Carnaval olímpico para el adiós de Río
Como comenzaron, terminaron: una fiesta al mejor estilo carioca, un carnaval. La samba y otros maravillosos ritmos brasileños retumbaron ayer en el estadio Maracaná para despedir los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro e iniciar la cuenta regresiva a Tokio 2020.
De las bellezas naturales y la música brasileña a un baño de tecnología japonés, todo en una misma noche. Los Juegos Olímpicos le dicen adiós a la “Cidade Maravilhosa” de la samba y el carnaval, y le dice hola a la dinámica Tokio, que dejó a más de uno animado para la fiesta que se celebrará en cuatro años al otro lado del mundo.
“Estos juegos fueron maravillosos en una ciudad maravillosa”, dijo el presidente del Comité Olímpico Internacional Thomas Bach, antes de declarar cerrados los XXXI Juegos Olímpicos de la era moderna.
“Bye bye, Rio!”, expresó Bach después de homenajear a los atletas, voluntarios y a los cariocas.
Vuelta a la realidad
La ceremonia de clausura de Río de 2016, con un poco menos presupuesto que la inaugural, tuvo mucho color y mucho carnaval, sobre todo al final, pero también rindió homenajes a las raíces negras y a la pobre región del nordeste.
Bajo una lluvia que no dio tregua, una primera coreografía de personas con disfraces de aves arrancaron formando las siluetas de íconos cariocas como el Pan de Azúcar, el Cristo de Redentor o los Arcos de Lapa y cerraron con los anillos olímpicos.
Era el comienzo de una fiesta que terminaría más de dos horas después con el apagado del fuego olímpico y el regreso a la realidad de Brasil, sumida en una serie de conflictos políticos y económicos.
Roberta Sá personificó a Carmen Miranda, otro ícono, para algunos algo cliché, de la cultura brasileña, para dar la bienvenida a los atletas portabanderas, que formaron un corredor por donde entraron los atletas para ubicarse en un lugar de honor en el escenario, que ocupaba todo el gramado del Maracaná.
La música fue variada, de samba a forró, la música típica del noreste brasileño, tocada por la banda Santa Massa y el DJ Dolores.
Los atletas del equipo británico llevaban zapatos con suelas que se iluminaban al pisar con los colores de su bandera, los canadienses se pusieron guantes con los colores de la bandera canadiense, pero la mayoría llevaba impermeables.
Como es tradición, se realizó la ceremonia de premiación del maratón, la competencia que cierra los Juegos: el keniano Eilud Kipchoge, el etíope Feyisa Lilesa y el estadounidense Galen Rupp recibieron las medallas de manos de Bach y un gigantesco aplauso del Maracaná.
Por unos minutos más era Río y el “cordao de Bola Preta”, que organiza la mayor fiesta de carnaval callejero de la ciudad, tomó el Maracaná y el resto… Samba, samba y más samba. ¡Es carnaval!
La ciudad de Río de Janeiro cerró los primeros Juegos, realizados en Sudamérica, con la esperanza de pronto volver a vivir una cita olímpica.
HASTA TOKIO
La alcaldesa de Tokio, Yuriko Koike recibió ayer de manos de su homólogo de Río, Eduardo Paes, y del presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, la bandera olímpica como gesto simbólico del inicio de la cuenta atrás para los Juegos de 2020.
La entrega de la bandera olímpica, uno de los momentos más solemnes de la ceremonia que echa el telón de los Juegos de 2016, fue seguida por la interpretación del himno japonés.
Los asistentes a la ceremonia de clausura pudieron ver después cómo, tras proyectarse un vídeo, el primer ministro Shinzo Abe, apareció en medio del estadio.
El mandatario salió de un tubo como los que aparecen en el conocido videojuego “Super Mario Bros”, y con una gorra en la mano como la del emblemático personaje creado por Shigeru Miyamoto y Mitsuharo Sato.
Sobre el césped del Maracaná, la leyenda “nos vemos en Tokio 2020” proyectada con luces citó al mundo para dentro de cuatro años en la capital japonesa.
Tras la ceremonia de clausura en Río, la previsión es que la bandera olímpica desembarque en Tokio el próximo miércoles. El principal desafío de los organizadores tokiotas es hacer olvidar el escándalo de los supuestos sobornos para la elección de la ciudad como sede.