El coliseo Max Fernández cumple 50 años colmado de historias
Los escenarios deportivos, a medida que pasa el tiempo, se llenan de historia. Cada encuentro y cada momento se guarda en la memoria de quienes vivieron esos pasajes, pero también el espacio donde se dan esos sucesos es rememorado.
En Cochabamba hay varios escenarios, uno de ellos es el coliseo Max Fernández de Quillacollo, que se inauguró hace 50 años y sigue siendo el lugar donde se escriben historias.
El recinto quillacolleño tiene una historia peculiar, puesto que fue uno de los primeros en Cochabamba, aún anterior a la construcción del coliseo de la Coronilla.
Sus características eran particulares y únicas para 1969, gestión en la que se inauguró el recinto.
De acuerdo a la reseña del acontecimiento, la apertura del coliseo se dio en un acto oficial en el que estuvo presente el presidente de la República de Bolivia, René Barrientos.
Aunque ahora se lo conoce con el nombre de Max Fernández, el escenario fue inaugurado como Thomas Bata.
El pasado jueves, el coliseo cumplió medio siglo como sede de los acontecimientos deportivos que involucran principalmente al básquetbol.
En los últimos años, albergó encuentros de la Liga Boliviana de Básquetbol, la máxima categoría de esa disciplina en el país.
El coliseo fue sede de los partidos de los representantes quillacolleños Peñarol y Rubair y también del club Henry, que ofició como local en los cotejos para el ascenso de categoría.
¿Cómo surge la idea?
“El emprendimiento de construir un escenario de estas características en dicha ciudad comienza el 25 de abril de 1964, durante la gestión municipal de Rafael Peredo Antezana. En ese periodo se dictó la Ordenanza Municipal 21/64, mediante la cual se declara de ‘necesidad y utilidad pública’ un lote de terreno, con una extensión de 1.200 metros cuadrados, con destino a la construcción del coliseo Thomas Bata de la ciudad de Quillacollo”, señala la reseña.
La construcción de la infraestructura inició recién en 1968, durante la gestión del alcalde Hugo Galindo Decker, logrando así tener el mejor escenario del país, por las características del mismo. En esa época, otros coliseos estaban en construcción, pero aún no habían sido entregados razón por la que, según la reseña a la que se tuvo acceso, se lo llegó a considerar de esta manera.
Además, el recinto deportivo quillacolleño fue el primero en contar con tableros de cristal.
En la obra se invirtió 180 mil pesos bolivianos, lo que en esa época y de acuerdo al cambio representaba más de 15 mil dólares.
La infraestructura fue construida con recursos propios del municipio y no tuvo aportes de otras instancias gubernamentales.
El coliseo no estaba techado, por lo que el empresario Max Fernández ofreció financiar el mismo, en 1987.
De este modo fue que el coliseo Thomas Bata cambió el nombre y fue “rebautizado”.
El coliseo actualmente está bajo la administración del Servicio Departamental del Deporte (Sedede), dependiente de la Gobernación de Cochabamba.
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APUNTE
El público vibra con el básquetbol
Las jornadas en las que se vivió la Liga Boliviana de Básquetbol (Libobásquet) en el coliseo Max Fernández tuvieron una característica particular, y es el apoyo del público aficionado al deporte.
En especial, los encuentros que disputaba Peñarol congregaban a una buena cantidad de espectadores.
La expectativa aumentaba cuando los aurinegros disputaban partidos con rivales de Cochabamba, San Simón y La Salle-Olympic.
DE PRIMERA MANO
Un espacio lleno de historia
Medio siglo de recuerdos es lo que se alberga en el escenario de Quillacollo, luego de que pasaran varias generaciones de basquetbolistas que comenzaron con la práctica de ese deporte.
El espacio actualmente está en pleno centro de la ciudad de Quillacollo, lo que permite que los aficionados a este deporte vivan con mucha pasión su práctica.
En el escenario se jugarán también partidos de la Liga Boliviana de Básquetbol, que aún no tiene definida la fecha de inicio.
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Dos torneos triangulares para la apertura del coliseo
Para la apertura del coliseo se convocó a un torneo interdepartamental. Desde el día de la inauguración y durante el fin de semana, se disputaron dos torneos, en ambas ramas.
“Dentro el plano estrictamente deportivo, se disputaron dos campeonatos triangulares de básquetbol, de carácter interdepartamental, uno en la rama femenina y el otro en la categoría masculina. El campeonato femenino, contó con la participación de los clubes Always Ready de Santa Cruz, San Martín de Cochabamba y el anfitrión, Bata de Quillacollo, habiéndose impuesto merecidamente el representativo valluno”, señala parte de la reseña de la inauguración del coliseo.
En el triangular masculino, los equipos ColMil (La Paz), Salamanca (Cochabamba) y Avaroa (Quillacollo) fueron los que protagonizaron la competencia.
El partido inaugural fue disputado entre Salamanca y ColMil.
Por el coliseo quillacolleño pasaron varios deportistas destacados, entre los que destacan autoridades departamentales del deporte.
El título del torneo, finalmente, fue para el club paceño ColMil.
Estos dos torneos sólo marcaron el inicio de las distintas competencias que se tuvieron a lo largo del medio siglo y los que aún se disputan.
Las escuelas formativas de básquetbol también forman parte de la historia del escenario quillacolleño que aún albergará otro tipo de torneos.
La actividad en el coliseo es constante y luego de 50 años de haber sido inaugurado se espera que la competencia siga activa en el escenario.