De tal palo tal astilla: Ignacio Peredo sigue los pasos de su padre
Ignacio Peredo Rocha es un destacado voleibolista valluno. Actualmente viene entrenando en su domicilio, durante la cuarentena por el Covid-19, para no perder el ritmo de competencia y llegar bien preparado al torneo local y a los nacionales una vez que se normalicen las actividades deportivas.
Su sueño es ser nuevamente convocado al equipo nacional y jugar en un club del exterior. Vistió ya la casaca nacional en el torneo sudamericano juvenil en Colombia, integró la selección cochabambina en diferentes categorías y fue campeón nacional, reforzó a San Martín en la Liga Juvenil de 2018 y a Albert Einstein el año pasado, actualmente juega de armador en el club Nimbles. Recibió el premio Kanata 2019 como mejor jugador.
—¿Cómo empieza su afición por el voleibol?
—Como mi padre es entrenador, iba a ver los partidos en el coliseo y me sedujo este deporte, por eso a mis ocho años (2010) ya jugaba en la categoría premini del club Nimbles y me gustó. Entonces decidí dedicarle todo el tiempo que podía a entrenar y jugar en los torneos de la asociación local. A medida que pasaba el tiempo, fui adquiriendo experiencia y fui convocado a las selecciones locales de diferentes categorías y al equipo boliviano, constituyéndome en uno de los mejores armadores en todos los equipos que jugué.
El voleibol me permitió formarme como persona y sobre todo como jugador. Para mí, este deporte no es lo último que hago o algo que practico en mi tiempo libre, sino es algo que hago a diario; porque quiero llegar muy lejos y, si se da la oportunidad, sueño con llegar a jugar en el exterior.
A este deporte le dedico mucho tiempo y trabajo, enfocado en lo que quiero. Una de mis metas es llegar a representar a Bolivia nuevamente y sobre todo superarme a mí mismo. Como deportista, pienso que el límite de uno es uno mismo, que día a día que pasa, tienes que superarte a ti mismo porque los límites los pones tú.
Desde que comencé a jugar en el club Nimbles, cuando se hizo cargo mi padre como entrenador (Edson Peredo), di mis primeros pasos. Este deporte es hereditario, lo practica la mayoría de mi familia, y ellos fueron quienes me impulsaron a que yo me apasioné por el voleibol.
—¿Cuándo vistió la casaca verde por única vez?
—Fue en 2018, cuando fui convocado a vestir la casaca nacional de la categoría juvenil por el entrenador José Luis Wunder y su ayudante era Willy Céspedes, para el campeonato sudamericano que se realizó en Sopo, Colombia. Mis compañeros de equipo fueron: Fernando Aranda, Ángel Saravia, Renzo Zaconeta, Ricardo Cáceres, Miguel Farfán, Paulo Becerra, Fabian Mercado, Ruddy Salvatierra, Oswaldo Morales, Gabriel Díaz y Javier Quispe.
—¿Cuál fue la campaña que realizó con la selección local?
—A mis 12 años (2015), debuté con la casaca albinegra en el torneo nacional de la categoría sub-15, que se realizó en Oruro. Ocupamos el tercer puesto.
Tengo mucho respeto y amor para representar a mi tierra, ya que este evento lo recordaré siempre, porque aprendí mucho y sobre todo me ánimo a enfocarme más en este deporte.
Mis compañeros de equipo, fueron: Adrián Zenteno, Arturo Raldi, Esteban Covarrubias, Erick Castellón, Ismael Herbas, Gabriel Laura, Marco Urquieta, Baruk Martínez, Sergio Ledezma y Javier Carmona y el entrenador Edson Peredo.
El segundo fue el mismo año y en la misma ciudad en la categoría sub-15 y fuimos campeones.
Al año siguiente (2016), retuvimos la corona en Potosí en la categoría sub-15 y mis compañeros de equipo, casi todos fueron los mismos del año anterior.
Mientras que en 2017 fui campeón con la selección sub-15 en Oruro y con la sub-17 en Tarija.
Con la sub-17 logramos el subcampeonato en Potosí.
