2016 fue el año de los fenómenos naturales extremos
2016 será recordado por 36 de los 47 municipios de Cochabamba como un año en el que soportaron fenómenos extremos: sequía como no ocurría hace 20 años, granizadas que arrasaron cultivos, heladas y desbordes de ríos.
El recuento de los daños da cuenta que los fenómenos afectaron 26.499 hectáreas de unas 41.011 familias en todo el departamento. Además, se registraron 107 incendios que arrasaron con 32.900 hectáreas, 2.500 en el Parque Nacional Tunari.
El responsable de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación, Óscar Soriano, explicó que este año se caracterizó por déficit de lluvias, lo que ocasionó que los incendios se incrementen y falte riego.
La responsable de la Secretaría de la Madrea Tierra de la Gobernación, Soledad Delgadillo explicó que 2016 fue “duro” para el campo por la falta de agua para riego y consumo.
“Hemos tenido una afectación por sequía realmente drástica que ha sacrificado especialmente a la población del área rural, donde se ha llevado agua a lomo de burro, en volquetas y a pie. El agua ha desaparecido de los ríos y de los pozos porque han bajado sus caudales considerablemente. Fue un año tremendamente duro para la producción agrícola”, dijo Delgadillo.
Ante la drástica sequía, la Gobernación diseñó el Plan Departamental para Mitigar la Sequía que contó con un presupuesto de 15 millones de bolivianos y alcanzó una ejecución del 90 por ciento a diciembre de 2016, informó el Gobernador.
El plan contemplaba la perforación de 30 pozos y a la fecha se han concluido 11, pero no están en funcionamiento, porque aún están en etapa de prueba.
El presupuesto del plan también contó la contraparte del Ministerio de Defensa Civil y el Ministerio de Desarrollo Rural.
Delgadillo indicó que el presupuesto al Proyecto de Apoyo y Respuesta a Emergencias y Desastres (Pared) de la Gobernación fue de 2,8 millones de bolivianos. Adicionalmente a ese monto, la Gobernación destinó 1,2 millones de bolivianos para el plan y posteriormente incrementó 211.000 bolivianos.
Soriano explicó que con estos recursos se entregó combustible, tanques, politubos, herramientas semillas, material de construcción, motobombas, frazadas, colchones y se gestionó maquinaria pesada.
La UGR presupuestó en 2016, 1,6 millones de bolivianos para atención emergencias, pero ese presupuesto se incrementó a 3 millones de bolivianos.
En cambio, los municipios destinaron desde 137.000 hasta un millón de bolivianos. En 2016, Omereque destinó 137.348 bolivianos. En cambio, Aiquile asignó 300.000 bolivianos y para 2017 elevó ese presupuesto a 450.000 bolivianos.
Sacaba trabajó en 2015 con 950.000 bolivianos y en 2016 destinó un millón. Pasorapa, uno de los municipios más afectados por la sequía atendió su emergencia en 2016 con 150.000 bolivianos y en 2015 con 140.000.
Delgadillo explicó que los municipios muchas veces no asignan recursos para la atención de emergencia y aseguró que esto es muy importante para atender a la población en caso de desastres.
OPINIONES
Soledad Delgadillo, gobernación
Por ley, los municipios deben considerar una partida presupuestaria para atender emergencia en su presupuesto. Pero ellos subestiman esta partida y asignan muy poco. Es importante que los municipios asignen recursos para encarar sequía, inundaciones, incendios. También deben equipar a su personal de la UGR, en los incendios hemos visto muy poco personal, que no está debidamente equipado. Entonces deben tomar conciencia que el primer responsable en atención de desastres es el municipio.
Iván Camacho, dir. Sedag
En 2016, los fenómenos naturales dañaron 26.499 hectáreas de cultivo, de unas 41.011 familias en 37 municipios a diferencia de 2015, cuando 16.526 familias y 7.668 hectáreas de cultivo fueron afectadas en 33 municipios.
El 2016 fue crítico por la sequía que afectó a todos los municipios excepto a los del trópico de Cochabamba. Esto se debió al fenómeno de El Niño y del cambio climático. Granizada y helada también afectaron a los mismos municipios que declararon perdidas por sequía.
Incendios, agua y falta de lluvias