Poco riego y más basura en parques
El estado de los parques urbanos de la ciudad es regular. Por un lado, la primavera favorece el florecimiento de varias especies, sin embargo, la falta de agua provoca que el pasto y flores de tallo corto se sequen.
“Un 60 por ciento del parque Demetrio Canelas sufre por la falta de agua. Antes teníamos un caudal constante y ahora tratamos de abastecer con lo poco que recibimos”, señaló un trabajador de la Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación (Emavra), José Camacho.
En un recorrido realizado por los parques Demetrio Canelas, Lincoln y Excombatientes, se observó en las áreas verdes gran cantidad de basura (botellas, papeles, bolsas, entre otros). “No hay caso de controlar, nos la pasamos limpiando y al día siguiente nuevamente aparece la basura. A parte, cuando pasean a sus mascotas dejan que defequen y nos dejan la carga”, expresó una trabajadora de Emavra, Flora Nina.
Al menos 140 de las 13 mil hectáreas urbanizadas del municipio corresponden a áreas verdes. El mantenimiento de estos espacios es complicado por la falta de riego, además, muchas plazas que se construyen no cuentan con presupuesto para su mantenimiento.
Por el momento, Emavra sólo se dedica al arreglo de 12 parques infantiles, de 700 áreas verdes (jardineras y vías). En la zona sur, varias plazas están descuidadas por falta de mantenimiento y agua.
Pulmones de la ciudad
“Los parques contribuyen enormemente a la mitigación de gases invernaderos y son los pulmones verdes de la ciudad. Además, tienen la funcionalidad social de generación de bienestar humano y de esparcimiento”, dijo la ingeniera forestal, Sarah Jiménez.
Por otro lado, las áreas verdes son microespacios que regulan el clima y purifican el aire.
“Los parques promueven la biodiversidad y la fauna de aves que se alojan en las especies nativas”, destacó el ingeniero agrónomo, Jhon Zambrana.
Recalcó que, además, se debe priorizar la vegetación en altura (cobertura arbórea) de especies nativas como ser el molle, chillijchi, sauce, entre otros, antes que la plantación de flores introducidas o de los fresnos (presentes en gran cantidad en la ciudad) que crecen rápido, pero que no son nativos y que, por tanto, no son aptos para la fauna regional.