El año pasado, conseguimos el segundo puesto en el nacional sub-17 en Santa Cruz y con la sub-19 en Sucre. Mis compañeros de equipo fueron: Ricardo Cáceres, Erick Castellón, Aejandro Sandagorda, Ian Arias, Javir Csrmona, Renzo Zaconeta, José Suárez, Gabriel Zeballos, Baruk Martínez, Johel Omonte y Ángel Saravia. En el resto de las selecciones, la mayoría éramos casi siempre los mismos, con algunos cambios.
—¿Qué equipos reforzó?
—A San Martín en 2008 en el nacional clasificatorio de la La Juvenil sub-20 y fuimos terceros en el torneo realizado en Santa Cruz y Albert Einstein en la Liga Juvenil, cuando logramos el subcampeonato.
Con mi equipo (Nimbles), fui campeón en el clasificatorio y ocupamos el tercer puesto en la liga juvenil, el año pasado.
A nivel local, ocupamos el cuarto puesto el año pasado.
—¿Cuál es el trabajo que realiza durante la cuarentena?
—La cuarentena en el país, debido a la pandemia mundial por el Covid-19, no me impide entrenar en casa, con las mismas metas y objetivos, ya que un día que no entreno es un día menos de aprendizaje. Ahora trabajo en el fortalecimiento físico, para lograr más fuerza en la parte baja del cuerpo, como las rodillas y los tobillos, haciendo ejercicios que me da mi entrenador (mi padre) y otros que consigo por mis propios medios.
—¿Cuánto tiempo entrena normalmente?
—Todos los días una hora y media, y actualmente sólo una hora y hago trabajo físico y técnico.
—¿Quiénes son sus compañeros de equipo en Nimbles?
—Hay una buena camada y jugamos juntos desde hace cuatro años, somos un grupo unido. Mis compañeros de equipo son: Alejandro Sandagorda, Gabriel Zeballos, Adrián Mendoza, Erick Castellón, Adrián Zamorano, René Salinas, Ian Arias y Andrés Guevara.
—¿Tiene alguna alimentación especial?
—Actualmente es importante cuidar la alimentación, porque ya no se entrena el tiempo al que el cuerpo estaba acostumbrado normalmente; ahora se lo hace en un tiempo reducido y por ello es muy importante tomar en cuenta la alimentación, comer más proteína y carbohidratos para ganar masa corporal, pero todo debe ser controlado por alguien que tenga conocimientos sobre la nutrición.
—¿Qué reconocimientos ha recibido?
—Como mejor armador del clasificatorio y del torneo de la Liga Juvenil; de la selección local sub-17 y el premio Kanata que me entregó el Sedede (Servicio Departamental del Deporte), el año pasado.
Familia de Deportistas
“Mi padre también fue jugador y actualmente es entrenador. Mi hermano también juega voleibol”, dijo Ignacio.
Mi padre (Edson) empezó a jugar a sus 14 años (1987) en el club Omega, después en Ebenezer desde 1998 hasta 1990; San Martín 1992 y 1993; UCB (Universidad Católica Boliviana) en 2006; Universitario en 2018; volvió a UCB y estuvo hasta 2012; actualmente juega en Radical X en categoría mayores.
Integró la selección nacional de la categoría menores en 1989 (cuarto lugar); las eliminatorias del mundial de 1996 (segundo puesto) y 2000 (tercero), y el mismo año en los Juegos Bolivarianos de Arequipa, Perú (cuarto).
Conformó las selecciones locales de la categoría cadetes en 1988, juvenil 1989 y 1990; mayores de 1996 a 2003 fue al sudamericano de clubes campeones con UCB en 1994 a la Argentina y en 1996 a Chile.
Dirigió en las ligas nacionales a UCB desde 1994 hasta 1996 y desde 1998 hasta 2006 y a Universitario en 1997.
Actualmente se dedica a dirigir y hacer crecer más a mi club (Nimbles) y además a formar jugadores.
Mi hermano mayor (Mauricio) tiene 23 años, integró la selección local desde sus 15 años (2012) y la última fue el año pasado en la categoría mayores, juega conmigo en el club Nimbles en las categorías sub-25 y mayores, en las cuales tenemos el privilegio de compartir cancha.