El milagro de la aparición
La tradición y la leyenda relatan que en la época de la colonia, a mediados de 1700, aproximadamente, en la comarca de Cota (sudoeste de Quillacollo), vivía una humilde familia de campesinos que tenía una hija que cuidaba a las ovejas.
La pastorcita se dirigía diariamente hacia las bajas colinas del frente de Cota, pasando el río de Sapinku donde había agua y pasto para su rebaño. Un día de agosto, se le apareció una señora con un hermoso niño en sus brazos con quien sostenía largas conversaciones en quechua. Frecuentemente, la pastorcita jugaba con aquel niño en las aguas de una vertiente que brotaba de las rocas.
Desde entonces, la niña demoraba al retornar a su casa, por lo que sus padres le preguntaron el motivo de sus tardanzas, la niña relató sus encuentros con la señora. Decía que la “mamita y su niñito” descendían a jugar con ella. Al oírla, sus padres se alarmaron y se dirigieron a la colina para convencerse del relato de la niña.
Anoticiados del acontecimiento, el párroco y los vecinos decidieron cerciorarse de su veracidad, acudiendo al lugar guiados por la niña. Cuesta arriba del cerro, estaba la señora, y al verla la niña gritó en quechua: “Jaqaypiña urqupiña, urqupiña (Allí está, ya está en el cerro)”.
La señora al llegar a la cima, desapareció, pero lograron ver una imagen celestial que se esfumaba entre los algarrobos, cactus y ululas. En el lugar, hallaron una imagen de la Virgen y la trasladaron en procesión hasta la capilla de Quillacollo y desde entonces es conocida como la virgen de Urkupiña y su fiesta es el 15 de agosto, en honor a la Asunción de la Virgen María. (1970, Mercedes Anaya de Urquidi).
“El nombre de la advocación de la Virgen María de Urkupiña derivaría de Urqupiña, expresión quechua que significa “está en el cerro”, frase que la niña exclamó para señalar la aparición de la Virgen en el cerro de Cota. ”
DATOS HISTÓRICOS
Templo de San Ildefonso
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El santuario de la Virgen de Urkupiña se empezó a construir en 1908 por el impulso del párroco Fructuoso Mencía Balderrama (1836-1926) y fue concluido en 1947. Según testimonios de los pobladores de Quillacollo, el párroco convocó al pueblo para ayudar a trasladar piedras desde el cerro de Cota para la construcción del templo. Todos fueron hasta el cerro, llevando sus bestias y carretas, incluso la imagen de la Virgen que también cargo una piedra en un aguayo amarrado en su espalda.
Las paredes y torres del templo se levantaron con todas esas piedras, que no se ven por el revoque actual de cemento.
El 8 de diciembre de 1998, mediante Decreto Arzobispal 1998/091, el Templo de San Ildefonso fue declarado Santuario de la Virgen María de Urkupiña.
La imagen original
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Según el párroco del Santuario de Quillacollo, Víctor Benavente, la imagen de la que habla la leyenda de la aparición de la Virgen en el cerro de Cota, es la hoy entronizada, aunque tiene varias restauraciones, debido a los daños que sufrió en los tres incendios del templo.
Con base en testimonios, debido a que no se han encontrado documentos, la imagen estaba sobre unos libros cubiertos por un tapete, para que sea más alta; y éstos se quemaron y afectaron la imagen, por lo que tuvo que ser restaurada.
La imagen hallada en el cerro de Cota en 1600, según algunas referencias bibliográficas, habría sido hecha junto a la de Copacabana por Tito Yupanqui y su ayudante llamado el “Quimichu”, quien iba de pueblo en pueblo llevando imágenes de la Virgen.