Persiste tala de árboles en la doble vía al valle
La tala de árboles nativos, como el molle y las jarkas, para construir la doble vía al valle alto no es detenida. Hasta la fecha, la empresa Harzone Industry Corporation ya ha derribado 33 árboles, 15 en diciembre y 18 en febrero, para ampliar el camino.
Por otro lado, uno de los afectados con la tala, Enrique Canelas, expresó que con esta medida se incumple un convenio para no ensanchar el lado oeste.
Ayer, en un recorrido por el kilómetro 10,5 se encontraron los troncos y ramas de los árboles centenarios talados.
Según Canelas, también hay árboles de eucalipto y tres parcelas de cultivos de alfalfa afectados. En casi un kilómetro de recorrido de la vía, serían al menos seis hectáreas de cultivos amenazados por la ampliación de la carretera.
“Ya hemos cedido terrenos. Al otro lado de la vía podían hacer, pero se han entrado casi 15 metros y afectaron árboles que no debían tocarlos, les advirtieron los ambientalistas” dijo.
El molle está protegido por la Ley nacional 1278 del 22 de mayo de 1991 que prohíbe su tala por ser un símbolo de los valles.
Por otro lado, observó que se pretenda reubicar el retén del kilómetro cero en una zona escolar, cerca de la Unidad Educativa Demetrio Canelas. También se prevé hacer una rotonda.
Los propietarios aseguran que eso generara riesgo para los estudiantes y piden buscar otras alternativas para instalar la tranca y que además sean más efectivas y eviten los desvíos.
Por su parte, el especialista ambiental de la Administradora Bolivia de Carreteras (ABC), Medardo Paz, explicó que la empresa que ejecuta las obras cuenta con una licencia ambiental que contempla el impacto y existe un programa de reforestación.
En coordinación con municipios y comunidades, se plantarán tres arboles por cada afectado en otros lugares. La secretaria de la Madre tierra de la Gobernación, Soledad Delgadillo, informó: “se tala el molle con el compromiso de reponerlo, hay que justificar en la ficha ambiental con la reposición, hemos pedido al Ministerio de Medio Ambiente la licencia ambiental, vamos a hacer seguimiento”, dijo Delgadillo.
CONTAMINACIÓN Y DEFORESTACIÓN
El colectivo No a la Tala de Árboles cuestiona que en varios municipios, a nombre del desarrollo, empresas estatales, públicas y privadas atenten contra el molle y otros árboles.
Rocío Estremadoiro, integrante del este colectivo, manifestó que en la ruta al valle alto se han arrasado con muchos árboles a lo largo del camino. “Es una cosa generalizada en toda Cochabamba y parece que es una práctica en todo el país; hay una ley, pero nadie la cumple. Nosotros lamentamos que cada vez que hay un proyecto caminero, lo que ellos conciben como desarrollo, genera el deterioro ambiental“, indicó Estremadoiro.
La activista aclara que no se oponen a los caminos, pero piden tomar en cuenta la presencia de los árboles a la hora de planificar el desarrollo.
Los primeros en violar la ley son las mismas autoridades cada vez que hay un camino. Las denuncias y protestas por la tala de árboles se registraron también en Cercado, Colcapirhua, Tiquipaya, Quillacollo, Sacaba, Tarata y Santiváñez. “Nos estamos quedando sin árboles. Estamos en situación crítica con falta de lluvias, sin agua y con un aire contaminado”, finalizó.