El Gobierno libanés lanza ultimátum a grupo islámico
Nahr el-Bared, Líbano | AP
El ministro de defensa libanés lanzó un severo ultimátum ayer al grupo islámico atrincherado en un campamento de refugiados palestinos, advirtiéndole que si no se rinde enfrentará una ofensiva aplastante del Ejército.
Como respuesta, los milicianos del grupo radical islámico Fatah al Islam, inspirado en la red al-Qaeda, prometieron no darse por vencidos y combatir cualquier ataque libanés.
El allanamiento del campo Nahr el-Bared -una población de calles angostas y gran densidad de habitantes ubicada en la costa del Mediterráneo- podría significar intensos enfrentamientos urbanos para las tropas libanesas y más muerte y destrucción para los miles de civiles que permanecen allí.
También podría tener graves repercusiones en otras partes de Líbano, provocando agitación entre unos 400 mil refugiados palestinos que se encuentran en el país. Otros campamentos de refugiados en territorio libanés, llenos de grupos armados, están muy molestos por los combates.
Pero el Ejército parecía decidido a acabar de raíz con el Fatah al Islam tras tres días de intensos bombardeos al campamento, desatados por un ataque efectuado el domingo por los milicianos contra tropas libanesas tras una redada sobre miembros del grupo en la ciudad de Trípoli, en el norte del país.
"Se están efectuando preparativos en serio para acabar con el asunto", dijo el ministro Elias Murr en una entrevista concedida a la televisora Al-Arabiya.
"El Ejército no negociará con un grupo de terroristas y criminales. Su destino es el arresto, y si se resisten, la muerte", aseveró.
Los miembros del Fatah al Islam dijeron estar listos para pelear.
"No vamos a permitir que esos cerdos nos derroten", afirmó un combatiente, acompañado por una media docena de colegas suyos frente a la oficina del grupo en el campamento. El miliciano, que se identificó con el seudónimo Abu Jaafar, portaba un cinto cargado de granadas.
"Estamos dispuestos a aceptar un cese al fuego permanente si nos podemos quedar, si se detiene la acción militar en nuestra contra y si se permite que retorne la normalidad al campamento", dijo el miliciano Abu Hureira.
"Si ingresan, estamos preparados. Pueden intentarlo pero no lo lograrán. Se encontrarán con una masacre", dijo Abu.
Las autoridades descubrieron el cadáver del número dos del grupo, Abu Madyan, cerca del campamento, indicaron fuentes que pidieron no ser identificadas.
Dijeron que descubrieron el cuerpo de Abu Madyan en Abde, apenas al norte del campamento de Nahr al-Bared, en las afueras de Trípoli. Murió el lunes durante los primeros enfrentamientos.
Desde que comenzara la batalla el domingo han muerto 29 soldados y al menos 20 combatientes, en la peor lucha interna del país desde la guerra civil de 1975 a 1990.
MASIVO ESCAPE
Cientos de civiles palestinos abandonaron entretanto el campamento de refugiados que estaba sitiado por las autoridades libanesas, aprovechando una tregua negociada horas antes.
Aproximadamente la mitad de los 31 mil habitantes de Nahr el-Bared se han ido desde que los combates cesaron el martes por la noche. Viajaron a pie y en automóviles a través de calles llenas de tiendas quemadas, cristales rotos, basura y ratas muertas.
Pero aún quedan miles, demasiado enfermos como para viajar o renuentes a abandonar sus hogares, y corren peligro de verse inmersos en el fuego cruzado.
Pese a la salida de miles de personas, persistía la duda de cuánto aguantaría la tregua, ya que había temor que permitir la huida de los civiles daría paso a un enfrentamiento masivo.