Un formato que se va transformando
El Conart sufrió algunas interrupciones desde su inicio en 2002, la anterior versión de 2014 puso a los artistas seleccionados ha desarrollar una propuesta artística durante un viaje individual hacia un destino de Bolivia durante 10 días.
El soporte de su propuesta no era más que una libreta Moleskine (en la lógica del formato AtWork, bajo el convenio con la Fundación Lettera 27, www.lettera27.org ), misma que, junto a las libretas de los demás artistas seleccionados, conformaron una exposición a fines de octubre de ese año.
A través de los cuadernos, los artistas pudieron interactuar con los elementos que les circundan, ver qué influencia ejercen éstos en ellos para descubrir cómo entendemos al otro y a lo que nos rodea y de qué manera los artistas se insertan en cada contexto e intercambio con los actores involucrados.
Esa versión del Conart tuvo la intención de dar a conocer los territorios de Bolivia a través de la mirada de los artistas participantes, una mirada externa y una mirada interna, para mostrar la diversidad boliviana a través de una perspectiva creativa, en contraste de lo ocurrido en 2018.