Crecimiento trimestral del PIB y desarrollo
Hace algunos días, el Ministro de Economía informó que el crecimiento del segundo semestre de 2017 fue de 4.9%, lo que contribuiría a lograr el crecimiento acumulado de 4.5% en el periodo junio 2017 a junio 2018, y permitir el pago del segundo aguinaldo, que es uno de los propósitos fijados por el presidente Evo Morales.
Este dato es muy importante y nos daría una señal alentadora, respecto a la necesidad de revertir la tendencia de desaceleración que ha mostrado la economía boliviana en los últimos años. Lamentablemente, si consideramos el análisis histórico de las cifras, el 4.9% resulta inferior a la tasa comparable en el mismo periodo del año 2016, que alcanzó al 5.26%.
Pero además, se conoce que existe un rezago de un trimestre, mismo que es requerido para que el INE pueda establecer el crecimiento del trimestre anterior. En este caso, el dato pendiente de publicación es el crecimiento del cuarto trimestre 2017 que debiera hacerse público a finales de marzo de 2018, plazo que el mismo INE ha definido indispensable para realizar el cálculo correspondiente.
Cuando se compara el crecimiento trimestral acumulado a diciembre de cada año, el contraste nuevamente muestra menor dinámica. 4.26% para 2016 y 3.72% para 2017, es decir, una menor base de crecimiento para lograr alcanzar el 4.5% esperado.
En suma, lo que se aprecia es que, siendo que de los 4 trimestres a contar (de Julio 2017 a junio 2018) ya se produjeron 2, y esos resultados fueron menores que el cómputo del año pasado, se concluye que en 2018 es técnicamente más difícil lograr el 4.5%.
Queda la pregunta de cuánto debería ser el crecimiento del primer y segundo trimestre de 2018 para llegar al 4.5%. La respuesta es un promedio de 5.18% en los dos mencionados trimestres. Un dato no menor, es que el crecimiento del PIB es estacional, con una tendencia histórica a crecer menos en el primer semestre, y más en el segundo.
En todo caso y más allá de pensar la meta de crecimiento como un ejercicio cuantitativo enfocado en el único objetivo del pago del segundo aguinaldo, es evidente que hay señales que se están dando, tanto desde el gobierno como desde el sector privado, que muestran un interés común en tomar las medidas urgentes para detener el proceso de ralentización y retomar la tendencia al crecimiento sostenido.
No otra cosa significa la decisión de liberar las exportaciones de productos agrícolas, avanzar en las alianzas público privadas, trabajar conjuntamente en acuerdos para apuntalar el plan de empleos, buscar mecanismos para facilitar el acceso de las constructoras bolivianas a las licitaciones del Estado, y la búsqueda de mejores condiciones en nuestra relación comercial con los países.
Son estas iniciativas, sumadas al resto de la agenda conjunta entre el empresariado y el gobierno, las que debieran ocupar nuestra atención a través del seguimiento a sus resultados, medición de sus impactos y fortalecimiento de mecanismos para su implementación.
Si conseguimos que estas decisiones se consoliden, habremos dado pasos importantes para lograr un crecimiento no solo del 4.5% sino aún mayor, lo que no tendría únicamente como resultado el pago del segundo aguinaldo, sino que bien podría ser el inicio de una etapa en la que nuestro crecimiento sea realmente sostenido, sin la inestable dependencia de los precios internacionales de las materias primas.
Presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia
Columnas de RONALD NOSTAS ARDAYA