Jorge Lazarte: “El MAS tiene una visión no democrática del poder ”
El politólogo Jorge Lazarte habló con Los Tiempos sobre la situación política del país en un escenario marcado por la Sentencia del Tribunal Constitucional que habilitó al presidente Evo Morales a repostularse indefinidamente.
Para el exasambleista, la situación actual es parte de un viraje que comenzó con el referendo del 21 de febrero de 2016.
Lazarte también analizó los resultados de las elecciones judiciales y el escenario para el MAS y la oposición en 2018, año preelectoral. Además, examinó a fondo lo que él llama la crisis del sistema de partidos.
¿Cómo ve la coyuntura política luego de la habilitación de Morales y las elecciones judiciales?
Más que un cambio, se ha acentuado un viraje que se produjo el 21 de febrero y que fue determinante. Lo que ocurrió en febrero es la mayor derrota política del MAS tras 10 años de ganar elecciones, que afectó al corazón mismo del poder del MAS y a Evo Morales.
Eso no había pasado antes del 21F, hasta ese entonces el MAS vivió una época de ascenso político, de consolidación de poder y, a partir de ese momento, empieza la declinación del poder del MAS y de Evo Morales que para el Gobierno fue inesperado. Ellos pensaban que todavía estaban en momentos de ascenso y fue un golpe muy duro, lo desconcertó, no se esperaban que eso ocurriera, ahí hubo una fractura en el proceso político y se inicia una coyuntura larga con oscilaciones pero de declinación, es decir ya no es el MAS invencible, ya no es el partido del que se puede asegurar que va a seguir ganando elecciones, se abre una época en la que se hace vulnerable y para la oposición ya no es la certidumbre de que va a seguir perdiendo, esas dos certidumbres desaparecen, el MAS ya no es vulnerable y la oposición ya no es impotente.
Eso quiere decir que puede enfrentar problemas de gobernabilidad, tanto porque los conflictos mayores que enfrenta el MAS ya no son los de la primera mitad de su primer Gobierno, donde el MAS estaba posicionado en el occidente y debía pasar a oriente. Ahora los problemas del MAS están en el occidente y no los tiene en el oriente, aunque en el oriente ocurre algo interesante, un activamiento del descontento pero no de los sectores tradicionalmente antimasistas que son empresariales, que están conviviendo con el MAS, sino de profesionales y de clase media que se están empezando a mover, es como si por un lado el eje de los conflictos se desplaza del oriente al occidente. Eso se ve en las movilizaciones contra la reelección.
¿Dónde se trasladó el eje de conflictos después del 21F?
Ahora son los mismos aliados con los que tiene conflictos el MAS, por eso es que se dice que está en un proceso de declinación, lo que no quiere decir que el MAS ya no está, el MAS sigue siendo la fuerza política más importante y referente del país, pero ya no como años pasados.
Ahora la oposición es aún sumamente débil, tiene muchos desafíos que no sabemos si tendrá capacidad de enfrentar, hay incertidumbre pero con la ventaja que la oposición tiene más para ganar y el MAS tiene más para perder.
¿Cómo ve el escenario desde el fallo del TCP?
Era muy difícil que el TCP no lo haga. Pero efectivamente sorprendió que el fallo salga con este tribunal cuando se esperaba que lo hiciera con el siguiente.
Puede haber dos razones para esto, primero que habría sido una torpeza que el TCP que sea posesionado empiece con un fallo a favor del Gobierno.
Por otra parte, el tribunal finalmente dictó la sentencia y era susceptible a chantaje porque hay en el Legislativo varios procesos contra los magistrados del TCP, eso quiere decir que si no se confirmaban las expectativas del Gobierno, les inician los procesos, que están a la espera, era una cosa por la otra. Esto es una práctica común del Gobierno, y para ellos la reelección es una cuestión de vida o muerte.
Entonces ellos prefirieron adelantarse tomando el riesgo de que el fallo descontente la población, pero lo asumieron. Era un riesgo que el Gobierno corrió, pero probablemente pensando que valía la pena hacerlo porque un fallo del TCP es de cumplimiento obligatorio. Hay muchos escándalos que salieron de filtraciones internas, hay un proceso de descomposición interna, hay luchas y facciones internas, divididas no sólo en razones de poder sino en intereses mucho más banales que tienen que ver con el uso de recursos del Estado y eso puede desatar caos
Y parece ser que el único que en este momento puede detener esto es Evo Morales, por eso insisten en no caer en otro lugar que no sea el poder, ellos quieren quedarse todo el tiempo en el poder. Ya en 2005 el MAS pretendía tener todo el poder, ganó el Gobierno, pero siempre buscó el poder total, más tarde no sólo quiso todo el poder sino tenerlo todo el tiempo. Necesitaban todo el poder porque tiene una visión no democrática del poder, no creen en la independencia de la justicia.
