Eligen traje amarillo para vestir a la virgen
El diácono del templo de San Ildefonso, José Bellot, ha dedicado 40 años de su vida a vestir a la Virgen de Urkupiña.
El artesano de 75 años, además de confeccionar la vestimenta, se encarga de la restauración y de hacer réplicas para la iglesia.
Comenzó a cuidar de la imagen cuando tenía 19 años, aprendió el oficio de varios artesanos que trabajaban para el templo en Quillacollo y transmitió sus conocimientos a sus hijos que ahora le ayudan a confeccionar la vestimenta. Contó: “Antes tenía mi taller cerca del templo, pero lo he dejado un tiempo para trabajar en mi casa”.
La Virgen de Urkupiña se vestirá este año con un traje amarillo decorado con lentejuelas y hecho por los ocho hijos de Bellot.
La imagen saldrá con esta prenda el lunes 14 de agosto para dar inicio a la entrada folclórica, una peregrinación de más de cuatro kilómetros en la que los danzarines piden y agradecen a la “mamita”.
“Un traje para la virgen se confecciona en tres días y entre tres personas. Se hace el manto, el velo, la túnica y la ropa del Niño Jesús. El diseño del traje es de una reina española”, añadió el artesano.
Explicó que antes no había tanta variedad de telas como ahora, por lo que, toda la ropa de la virgen se bordaba con hilos plateados y dorados para formar figuras de flores, hojas, palmeras y plumas.
Los bordados se usan, pero con menos frecuencia, porque ahora hay telas con lentejuelas y efecto metalizado.
La Virgen de Urkupiña, visitada por creyentes locales, del país y el extranjero, tiene 300 trajes que se guardan en el museo del templo; pero, además cada año los devotos le obsequian nuevos trajes en agradecimiento.
El vicario del Santuario de la Virgen de Urkupiña, Alberto Bortolini, informó que se tiene una colección de trajes que llegaron de todas partes del mundo.
“Hace dos años un diseñador de Buenos Aires (Argentina) vino con un año de anticipación a tomar las medidas y le confeccionó un vestido, también llegó uno de Murcia (España). Cada año tiene 20 trajes”, contó.
Esta vez la comunidad de Tarabuco, Sucre, teje un traje propio de esa región. “Tiene que llegar antes del domingo” para que la Virgen de Urkupiña lo luzca en la entrada autóctona, dijo Bortolini.
El diácono hizo además la réplica de la virgen que todos los años sale en procesión. Para eso, usó madera de maguey, yeso y oleos importados para pintar el rostro.
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