Trump desata una crisis con México por el muro
Washington, México y Nueva York |
El presidente de EEUU, Donald Trump, desató ayer una crisis con México por sus amenazas para que ese país vecino pague el muro que él ha ordenado construir en la frontera común, que derivó en la cancelación de la reunión con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, del martes en la Casa Blanca.
Tras firmar este miércoles una orden ejecutiva para comenzar “en meses” la construcción de ese muro con el objetivo de frenar la inmigración ilegal a EEUU, a primera hora de ayer Trump amenazó con cancelar su reunión con Peña Nieto si México no estaba dispuesto a pagar por esa “tan necesaria” barrera.
“Si México no está dispuesto a pagar el tan necesario muro, entonces sería mejor cancelar la inminente reunión (con Peña Nieto)”, señaló Trump en su cuenta personal de Twitter.
La respuesta de Peña Nieto no se hizo esperar y también llegó a través de Twitter. “Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes”, afirmó el mandatario mexicano.
Sin embargo, Peña Nieto reiteró la voluntad de México “de trabajar con EEUU para lograr acuerdos en favor de ambas naciones”.
Poco después, en un discurso desde Filadelfia (Pensilvania), donde asistió a una reunión invernal de congresistas republicanos, Trump detalló que la suspensión de su encuentro con Peña Nieto fue de mutuo acuerdo.
“El presidente de México y yo hemos acordado cancelar nuestra reunión planeada para la semana próxima”, explicó Trump.
“A menos que México vaya a tratar a EEUU de forma justa, con respeto, esa reunión sería estéril y quiero seguir una ruta diferente. No tenemos opción”, argumentó el mandatario.
Para Trump, que México trate de manera justa y con respeto a EEUU significa que el país vecino acepte pagar el muro, algo que ha rechazado rotundamente Peña Nieto y que reiteró este miércoles en un mensaje televisado.
Trump, por su parte, repitió ayer que ha “dejado claro” al Gobierno mexicano que los estadounidenses “no pagarán” ese muro, al enfatizar la importancia de la seguridad fronteriza.
Mientras, también desde Filadelfia, los líderes republicanos de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y del Senado, Mitch McConnell, cifraron ayer el coste estimado de ese muro en una cantidad de 12.000 y 15.000 millones de dólares.
En febrero de 2016, en plena campaña electoral, Trump dijo que calculaba que construir el muro costaría alrededor de 8.000 millones de dólares.
Ambas cifras son, no obstante, inferiores a los cálculos independientes como el del grupo Bernstein de Investigación, que situaron la factura total entre los 15.000 y los 25.000 millones.
Al regreso de Filadelfia a Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, adelantó que Trump pretende fijar un impuesto del 20 por ciento sobre las importaciones procedentes de México para costear el muro.
El portavoz describió a los periodistas esa medida como una decisión ya tomada por Trump y que el presidente quiere incluir dentro de una reforma fiscal más amplia que pretende negociar con el Congreso.
LOS “SANTUARIOS” REACCIONAN
En el plano interno, las reacciones de indignación a las medidas anunciadas por Trump no se limitaron sólo a los manifestantes que salieron a las calles de Nueva York a protestar.
Los alcaldes de Los Ángeles y Nueva York, las dos mayores ciudades “santuario” en EEUU, condenaron públicamente los decretos y aseguraron que continuarán protegiendo a los inmigrantes que viven allí.
“Protegeremos a toda nuestra gente sin importar de dónde vienen y sin importar su estatus migratorio”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en una conferencia de prensa.
Por su parte, Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, dijo que su ciudad seguirá siendo tolerante y dará la bienvenida a todas las personas “sin importar lo que suceda en Washington DC”.
Los alcaldes de otras cuatro ciudades californianas -San Francisco, Oakland, San José y Berkeley- también denunciaron el decreto de Trump en un comunicado conjunto.
TORTURA
Trump afirmó que el ahogamiento y otros métodos de interrogatorio de prisioneros ampliamente vistos como tortura -y prohibidos por la ley- funcionan “totalmente”, aunque dejará que los jefes de Pentágono y la CIA decidan si los reintroducen.
Consultado sobre el ahogamiento durante una entrevista con la cadena ABC en la Casa Blanca el miércoles, Trump dijo que es necesario “combatir fuego con fuego” ante las decapitaciones de estadounidenses y otras atrocidades perpetradas por los militantes del Estado Islámico (EI).
El nuevo presidente formuló estas declaraciones -que hicieron eco de afirmaciones hechas durante la campaña electoral- en medio de versiones de que su Gobierno está considerando reinstalar prisiones secretas de la CIA en el exterior, conocidas como “sitios negros”.
PARA INMIGRANTES
Preparan medidas más duras
El presidente Trump se prepara para suspender las medidas que protegen de la deportación a los jóvenes indocumentados, negar el ingreso a los extranjeros que son una “carga” para el Estado y revisar la inmigración legal que “perjudique” a los estadounidenses, según documentos filtrados a la prensa.
Trump también tiene previsto endurecer las condiciones de entrada a EEUU de los habitantes de varios países de mayoría musulmana, según los borradores de cuatro acciones ejecutivas filtradas al portal de noticias “Vox” y publicadas en su web.
En la primera de esas órdenes, todavía pendiente de revisión por la Oficina Ejecutiva del presidente, Trump se propone cumplir una de sus promesas de campaña y derogar el Programa de Acción Diferida (DACA), que ha permitido frenar la deportación de 750.000 jóvenes indocumentados, conocidos como “dreamers” (soñadores).
Trump restringirá la entrada al país a los extranjeros que supongan una “carga” para las arcas del Estado y deportará “lo más rápidamente posible” a aquellos que se hayan convertido en una “carga” y vivan de manera irregular en el país.
La tercera orden ejecutiva, siempre según “Vox”, buscaría reducir la inmigración legal a EEUU con el objetivo de “priorizar los intereses de los trabajadores estadounidenses, y en el máximo grado posible, sus trabajos, sus salarios y el bienestar de esos trabajadores”. La orden propone la revisión por el Departamento de Seguridad Nacional de diferentes tipos de visados de trabajo para establecer si deben conservarse o eliminarse.
Una última acción ejecutiva está diseñada para “proteger a la nación de ataques terroristas de extranjeros”.