Antes estaban en un proceso de revolución, y está claro que se podía decir que para refundar el país necesitaban mucho tiempo, se apoyaban en el largo plazo y teniendo todos los instrumentos del poder. Todas las revoluciones siempre imaginan tiempos largos para completarse. Pero para quedarse todo el tiempo en el poder el MAS ya no tiene argumentos ideológicos, sino argumentos materiales, de defensa de intereses y en este caso de protección.
Ya no necesitan quedarse todo el tiempo para implementar el proyecto de país, sino necesitan el poder para protegerse.
Sin este escudo tendrían que rendir cuentas al país de todo lo que han hecho, desde la mala gestión, que es lo de menos, hasta el manejo discrecional de los recursos.
¿Qué tendencia tiene esta visión no democrática?
El MAS no es un Gobierno totalitario, es totalizante, en el sentido de que lo quiere tener todo, pero no es totalitario como un ejemplo histórico de totalitarismo del mundo, que es cuando el estado termina ahogando a la sociedad. Este Gobierno tiene intentos de hacer eso. El totalitarismo es el Estado total.
Lo que hay es la tendencia del Gobierno de controlar a la sociedad, pero todavía hay sociedad fuera del Estado, en ese sentido no es correcto decir totalitario.
Tampoco es dictadura, pero puede llegar a ser, porque de otra manera sería muy difícil escuchar a medios que critican, a pesar de que el Gobierno decide hasta dónde se tolera la libertad de expresión; en dictadura eso no ocurre.
Los académicos llaman Gobiernos o regímenes autoritarios que reducen cada vez más los márgenes de libertad de los países y yo sumario a esto un estilo muy despótico de Gobierno, esto no quiere decir necesariamente dictadura, en sentido de que ellos son los que definen qué es lo que vale y qué es lo que no.
¿Y cómo evalúa la calidad de la democracia?
Y esto es contrario a la vida de la democracia, en el MAS nunca hubo un debate serio sobre la democracia. Nunca discutieron qué democracia querían, qué modelo de organización y de poder querían. Daban por supuesto una cierta imagen a partir de una inclinación populista, en referencia a lo que el pueblo quiere.
CURRÍCULO
Jorge Lazarte Rojas
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Mayor de San Andrés. Luego realizó estudios en la Ecole des Hautes en Sciences Sociales en París y es doctor en Ciencias Políticas de la Sorbonne Nouvelle de París. El año 2005, fungió como Delegado Presidencial para asuntos políticos en el Gobierno de Eduardo Rodríguez Veltzé. Entre 2007 y 2009 fue Asambleísta Constituyente.
Asimismo ha ejercido la cátedra universitaria en diversas instituciones, entre ellas, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
DEMOCRACIA
El escenario preelectoral es complejo
¿Cómo ve el escenario preelectoral para este 2018?
El hecho de que se dé por descontado de que va a haber elecciones según las reglas del Gobierno actual no asegura que eso pase. No sabemos hasta qué punto la población que mayoritariamente no está con el Gobierno, va a aceptar que esto ocurra, en el calendario está el proceso electoral, pero no sabemos cómo la población se va a comportar en este periodo.
Si nos remitimos a la historia del país, está claro que situaciones parecidas no eran vividas con tranquilidad, el descontento terminaba expresándose en el proceso electoral o en el proceso previo.
¿Qué va a hacer la población hasta el día de las elecciones? Eso es una interrogante. Hay una incertidumbre. Después, de todas maneras hay incertidumbre para el Gobierno.
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ELECCIONES
Desafíos del MAS y de la oposición para 2018
El Gobierno enfrenta tres escenarios que pueden ser tres derrotas para el MAS. De un lado, el MAS ya no es mayoría en el país, no por datos de encuestas sino por las elecciones. Se ha replegado a su voto seguro, es minoría electoral pero es la minoría política más importante.
Primero, puede perder los dos tercios en la ALP, eso ya sería una gran derrota política y puede abrirse un proceso de incertidumbre, porque la oposición tendría capacidad de veto. Esa derrota política es realizable.
La segunda sería que el actual Presidente, como candidato, se lo obligue a enfrentar una segunda vuelta. Ésa sería la segunda derrota política del MAS, y también es una posibilidad.
Y la tercera que es más lejana pero que tampoco es una ilusión, es que pueda perder el Gobierno.
En cuanto a la oposición, teóricamente pueden ganar, tienen todo para ello, pero en la práctica tienen grandes problemas. En primer lugar, es una oposición desfavorablemente distinta a la del pasado. Antes, la oposición era más fuerte que la actual, tenía una base social de apoyo organizada había partidos mejor estructurados que los actuales. Esa base ya no existe.
En su lugar aparecieron colectivos ciudadanos que son un infinidad, que no tienen la estructura permanente del sindicato, son efímeras .
La oposición está muy lejos de poder ofrecer algo porque no tiene algo que ofrecer distinto del Gobierno actual. Hay que preguntarse si realmente la oposición puede gobernar este país.