A más de 12 años de que el Movimiento Al Socialismo (MAS) entrara al Gobierno acompañado de una base social “fuerte”, conformada por el Pacto de Unidad, esta musculatura social, según algunos analistas políticos, ha mermado a medida que han pasado los años por distintos factores, entre ellos, la insatisfacción al cumplimiento de demandas sectoriales e intereses políticos.
Los expertos señalan que aunque las organizaciones actualmente aparecen de forma nominal junto al MAS, muchas de ellas tienen dirigencias paralelas que se crearon después de un conflicto con el Gobierno.
Sin embargo, desde el oficialismo reconocen que sí hubo alejamiento de dirigentes, pero no de las bases y que el Pacto de Unidad se mantiene “intacto”.
Recordemos que el denominado Pacto de Unidad está conformado por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), la Confederación
Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa” , la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarios y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq).
Sin embargo, la Cidob y el Conamaq fueron los primeros en “fracturar” el Pacto de Unidad, en 2011, tras las dos marchas en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) para que no se construya una carretera en medio de la zona ecológica, impulsada por el actual Gobierno.
Además del Pacto de Unidad, los cocaleros de La Paz y Cochabamba, los mineros cooperativistas también formaban parte de la estructura social del MAS, que en los últimos años han tenido conflictos con el Gobierno. La Asociación
Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) de La Paz, desde 2016, producto de la redacción de la nueva Ley General de la Coca, se alejó del MAS; en tanto que los cooperativistas mineros se distanciaron desde el conflicto por la modificación a la Ley Minera en agosto de 2016.
Por ello, el analista Carlos Toranzo asegura que el Gobierno de Evo Morales tiene más de sindical que de comunidad indígena. Los valores, la ideología de Evo Morales y del propio MAS durante mucho tiempo ha sido más sindical.
“Lo indígena ha sido y es una apuesta electoral de última hora, casi colocada como un póster al curso grueso de lo sindical, y lo sindical tiene la tradición de la Guerra del Chaco, de las nacionalizaciones del 52 y, por lo tanto, tiene la gran marca del 52, la Revolución del MNR”, señala.
Sin embargo, el dirigente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, Leonardo Loza, asegura que el Gobierno más que nunca está fortalecido. “Si mañana fueran las elecciones, con más del 60 por ciento lograríamos ganar, por su puesto existen algunas dificultades con algunos dirigentes que con poca representatividad, que sólo velan sus intereses político-económicos de un grupo, con ellos sí hemos tenido problemas, pero el Pacto de Unidad está intacto”.
Para la disidente del MAS Rebeca Delgado, el MAS “simplemente se ha quedado como símbolo” porque ya no tiene estructura, ya no tiene organizaciones, porque son simplemente operadores políticos y “estamos viendo que su política se está manejando por prebendalismo, como el tema del segundo aguinaldo”.
Agregó que “lo que significa que esa musculatura política que había hace 12 años hoy es simplemente una persona digamos débil y creo que la fortaleza en este momento, el vigor político, está en el pueblo, en las plataformas ciudadanas y los colectivos”.
Al menos 8 sectores se enfrentaron al Ejecutivo
Desde 2005 y hasta 2018, el Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) afrontó distintos conflictos sociales con las organizaciones o sectores que lo conforman. Los primeros fueron los indígenas de la Cidob, en 2011, luego el Conamaq, en 2013.
En 2015, Comcipo organizó un fuerte movilización. En 2016, los cooperativistas mineros resistieron varias semanas con bloqueos y enfrentamientos con la Policía.
En 2016, la Adepcoca rechazó la Ley General de la Coca y desde este año hasta la fecha se mantiene un conflicto.
Comcipo y Achacachi también se distanciaron
En los últimos años, el Movimiento Al Socialismo (MAS) tuvo fracturas con municipios y departamentos que en un principio eran parte de la organización política. Es el caso del Comité Cívico de Potosí (Comcipo), en 2015, y Achacahi, en agosto de 2017. Ambos impulsaron movilizaciones sostenidas contra el Ejecutivo, en un caso, por ausencia de gestión, y en otro, por denuncias de corrupción y proteccionismo.
A ellos también se suman los conflictos registrados en el municipio de Colomi el año pasado y que duraron más de una semana. En esa ocasión, los campesinos colomeños exigían al Gobierno la legalización de cocales que —según dijeron— son plantaciones ancestrales y que fueron avalados por el Gobierno en su momento, pero que después no fueron incluidos en la nueva Ley General de la Hoja de Coca.
“Hemos tenido problemas y seguro vamos a tener todavía, pero en lo general en el pensamiento ideológico vamos a seguir unidos con todos los sectores del campo y la ciudad. Porque hay dos caminos, la izquierda con Evo Morales y la derecha con los neoliberales que quieren volver”, señaló el dirigente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, Leonardo Loza.
Punto de vista
La reivindicación indígena sólo fue una impostura
Fernando Untoja Analista indígena
El fenómeno discursivo e ideológico que lo encumbró a Evo Morales Ayma y al Movimiento Al Socialismo (MAS) en el poder el 2006, basado en la reivindicación indígena, la defensa de madre tierra (Pachamama) y la Asamblea Constituyente para el nacimiento de un nuevo Estado Plurinacional fue sólo una impostura.
Desde que subió al poder el MAS, denunciamos con mi partido AYRA que todo ese discurso de ser armonioso, reserva moral, entre otros, fue una impostura que convirtió el Estado Plurinacional como un contexto imaginado con naciones y pueblos basados en un discurso colonial.
Lo que ha hecho el Gobierno es disfrazar de lo indígena una ideología importada y con eso bautizar a la gente del campo y hacerse el representante de ellos y a partir de ahí concluir de que es de ellos.
Es un caudillo convertido en redentor de los pobres, el péndulo de la política está entre dictaduras y revoluciones; lo común a ambas son las prácticas fascistas. Ambas mantuvieron relaciones de reciprocidad con las masas en base al clientelismo, la prebenda, generalizando el asistencialismo en una sociedad donde el individuo espera el don del líder.
Entonces, es un Gobierno de una gran impostura ideológica y política, es la oligarquía que se disfrazó de izquierda y luego que se disfrazó de indígena para engañar.