Expertos: Bolivia tenía opciones de ganar, pero la CIJ fue conservadora
La demanda que Bolivia presentó ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para obligar a Chile a negociar una salida soberana al mar tenía buenas posibilidades de ganar, pero los jueces prefirieron asumir una posición bastante conservadora y exegética, probablemente para evitar que otros países consideren acudir al mismo recurso en sus diferendos internacionales. ¿Qué queda en adelante? Seguir explorando otras vías diplomáticas de negociación con Chile, y buscar otras alternativas portuarias, como Ilo y la hidrovía Paraguay-Paraná.
Ésta es, a grandes líneas, la conclusión del conversatorio “Escenarios tras la derrota en La Haya”, realizado la noche del miércoles en el auditorio Los Tiempos (en difusión simultánea con la página web del periódico y con Radio Kanchaparlaspa), y en el que participaron los abogados expertos en derecho internacional: Óscar Alba, Sergio Castro, Luis Inarra y Amparo Cordero. Más de un panelista afirmó que dadas las circunstancias no había razón de buscar responsables de la derrota.
Los análisis en el conversatorio se expusieron dos días después de que la CIJ fallara rechazando la demanda presentada por Bolivia en 2013, en la que pedía que obligue a Bolivia a Chile a negociar “de buena fe” una salida soberana al mar. La demanda boliviana se basaba en ocho argumentos jurídicos, entre los que destacaba el de los “actos unilaterales” (compromisos hechos por Chile durante toda la historia del conflicto marítimo).
Los cuatro panelistas del conversatorio coincidieron en que Bolivia presentó una demanda “innovadora” y “progresista”, a la que la Corte respondió desde una posición “conservadora”, “formalista” y “exegética”, es decir, fundamentó su fallo arguyendo que en las ofertas chilenas no había términos textuales que hicieran presumir la obligatoriedad de Chile de negociar una soberanía.
Para la jurista Amparo Cordero, la propuesta boliviana era un escenario entre cuatro posibles, “no una idea alocada, improvisada o sacada de la manga de los abogados internacionales”. “La propuesta boliviana era única en su género, pedía salir de un estado conservador para entrar en un derecho internacional mucho más amplio. Estaba pidiendo a la Corte considerar que hay otras fuentes de obligaciones: las que el Estado había esgrimido, los acuerdos tácitos, los actos unilaterales”. Pero que la CIJ haya observado que esos acuerdos no hayan estado escritos de forma textual, “es el colmo de la exégesis (interpretación literal)”, dijo a tiempo de indicar que el deber de la CIJ era analizar las cartas en el contexto y ver más allá de lo meramente escrito.
Para Alba, en tanto, se trató de un fallo político, considerando que cinco de los jueces pertenecen a países miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Estados Unidos, Rusia, China, Francia e Inglaterra), además de que los otros jueces también vienen de países con problemas limítrofes (tal el caso de Japón e India). “Los jueces se atrincheraron en un campo que les dio seguridad, y no así en principios interpretativos que pudieran ser innovadores”, dijo a tiempo de reconocer que las expectativas en Bolivia fueron muy altas y que muchos abogados (entre los que incluyó el Instituto de Investigaciones Internacionales, que dirige) contribuyeron a ello.
Debatible
Para Castro, por su parte, los “actos unilaterales” reclamados por Bolivia a Chile “son novedosos, tienen jurisprudencia y claridad en derecho internacional”. “Si me preguntan a mí la perspectiva de los actos unilaterales, si bien no eran muy consistentes, por lo menos era debatibles”, agregó.
Castro, sin embargo, destacó que la Corte observó que muchos de los actos unilaterales presentados ante la CIJ fueron interpretados por ésta como acercamientos bilaterales. En criterio de Castro, tal vez hubiese sido mejor que en lugar de presentar tantos argumentos jurídicos, el equipo boliviano debió haberse concentrado en demostrar que al menos uno de los hechos presentados caía en la figura de “acto unilateral”. Para él, el caso que más se acercaba a esto eran las cartas intercambiadas en los años 50 entre Chile y Bolivia.
