Un sitio incaico acoge a colonial templo de El Paso
El templo de El Paso, ubicado en la comunidad del mismo nombre en el municipio de Quillacollo, fue declarado en 1975 Monumento Nacional por su patrimonio artístico, arqueológico, histórico y religioso.
La edificación original tiene casi 500 años, en la época precolombina era un sitio incaico y en 1571 se transformó en un templo católico.
La arquitectura de la iglesia es renacentista. Se observa un gran retablo tallado en cedro y dorado a fuego con frontal de plata labrada y enchape de oro laminado, informó el párroco del templo Santiago Apóstol de El Paso, Rodolfo Ramírez.
El lugar, que fue restaurado en 2012, tiene la forma de una cruz latina con un altar mayor y dos altares laterales.
La característica más importante del retablo principal son sus dimensiones de más o menos 15 metros de alto por 12 de ancho. Esta pieza está tallada en madera de cedro y fue traída de Chuquisaca.
Según la descripción del arqueólogo Ramón Sanzetenea, el retablo tiene dos columnas grandes, talladas al estilo barroco florido y dos más pequeñas en la parte inferior.
Todo está cubierto con la técnica de pan de oro. Otra de las particularidades del templo es el coro toledano con influencia “mudéjar”, traído por los moros o residentes árabes.
Se trata del único templo en Bolivia con este tipo de coro, con espacios definidos para los instrumentos y el cantante.
El lugar cuenta con una muestra de arte colonial exclusiva, pero poco difundida. La parroquia también expone cuadros del siglo XVI y XVII. Hay una colección completa de 21 pinturas destinadas a la catequización de los indígenas. Los muebles y el confesionario son tallados.
Se dice que el Libertador Simón Bolívar pernoctó en el templo en más de tres ocasiones y que también el expresidente Mariano Melgarejo se ocultó por más de dos meses.
Dos santos
Pero, además, este templo alberga a las imágenes de Santiago Apóstol y el Señor del Buen Viaje, que fueron traídas desde España por los esclavos. Son imágenes antiguas, de gran tamaño y muy pesadas. “Llegaron sobre lomo de animales o a fuerza de esclavos”, contó el párroco.
El “Tata” Santiago es celebrado habitualmente en julio, pero en El Paso la festividad se realiza el tercer domingo de septiembre.
“Eso se debe a que los pobladores, cansados de los desbordes de un río cercano al pueblo, determinaron sacar la imagen del templo y desde esa fecha el río no volvió a desbordarse, por eso se celebra en esa fecha, como acción de gracias”, dijo Ramírez.
En cambio, el Señor del Buen Viaje (Jesucristo) no sale del templo y fue llamado así, porque está en El Paso. En el lugar, los viajeros procedentes de las costas del Pacífico pernoctaban y se aprovisionaban antes de proseguir su trayecto a Chuquisaca o Potosí.
El párroco explicó que El Paso formaba parte de la ruta de Tupuyan, que era un camino de oriente a occidente.
“Se llama Señor del Buen Viaje, porque es el único camino que nos conectaba antiguamente entre oriente y occidente entre el océano Pacífico y el Atlántico. Es el famoso Tupuyan, el camino que une pueblos, el camino del chaski, de los incas. Entonces, nace el señor de los viajeros”, dijo el párraco.
La procesión del Señor del Buen Viaje se realiza el segundo domingo de cada mes, pero cada fin de semana llega una gran cantidad de personas para hacer bendecir sus vehículos.
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Fe en el Señor del Buen Viaje
La procesión del Señor del Buen Viaje se realiza el segundo domingo de cada mes. Sin embargo, la devoción que existe por este santo hace que cada fin semana lleguen peregrinos de todas partes del departamento con sus vehículos para hacerlos bendecir.
Los devotos vienen a pedir protección para evitar percances durante sus viajes. De acuerdo con la tradición las personas que tienen fe consiguen más vehículos.
“Hay mucha gente que participa, viene cada domingo, cerramos la plaza, a veces, me toca bendecir 100 tráileres, 80 flotas, minibuses, cooperativas enteras se vienen, cuánta devoción, muchos son evangélicos o ateos, me doy cuenta cuando no hacen la señal de cruz, pero hacen bendecir sus coches”, dijo el párroco. Según los historiadores el nombre de “El Paso” proviene de la palabra “Pissu Marca”, denominativo que los indígenas empleaban, porque en el lugar se pagaba un pissu -moneda de menor valor- por el derecho a transitar y para mantenimiento del camino.
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