El Tunari, espacio de árboles únicos
Los bosques de árboles nativos del Parque Nacional Tunari se encuentran en una situación crítica por la amenaza de incendios y la explotación de madera, afirmó el director de esta área protegida, Carlos Espinoza.
Alisos, kewiñas, llok’es, molles, chiri molle y jacarandás son algunas de las 35 especies de árboles que son parte de los bosques del Tunari. De las cuales, 22 son nativas y sólo se encuentran en Bolivia.
La principal especie y la más emblemática es la kewiña. Según Espinoza, el parque cuenta con poco más de 3.600 hectáreas de este tipo de árbol, a diferencia de las 20.000 que había antes. Este tipo de plantas crece hasta los cinco metros, tiene hojas pequeñas y atrae a la lluvia.
Su corteza es utilizada como carbón vegetal. Tiene la propiedad de arder por capas y resistir a los incendios, cuando es adulto; pero en sus primeros años es frágil y muere fácilmente.
De igual modo, están los alisos y molles. Además, se encuentra el chiri molle. La diferencia está en que éste tiene espinas y las hojas son de un color más oscuro. Este árbol sólo crece en el parque.
Asimismo, se tiene otra especie emblemática, el llok’e. Tiene una apariencia similar a la kewiña, pero crece ocho metros.
“Antes habían bosques de llok’e y es un árbol tan bonito. Pero ahora cada vez hay menos y está uno separado de otro en sectores puntuales. Por este motivo, se está preservando de forma especial”, afirmó Espinoza.
Estas especies de árboles pueden convivir entre sí. Generan el crecimiento de bastante fauna en su entorno y se convierten en hogares de muchos animales y aves. Además, sus raíces profundas y fuertes evitan la erosión y deslizamientos.
Su principal cualidad es captar agua y humedad. Sin embargo, se encuentran amenazados por las actividades humanas.
El jefe de protección del parque, Alberto Terrazas, señaló que el principal problema son los incendios. “Los provocan en zonas específicas como la Taquiña, que cada año sufre un promedio de 30 incendios, (así como) Leuque Pampa, Liuruni y Combuyo”, señaló.
“En muchos casos son turistas, en otros son comunarios para la agricultura y demás”, dijo Terrazas.
Lamentó que, desde 2011, sólo dos personas fueran detenidas por los incendios. Añadió que para reparar el 50 por ciento de los daños provocados se necesitan por lo menos 20 años. Pero se busca comenzar con la reforestación y protección desde este año, agregó Espinoza.
A esto se suma que las comunidades aprovechan la madera con fines medicinales y para realizar herramienta agrícolas.
Hoy, por el Día del Árbol, se realiza una plantación en Potrero, Quillacollo, en el Tunari.
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