Inarra, en tanto relievó que, ante la política dilatoria de Chile, Bolivia analizó todas las posibilidades para ejercer presión, y que la demanda presentada en 2013 era “la más factible”. Según relató, él mismo formó parte en algún momento del equipo que analizó las alternativas y que se vieron todas las posibilidades, incluyendo la revisión o nulidad del tratado de 1904. Añadió que todos los abogados internacionales descartaron esa tesis, por lo que la CIJ se hubiera declarado incompetente desde un comienzo. En cambio, la tesis de demandar por los actos unilaterales, si bien era desahuciada por algunos juristas extranjeros fue aplaudida por otros, y entre estos se hallaban incluso algunos que formaron parte de la CIJ.
“Llama la atención que la CIJ haya seguido una interpretación muy formalista, esperaba ver términos textuales”, observó Inarra.
EL FALLO
Derrota boliviana en La Haya
El pasado 1 de octubre, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya falló rechazando la demanda marítima que Bolivia presentó ante ese organismo internacional.
En la demanda, Bolivia pedía que la CIJ obligue a Chile a negociar “de buena fe” una salida soberana al mar, atendiendo los múltiples compromisos unilaterales realizados por este país.
La principal argumentación de La Haya es que no se podían considerar actos unilaterales a los múltiples acercamientos entre ambos países, en vista de que en ninguno de esos documentos figuraba textualmente la oferta de dar salida soberana al mar.
12-3 fue la derrota boliviana
De los 15 jueces de la Corte Internacional de Justicia, sólo tres dieron la razón a la demanda boliviana.
SEPA MÁS
Los 8 argumentos jurídicos de Bolivia
1.- Actos bilaterales. Según Bolivia, hubo acuerdos que confirman la obligación de Chile de negociar. La CIJ dice que fueron acercamientos.
2.- Actos unilaterales
Según Bolivia, esos actos generan obligaciones. Para la CIJ, no hay obligación.
3.- Aquiescencia
Chile consintió en negociar soberanía. Para la CIJ, no hay ninguna declaración que merezca respuesta de Chile.
4.- Estoppel
Una parte no puede cambiar actos ni declaraciones. Para la CIJ, Bolivia no demostró cambio de actitud de Chile.
5.- Expectativas legítimas
La negativa de Chile frustra las expectativas de Bolivia. Para la CIJ, las expectativas no generan obligaciones.
6 y 7.- Cartas de ONU y OEA
La ONU y la OEA mandan a resolver el conflicto. Para la CIJ, estas cartas no especifican que haya que negociar, son sólo recomendaciones.
8.- Acumulación de instrumentos legales. Todo lo mencionado suma obligación. La CIJ lo descarta.
OPINIONES DE LOS PARTICIPANTES
Los jueces se atrincheraron en un campo que les dio seguridad y evitaron principios interpretativos que pudieran ser innovadores, y que en todo caso es más subjetivo. El manejo de la justicia, puede ser progresista o conservador. Es la propia CIJ la que estableció que los actos unilaterales son fuentes y obligan, pero de modo paralelo ellos (los jueces) podían aferrarse al artículo 38 del estatuto de la CIJ que enumera las fuentes del derecho internacional. Los jueces han asumido posiciones conservadoras, exegéticas y formalistas del derecho internacional.
Óscar Alba
Jurista Derecho Internacional
Chile no dio ninguna propuesta y Bolivia no tuvo más remedio que ver todas las opciones, y esta demanda era la más factible. Si se buscaba anular o revisar el Tratado de 1904, la CIJ se hubiera declarado incompetente desde el principio. Abogados internacionales ya dijeron que esa tesis no procedía, pero sí confiaban en ésta. Bolivia se basa en actos unilaterales, pero también en actos simplificados. Había confianza en que las notas de los años 50 se vean como acuerdos internacionales simplificados, pero la CIJ tuvo una interpretación muy formalista, esperaba ver términos textuales.
Luis Inarra
Jurista Derecho Internacional
Si la Corte hubiera considerado los acercamientos entre Estados como tratados concluidos, habría generado un precedente en el que otros acercamientos entre otros Estados podrían entenderse también como tratados. Lo que yo hubiera hecho, como abogado, es concentrarme en que alguno de los actos presentados por Bolivia tuvo fuerza de acto unilateral. La perspectiva de los actos unilaterales, si bien no era muy consistente, al menos era debatible. La CIJ pudo haber dado parte de razón a un lado, no dar una sentencia absoluta.
