Urge que el bombardeo de nubes sea lo antes posible
Urge que el bombardeo de nubes que planifica la Gobernación para provocar una lluvia artificial en la región metropolitana que alivie la sequía se realice lo antes posible, antes de que termine la temporada de lluvias, afirmó el biólogo y catedrático especializado en bioclimatología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Milton Fernández.
Enfatizó que “se está perdiendo oportunidad y un tiempo precioso”. Explicó que uno de los requisitos más importantes para el bombardeo de nubes y la generación de lluvia consiste en que éstas existan y contengan “suficiente vapor de agua”.
El biólogo remarcó que estas condiciones se dan en la época de lluvia que comienza el 21 de diciembre y concluye en abril. El periodo más intenso se concentra en diciembre, enero y febrero. En marzo disminuye y en abril es mínima o nula.
“En mi experticia, considero que están demorando. Si se sigue esperando, entraremos en marzo y en este mes la precipitación habrá disminuido. Los datos, meteorológicamente muestran que en marzo disminuye muchísimo y en abril es casi nada. Tienen que hacerlo ya”, instó.
El gobernador Iván Canelas informó que gestiona ante el Ministerio de Defensa el bombardeo de nubes como parte del programa “Lluvia Soberana” que se realizó en La Paz. Declaró que probablemente los aviones estén preparados a fines de febrero.
El procedimiento
De acuerdo a Fernández, la técnica consiste en el bombardeo de nubes con yoduro de plata, el químico más utilizado para esta medida. El tiempo en el que se produce la lluvia es similar al tiempo que trascurre cuando la precipitación se produce de forma natural, de media hora a 45 minutos.
En caso de que existan vientos intensos y frecuentes que incidan en el movimiento de las nubes, la lluvia puede caer en otro sitio. Ante ello, enfatizó que el bombardeo debe contar con meteorólogos, climatólogos que “conozcan, sepan de nubes y de la dinámica atmosférica”.
Asimismo, aclaró que la efectividad no llega al 100 por ciento. De acuerdo a los reportes existentes, varía desde el 20 por ciento hasta rangos de entre 50 y 60, “en el mejor de los casos”.
Consultado sobre los efectos negativos del bombardeo, el climatólogo indicó que hasta el momento, no existe ninguno “científicamente” comprobado. El primer bombardeo se realizó en la gestión del prefecto Manfred Reyes Villa con pocos resultados.
LLUVIAS Y EL VAPOR DE AGUA
Ante la falta de lluvias, se prevé que la sequía continúe en Cochabamba. A ello se suma que la intensidad de las lluvias está por debajo del récord histórico de 78 milímetros por metro cuadrado que se registró en febrero de 1995. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) informó que la precipitación más alta esta primavera y verano, de septiembre a abril, fue de 33,2, el 29 de noviembre.
Por otro lado, Milton Fernández indicó que la humedad y las lluvias de ahora que se producen en Bolivia son la consecuencia de la participación de dos fenómenos; el ingreso de la “zona de convergencia intertropical” (de baja presión atmosférica que produce lluvias), propio de esta temporada, y los frentes fríos húmedos y fríos que llegan del polo sur. Este “vapor de agua” procede de ambos fenómenos.
De forma natural, la lluvia se produce a partir de núcleos —conformados por polvo fino, granos de polen, ceniza, hollín atmosférico— a los cuales se adhieren microgotas constituyentes de vapor de agua. “Cuando esta gota se hace muy pesada y grande, ya no pude quedarse arriba, razón por la que, por la gravedad, cae al suelo, así se produce la lluvia de forma normal y natural”, detalló. Puntualizó que la falta de lluvias en la región se debe que el vapor de agua que ingresa a Bolivia tiene muy poca humedad.