¿Y los negocios formales en el país?
Cuando el Banco Mundial publicó la versión 2018 de su informe Doing Business, se desató una polémica sin precedentes por la posición que ocupó Chile en el ranking de cuán favorable es el entorno que ofrece un país para hacer negocios. El país vecino ocupó el puesto 55 entre los 192 países que son tomados en cuenta en este estudio, luego de una caída contínua desde el puesto 34 que ocupó en 2014. Las acusaciones de adoptar posiciones políticas en contra del Gobierno chileno al momento de elaborar el ranking dieron lugar un escándalo que fue noticia en todo el mundo. Y no fue para menos, el tema derivó en la renuncia del Economista Jefe del Banco, Paul Romer.
La noticia también hizo mucho ruido en Bolivia, sobre todo porque un economista boliviano estaba implicado en la realización de este estudio. Sin embargo, datos muy llamativos para nuestro país en ese informe se pasaron por alto, opacados, imagino, por la magnitud del escándalo que envolvió a un país que ahora miramos con mucha atención. Bolivia ocupó el puesto 152, ubicándose como el país que ofrece el segundo peor ambiente para hacer negocios en América del Sur, solo después de Venezuela (188). Quizá este lamentable hecho no fue noticia porque se trata de un sitial similar al que ocupamos, año tras año, desde hace más de una década. La mejor posición de Bolivia en este estudio se alcanzó en 2008 (puesto 140), y eso, a nadie parece importarle.
El Banco toma en cuenta diez indicadores para hacer este ranking, incluyendo los trámites para aperturar un negocio y el registro de propiedades. El puesto que ocupa Bolivia se explica por las posiciones desfavorables que ocupa en prácticamente todos estos indicadores, pero llama particularmente la atención cuán difícil es abrir un negocio formal en nuestro país. En total, se deben realizar 14 procedimientos para inscribir un negocio, siendo 8 el número promedio de trámites en América Latina y el Caribe. Estos procedimientos duran en promedio 45 días , en comparación a 31 en la región, e implican costos equivalentes al 54% del PIB per cápita. Bolivia ha caído cinco puestos en cuanto a la facilidad de registro de propiedades, la cantidad de procedimientos, el tiempo y el costo necesarios para adquirir un espacio de trabajo.
Nuestro país enfrenta los mismos grandes retos para propiciar un entorno que facilite la creación de negocios formales desde hace varios años. El Banco y otras instituciones internas e internacionales vienen señalando la necesidad de ajustes estructurales para facilitar el establecimiento de negocios formales desde hace mucho tiempo. Sin embargo, esto no aparece como una prioridad en la agenda de políticas económicas y sociales. En múltiples declaraciones por parte de algunas de las más altas Autoridades de Gobierno, el 80% de trabajadores informales en nuestro país no se encuentra en situación de desventaja, sino que están inmersos en un ‘esquema laboral que el mundo contemporáneo debe dejar de considerar como una parte incomprensible y vulnerable del amplio espectro del mercado de trabajo’.
Bajo esta lógica, no es de extrañar que se pase por alto la situación de Bolivia en un informe que causó un nivel de indignación capaz de obligar a dar un paso al costado a uno de los economistas más influyentes en la actualidad. Curiosamente, a final de cuentas y en medio de toda la controversia y acusaciones de manipulación de datos, Chile seguía ocupando el sitial más alto de América del Sur.
Columnas de RICARDO NOGALES C.