Charanguista Alfredo Coca, 40 años dedicado al folklore
Una tarde de 1970, Alfredo Coca Antezana hizo su primera presentación para un público no mayor a 50 personas. Hoy, después de 43 años de trayectoria y de haber tocado para miles en centenares de conciertos, lanza su décimo álbum como solista “Aires latinoamericanos”. “Jamás me hubiese imaginado que mi instrumento me llevara tan lejos”, dice el músico.
El concierto se llevará a cabo el jueves a las 19:30 en el teatro Capitol, ubicado en la calle 25 de Mayo casi Colombia.
Este nuevo material discográfico contiene 10 piezas, un repertorio selecto con lo mejor de folklore nacional, peruano y venezolano. Las canciones son: “Alfonsina y el mar”, “Caballo viejo”, “La cumparcita”, “Alma llanera”, “Cuando llora mi guitarra”, “Pájaro campana”, “Quisiera ser”, “Vasija de barro”, “Uma farra na churrasrla” y “Adiós pueblo de Ayacucho”.
Coca explica que el concierto estará dividido en dos partes.
En la primera, el guitarrista Wilson Cruz lo acompañará para tocar canciones nacionales. Los hermanos Huaca, músicos paceños, interpretarán el repertorio latinoamericano.
“Este disco es una propuesta sólida que fuimos reforzando a lo largo de la carrera. Es uno de mis discos favoritos”, comenta el charanguista nacido en marzo de 1953.
Había una vez...
El primer encuentro de Coca con el charango fue en su niñez, cuando bajo la sombra de un árbol un hombre interpretaba algunas “cuequitas” y el artista oía de lejos el dulce sonido que producía aquel pequeño instrumento.
Ese intérprete desconocido vio al niño (Alfredo), quien lo contemplaba como si anhelara su juguete nuevo, le invitó a asomarse y le enseñó algunas notas básicas. Después de unos días de aquel encuentro, exigió a su madre que le comprase ese instrumento y ella aceptó. Con Alfredo sumaría otro artista más en la familia Antezana (Gíldaro y sus hijos), pero esta vez, no en la pintura, sino en la música.
Hasta sus 16 años interpretaba su instrumento de manera amateur en su casa y en una que otra reunión de amigos, pero una tarde de 1970 le invitaron a formar parte de un ensamble musical que acompañaría a un ballet folklórico en escena y fue entonces que se enamoró de los aplausos después de la presentación. Comenzó a buscar más oportunidades para demostrar su talento.
Estudió la Carrera de Arquitectura en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y la concluyó antes de 1980. Una época en la que el estudio -según cuenta- demandaba más esfuerzo ante la falta de las nuevas tecnologías de comunicación y demás aparatos electrónicos.
Se dedicó a la música y sus estudios académicos, aunque muchas veces más al primero porque iba ganando más fama por su versatilidad al tocar el charango. Formó parte de diferentes agrupaciones destacadas como ser Savia Andina, Amaru, Proyección, Sacambaya, Zulma Yugar y otros.
Ya no recuerda cuántas veces pisó una sala de estudio para grabar alguna canción, tampoco no ha cuantificado los álbumes en los que ha participado, pero sí sabe cuántos tiene como solista. “Alfredo Coca y su charango” fue el nombre de su primer y segundo disco grabado en 1991; “Charango tradicional”, el tercero; “Cuecas de siempre”, el cuarto; “Alfredo Coca en vivo vol. I y II”, el quinto y el sexto; “Esencia en charango”, el séptimo; “Acuarela boliviana” fue el octavo; “Tradiciones en charango”, el noveno, y “Aires latinoamericanos” es la última producción de Coca en la que participan músicos destacados como Eduardo Yañez en la guitarra, Juan Carlos Ancalle y Wilson Iporre en percusión.
En el transcurso de más de cuatro décadas en la música, su propuesta no sólo lo ha llevado a escenarios locales, nacionales, sino también norteamericanos y europeos. “Ellos (refiriéndose a extranjeros) valoran más nuestro arte y quiero que el mundo entero conozca nuestras tradiciones a través del charango”, dice el artista.
Actualmente, el charanguista ocupa su tiempo en planificar y gestionar el Museo del Charango que lo diseñó él mismo cuando ejercía como funcionario de culturas hace algunos años. También, junto a la Sociedad Boliviana del Charango preparan una ley para que el instrumento sea introducido al sistema educativo, a los centros de investigación y se enfoque en la difusión nacional e internacional.
"El mejor lenguaje que ha unido al mundo y a las culturas fue la música. Y no hay mejor privilegio que ser un embajador más de nuestro folklore". Alfredo Coca. Músico