Palacio de Evo, legado que rompe la armonía
La Paz |
Entre los predios coloniales y andinos de tejas color ocre, en la plaza de Armas de La Paz, dos imponentes edificios se erigen quebrando la armonía del centro histórico. Son los nuevos palacios para el Poder Ejecutivo y Legislativo que construye el Gobierno de Evo Morales.
El Presidente indígena, quien subió al poder en 2006 con un discurso izquierdista y anticolonial, tiene sus oficinas en el Palacio de Gobierno inaugurado en 1852.
Detrás de la estructura con estilo grecolatina (“Palacio Quemado”), el gobernante construye su nuevo despacho, bautizado como “la Casa Grande del Pueblo”.
La obra colinda con la catedral Nuestra Señora de La Paz, uno de los templos más antiguos, con estilo neoclásico y barroco, construido en 1835. Allí ya se observa el nuevo palacio presidencial: miles de ladrillos apilados, con columnas de hierro y cemento, para llegar a 28 pisos por 33 millones de dólares. Aún se observa la obra bruta, que en total tendrá 1.877 metros cuadrados. Se desconoce la fecha de entrega, que fue cambiada varias veces.
Al frente del nuevo Palacio, está el Congreso bicameral, controlado por el oficialismo, que también construye sus nuevas oficinas: otro edificio de 20 pisos, por 25 millones de dólares, aunque su avance es más lento.
Cuando estén terminados, ambos edificios estarán entre los tres más altos en el centro histórico de la ciudad, sólo superados por el Banco Central de Bolivia, de 32 pisos construido en los años 70, en gobiernos militares.
En la plaza de Armas las construcciones son de pocos pisos, de acuerdo con normas municipales. La Ley de Municipalidades establece requisitos para las construcciones, como el respeto al patrimonio histórico cultural y arquitectónico, a los valores paisajistas del terreno y que los bienes patrimoniales precolombinos o coloniales se encuentran bajo protección del Estado.
Para salvar eventuales limitaciones legales, el oficialismo aprobó en 2012 otra ley, declarando a los dos nuevos edificios como “prioridad nacional”, con lo que se exceptúan de la mencionada ley municipal.
“Hubiéramos preferido una tarea coordinada, que se escuchen criterios de urbanistas, pero saben también que se ha aprobado una ley nacional que declaró de prioridad la construcción de estos edificios”, evaluó el alcalde opositor Luis Revilla.
Además, existen otros elementos: una ley de uso de suelos señala que en “kilómetro cero” (la plaza de Armas) y sus alrededores las construcciones no deben ser de más ocho pisos y que en el centro histórico están decenas de construcciones antiguas y coloniales, como la Catedral, los museos de Arte y Etnografía, y de Pedro Domingo Murillo.