La ciudad sin norma antisísmica
El municipio de Cercado no cuenta con una normativa que regule la construcción de viviendas y edificios con diseño antisísmico. Ante este vacío, el propietario es quien decide si incluye ítems sismo resistentes.
El jefe de Urbanismo y Planeamiento de la Alcaldía, Daniel Iriarte, explicó que en el reglamento de edificación de 1991 sólo se menciona que las construcciones de más de tres plantas deben presentar el proyecto de estructura y “considerar solicitudes sísmicas”. “Si vemos nos dice consideraciones antisísmicas, no hay otra norma”, declaró.
Actualmente, los constructores se basan en la norma boliviana CBH87 y la norma Ibnorca. En tanto, el presidente del Colegio de Arquitectos de Cochabamba, Rafael Sainz, afirmó que en Cochabamba no hay construcciones que puedan considerarse antisísmicas. “De la única que tengo conocimiento es de la Iglesia de los Mormones”, dijo.
Añadió que una estructura con especificaciones antisísmicas puede incrementar en un 40 por ciento el precio de la obra, por lo que, muchos propietarios prefieren obviar estas medidas.
El concejal Edwin Jiménez (Único) señaló que debería haber personal que supervise el proceso de construcción de las obras y no únicamente los planos. Observó que exista tan poco personal para esta tarea en las comunas.
“Debería haber controles para en su momento detener la construcción (...), las subalcaldías tienen la competencia de hacer seguimiento”, señaló Iriarte.
La norma de Simplificación de Trámites señala que se deben hacer cuatro inspecciones durante el proceso de construcción de una obra, pero la falta de personal dificulta esta tarea.
Se estima que entre la entrega de la boleta de notificación por observaciones en el cálculo estructural u otros ítems y la primera orden de paralización pueden transcurrir hasta seis meses, explicó Iriarte.
Sainz propuso la creación de una ley específica de norma antisísmica. Los “lugares que son propensos a sismos debieran exigir una ley, sobre todo, de más de tres pisos”, manifestó.
Cono sur
Aiquile es el único municipio que cuenta con una normativa especial después del terremoto de 1998. Según la geóloga del Observatorio de San Calixto, Mayra Nieto, Cochabamba tiene tres fallas geológicas que provocan movimiento en la tierra: la de Aiquile-Totora, Aiquile-Morochata, que se expanden tanto de norte a sur como de este a oeste, y la del Parque Tunari que afecta a la zona del trópico. Este año se han registrado 58 movimientos sísmicos de baja intensidad en el departamento.