río Tamborada. Eso nos perjudica a nosotros y a las wawas (hijos). La mayoría de nosotros tiene hijos y aquí venimos con las wawitas a trabajar. Los pequeñitos tienen dolores de cabeza, náuseas y hasta nosotros tenemos esos síntomas (…) Más bien no tienen alergias nuestros hijos porque no les dejamos entrar al río, hay que tener mucho cuidado. Nos quejamos a las autoridades pero no nos escuchan. Ahora parece que están limpiando, ojalá lo hagan las autoridades. Cuando hace sol, fuerte sentimos, más fuerte la contaminación.
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