Sergio Castro
Jurista Derecho Internacional
La propuesta boliviana era única en su género, pedía salir de un Estado conservador y pedía a la Corte considerar que hay otras fuentes de obligaciones: las que el Estado había esgrimido, los acuerdos tácitos, los actos unilaterales, no fue una idea alocada, improvisada. Los tratados deben ser interpretados, en su objetivo, en su contexto y sentido corriente. Ir más allá de lo que está expresamente escrito. Que se argumente, que esté dicho expresamente es un extremo de la exégesis.
Amparo Cordero
Jurista Derecho Internacional
¿Qué queda? Seguir buscando diálogo con Chile y nuevos puertos
¿Qué es lo que queda? Los cuatro panelistas que participaron en el conversatorio (Óscar Alba, Sergio Castro, Luis Inarra y Amparo Cordero) coincidieron en que, pese a la derrota en La Haya, las puertas no están cerradas para Bolivia, y que hay que atender la observación de la Corte Internacional de Justicia de que este fallo no implica que ambos Estados dejen de dialogar.
El jurista Óscar Alba dijo que deben seguirse madurando las propuestas con las que se puede negociar con Chile, y que durante todos estos años, hubo desde las más disparatadas (como una canje territorial por una zona en el oriente boliviano) hasta las más viables, como la concesión a Bolivia de un corredor (ya expuesta de forma explícita en el Abrazo de Charaña) o un enclave, con o sin soberanía. “Negociar con Chile no es una cuestión de fe, sino de sentido. Lo que importa son las bases y términos que debemos negociar con Chile”, añadió.
Cordero, en tanto, observó que la demanda de soberanía en el Pacífico era para los bolivianos un aspecto muy simbólico, pero que había que pensar también en otras posibilidades económicas, tales como la habilitación del Puerto de Ilo en Perú (concedido a Bolivia hace 23 años) o los puertos bolivianos en la vía Paraguay-Paraná para sacar los productos nacionales por el Atlántico. “Hay un abanico de posibilidades”, dijo.
“En una palabra, lo que queda es trabajar. Lo que nos queda es generar un debate permanente de los bolivianos y no caer en el anzuelo de la política, el facilismo y el exitismo, y no asumir que es un asunto perdido, nunca hay un asunto perdido, debemos seguir estudiando”, dijo por su parte Sergio Castro.
TRATADO DE 1904
Hay que presionar a Chile para que cumpla su parte
Una alternativa urgente que puede asumir Bolivia ahora es presionar a que Chile cumpla sus compromisos establecidos en el tratado de 1904, propusieron los panelistas.
Presionar a Chile para que mejore sus puertos, sus carreteras, que evite las huelgas de trabajadores en las fronteras, entre otros, explicó Luis Inarra.
“No es momento de buscar responsables”
Los juristas Óscar Alba y Amparo Cordero coincidieron, durante el conversatorio de Los Tiempos, en que, tras la derrota en La Haya, no corresponde buscar responsabilidades ni sacar de esta situación un provecho político.
“No es el momento de buscar responsabilidades”, dijo Cordero, a tiempo de explicar que la demanda pudo tener un resultado distinto.
Alba, en tanto, comparó el juicio con un partido de fútbol, en el que siempre existe la posibilidad de ganar o perder. “No tenemos absolutamente nada que sacar un provecho político porque eso nos va a hacer un daño mayor”, concluyó.
NEGOCIACIONES
Estado debe buscar a empresas
El Estado debe buscar a la empresa privada para coordinar alternativas de rutas de exportación e importación, opinó la jurista Amparo Cordero.
Según ella, el Estado, por naturaleza no es un buen negociador, por lo que debe acercarse a la empresa privada para buscar estas alternativas.
DEBATE PÚBLICO
Presiones alocucionarias
Una propuesta del jurista Sergio Castro es lo que él denomina el de la presión alocucinaria, consistente en que las negociaciones no se hagan en secreto.
Cuando las negociaciones se hacen a luz pública, la población presiona para llegar a los acuerdos, por eso debemos estar todos preparados, dijo.