Vacunas incompletas causan brote de las enfermedades prevenibles
Profesionales en salud manifestaron que el incumplimiento del esquema regular de inmunización es el causante del brote de enfermedades, como la coqueluche o tosferina, rubéola y sarampión.
Según los datos de la Dirección General de Epidemiología del Ministerio de Salud, este 2022 se registraron 161 casos de coqueluche, de los cuales 110 son menores de cinco años de edad y 51 son mayores. Además, se lamentó la muerte de una niña de un año. Actualmente, hay 11 casos activos y la mayoría se halla en Santa Cruz.
A lo largo de esta gestión, se presentaron dos casos aislados en La Paz y Oruro.
El responsable del Programa de Enfermedades Emergentes y Reemergentes, Rubén Darío Montero, señaló que hace dos años no se tenía ni un solo caso de coqueluche en el país. Vinculó el brote con la falta de vacunación.
“Lo que pasa es que muchos padres solo les hacen suministrar la primera y hasta segunda dosis a sus hijos, y se olvidan de las otras vacunas, esa es una de las causas del brote de la enfermedad”, enfatizó.
La pediatra infectóloga María Elena Calderón López aseguró que el brote registrado en el departamento cruceño puede deberse a varias causas, pero, sobre todo, al incumplimiento del esquema de inmunización, debido a la Covid-19, que influyó para que las madres no lleven a sus bebés a los centros de vacunación.
“Esta enfermedad ataca a menores de un año y, sino están protegidos, puede ser hasta mortal para ellos (…) Respecto a la coqueluche o tosferina, debemos señalar que es una enfermedad respiratoria muy infecciosa y complicada, y la única prevención es la vacuna. Los infantes reciben cinco dosis a lo largo de su desarrollo: la primera a los dos meses de nacido; la segunda, a los cuatro meses; la tercera, a los seis meses; la cuarta, entre los 18 y 24 meses, y la quinta, entre los cuatro y cinco años”, explicó.
Señaló que esta vacuna forma parte de la pentavalente, que también previene la difteria y tétanos. “Es importante que la población también conozca que a medida que los niños van creciendo, su inmunidad va disminuyendo”, explicó.
Señaló que la protección en mujeres embarazadas y personas adultas mayores es mucho menor y, por ese motivo, las mujeres en etapa de gestación deberían recibir una dosis de refuerzo para la protección del bebé. Lamentablemente, dijo, esta vacuna no hay en el país.
“Los niños mayores de siete años no pueden recibir la vacuna que se aplica a los bebés de dos meses, porque es una vacuna entera la que tenemos en Bolivia y este puede provocar efectos secundarios.
Los adolescentes, además de las mujeres embarazadas, deberían recibir la vacuna llamada ‘tosferina acelular’, debido a que tiene menos efectos adversos. Pero en países como el nuestro aún no contamos con estas vacunas, por su elevado costo”, añadió.
En muchos casos, los mismos adultos serían los que contagian a los recién nacidos que son muchos más vulnerables.
Un niño enfermo puede contagiar hasta a 17 personas. El coqueluche se trasmite a través de las gotitas que se expulsan al toser.
Síntomas de la coqueluche
Esta enfermedad cuenta con tres fases, una de ellas es la catarral, que puede variar de una semana a 10 días. En esta etapa el mal puede pasar desapercibido, incluso, si no está bien entrenado el profesional puede confundirlo con otros virus.
La segunda fase o paroxística se caracteriza por la tos con un silbido de gallo, y el menor termina sin fuerza de tanto toser e incluso sin poder respirar. Finalmente, está la tercera etapa o convalecencia.