Dilatan estudio del ruido en Parque de la Familia
A dos años de la inauguración del Parque de la Familia o Aguas Danzantes, el más visitado de la ciudad, la Alcaldía desatiende el pedido de los vecinos para reducir la contaminación acústica.
El ruido que produce el show de las aguas danzantes llega hasta 120 decibeles en las zonas más críticas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la medida de 85 decibeles en un periodo menor a ocho horas es lo máximo que se puede percibir el oído humano sin sufrir daños.
Dos meses después de la última reunión entre la OTB Parque del Niño y el subalcalde de la Comuna Adela Zamudio, Alberto Arze, en la que se acordó medir los decibles que produce el parque, no se tiene ningún avance.
Los vecinos manifestaron que el proceso para resolver la contaminación se tornó burocrático y que las instituciones difieren en criterios para las mediciones.
“Hemos pedido a la directora ambiental las mediciones y respondió que únicamente se iban hacer en las casas y que no iban a mover ni un centímetro a los parlantes”, manifestó una vecina y audióloga, Rommy San Miguel.
El administrador del Parque de la Familia, Ivert Guzmán, mencionó que están dispuestos a hacer los cambios necesarios para reducir el ruido, pero están esperando los estudios acústicos que propusieron los vecinos.
La comisión acústica de la OTB señaló que no se les permitió hacer las mediciones dentro del parque como se acordó con Emavra y que, cuando se realizaron pruebas en un hogar junto a la Alcaldía, “mágicamente bajaron el volumen del parque”.
Al no estar de acuerdo con las mediciones, los vecinos pidieron una nueva medición y la Alcaldía se comprometió a hacer un estudio independiente.
El presidente de la OTB, Arturo Eyzaguirre, explicó que además del ruido de los shows diarios se suman las actividades extras, cuando el parque es alquilado. “Son actividades que no tienen que ver con el objetivo del parque y causan mayores molestias”, añadió. Por otro lado, Gabriela Pinto, vecina, recalcó que ni la Alcaldía ni Emavra realizaron estudios acústicos antes de construir el parque.
“Todo se ha quedado en pausa porque piden soluciones a un lugar y otro y nunca nos responden”, expresó. Los vecinos pidieron audiencia con el alcalde José María Leyes para una solución permanente a los problemas a los que se suman inseguridad, basura y comercio informal.
SE REQUIEREN CAMBIOS PARA EVITAR TRAUMAS ACÚSTICOS
El ingeniero de sonido Eduardo Loaysa, de la empresa Acustik, explicó que existe una serie de falencias en el Parque de la Familia después de realizar una inspección en el lugar. “El parque genera mucha contaminación acústica porque no ha habido un estudio enfocado a la acústica”, manifestó Loaysa. Asimismo, explicó: “La onda es una expansión que es cíclica y con caída, pero en este caso no hay caída porque la direccionalidad está en punta y la contaminación es hacia largo”. Se estima que las ondas del parque llegan hasta la avenida Ayacucho.
Para evitar la contaminación acústica, Loaysa recomienda el cambio de dirección de parlantes para obtener puntos de localización del sonido hacia el suelo, e implementar barreras ecológicas como árboles o enredaderas que absorban el sonido. Los parlantes de alto tiro, que se son seis en el parque y que son usados para estadios, producen hasta 130 decibles. “Los excesivos decibeles que se reciben por mucho tiempo pueden causar traumas acústicos y fatigas auditivas que no es significativo al principio, pero que a la larga son notorias y pueden derivar en daños graves en la escucha”, indicó el experto.