Augusto Guzmán y los sonidos titánicos
Augusto Guzmán regresó a Bolivia hace 20 años después de estudiar música en Moscú. Actualmente y desde hace bastante tiempo, es profesor en el Instituto Eduardo Laredo y director y fundador de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba. Hace un par de semanas, como parte de la programación de festejos de los diez años de dicha orquesta, presentó una versión de la ópera rock Jesucristo Superstar en el Centro de Eventos y Convcenciones El Portal, junto a alrededor de 120 personas en escenario, entre músicos, actores y cantantes. En esta entrevista con Oh!, Guzmán habla del trabajo que viene desarrollando.
OH!: ¿Cómo han sido estos últimos 20 años en Bolivia?
Vine con mucha ilusión, ya con el resultado de esta Orquesta (Filarmónica) que cumple 10 años, me he puesto a pensar que hay algo que se ha establecido, que no es solo mi trabajo sino el resultado de todo un movimiento y estoy satisfecho. Siempre aparecen cosas, pero hay logros. Lo más lindo es que como Orquesta se ha establecido una programación anual, las primeras veces cuando hacíamos presentaciones íbamos a la prensa y cuando volvíamos a los dos meses nos decían: “pero ya hemos escrito”, ahora ya saben que hay una programación anual. Estos 20 años pasaron volando y cada vez tenemos más proyectos.
OH!: ¿Cómo se animó a hacer óperas y musicales?
Entre los planes de una programación de orquesta yo quería que uno de esos programas sea sólo orquesta, otro coral sinfónico y la primera vez que hicimos la ópera Incallajta, dije claro, también se puede hacer ópera, entre ópera y musical con actuaciones, etc. Pensaba tener una programación así cada año, pero es un poco difícil, entonces después de Incallajta, hicimos Jesucristo Superstar. También preparamos otra ópera que quedó desechada, pero son todas experiencias, el resultado que tenemos ahora es mucho mejor. Desde la parte técnica también se ha mejorado mucho y básicamente ha sido por tratar de poner en vivo espectáculos que no hay aquí y sí en otros países. Me animó el hecho de mostrar que en Cochabamba también se puede hacer ese tipo de espectáculos.
OH!: ¿Cómo les ha ido trabajando con artistas tan jóvenes como los que protagonizaron Jesucristo Superstar?
En este programa que es el más reciente, han aparecido los protagonistas que son artistas jóvenes y lo hacen de alma, vida y corazón. Quizás los estamos descubriendo y quizás después puedan participar en otras obras. La anterior vez que montamos este espectáculo, algunos siguieron haciendo teatro.
En la Orquesta hemos ido dando cabida a personas que no pensaban que podían hacer algo artístico, pero además generamos movimiento en otros niveles, desde el alquiler de tarimas hasta el transporte.
OH!: ¿Tiene que involucrarse también en la producción del espectáculo?
Sí, es algo fregado que me toca hacer y todo porque no tenemos recursos suficientes como Orquesta, todavía seguimos en busca de auspicios y de algún sostén económico, apoyo de la empresa privada y del gobierno, porque particularmente las orquestas en el mundo son subvencionadas, no pueden sostenerse solo con conciertos y peor en nuestro medio donde no se puede cobrar una entrada muy cara. Por esa razón es que obviamos algunos roles y los resolvemos nosotros mismos.
OH!: ¿Cómo fue el proceso para esta puesta en escena?
Enrique Escobar se hizo cargo de la puesta en escena, Carmen Collazos se encargó de la parte de danza y los tres trabajamos dando ideas y de forma muy orgánica. Ha sido lindo el trabajo. Por ejemplo, la danza no se mostró solo en números específicos sino que estaba más integrada con los actores, haciendo parte del pueblo, ellos están todo tiempo en escenario. El trabajo ha sido muy integrado y lo hemos hecho en poco tiempo, estuvimos unos cuatro meses ensayando, a diferencia de la anterior puesta.
OH!: ¿Hubo una re interpretación de la obra?
La música no ha cambiado nada, ni siquiera la letra, dijimos que respetaríamos la obra tal como es musicalmente y con el texto, pero sí la adaptación de la puesta tiene relación a cómo ha ido cambiando la vida, incluso en los últimos tres años cuando la gente no estaba tan metida en su teléfono y eso nos ha dado algunas pautas que también hemos sacado de la partitura y han coincidido con la realidad actual.
OH!: ¿Cómo les va en espacios no convencionales?
Hemos sido uno de los primeros en este género de música, en salir del Teatro Achá, buscamos espacios alternativos cuando la Orquesta tenía unos dos años de formada y lo hicimos en el Centro de Convenciones El Campo y la gran pregunta era ¿Por qué habíamos salido del Achá?
Desde hace ocho años nos presentamos en centros de eventos, y eso por cuestiones de espacio, la Orquesta ha crecido y ya no entra en el Teatro Achá.
Años después vemos que ya es algo normal, en Santa Cruz, por ejemplo, se ha formado una orquesta que se presenta en salones de eventos y ya nadie se hace lío de que los conciertos no sean en teatros.
OH!: ¿Son difíciles las condiciones técnicas?
Para cuestiones musicales es bastante cómodo en espacios como El Portal, la acústica es mejor que en el Teatro Achá, si bien está refaccionado, no han arreglado su acústica, tampoco es ideal pero es mucho mejor. Cuando se trabaja con puesta en escena es más fácil presentar en el Achá, por las condiciones técnicas.
En otros países arman conciertos al aire libre en espacios bien acondicionados y es hermoso, entonces se puede y aquí lo estamos logrando.
OH!: ¿Cuál ha sido la evolución de estos 20 años en cuanto a músicos?
Las generaciones han ido cambiado, ahí también tiene que ver la parte económica porque van creciendo, se van casando y van teniendo hijos y necesitan tener una ganancia económica por su trabajo en la Filarmónica, si fuera así seguro que seguirían. Hay unos cuatro o cinco músicos que siguen desde la fundación de la Filarmónica, la idea es llegar a pagarles un sueldo como parte de su profesionalización.
Ahora tenemos muchos músicos jóvenes pero bastante estables, sería lindo poder mantenerlos, actualmente solo perciben un bono. Es un trabajo arduo y la mantención de los instrumentos es una inversión fuerte, pero podemos mantenernos gracias al público. Tenemos unas cuantas empresas que nos auspician como Ende y de vez en cuando tenemos auspicios para algunos gastos como pasajes, pero básicamente nos mantenemos con el público que asiste a nuestros conciertos.
OH!: ¿Han estado trabajando también con músicos invitados?
Sí, del exterior y casi cada año tenemos a Rubén Darío Reina, que es casi como un mentor para nosotros porque él ha estado casi desde que se ha fundado la Filarmónica y gracias a él hemos ido trayendo otros solistas. Este año también llega él con un violista ruso, el año pasado estaba un cellista ganador del concurso Tchaikovsky, realmente músicos de primer nivel. Eso es muy importante porque también refrescan bastante lo que estamos haciendo, nos dejan sus conocimientos y enseñanza.
OH!: ¿Cuáles son las siguientes actividades?
Celebrando los diez años el plan es reponer los conciertos más taquilleros, claro que ha habido varios, pero el siguiente es con los solistas invitados del exterior, vamos a poner la Sinfonía número 3 de Brahms que es lindísima y se presentará el 8 y 9 de agosto en El Portal. También estamos viendo si reponemos el concierto de Star Wars, siempre tratando de ponerle algo nuevo.
Perfil
Augusto Guzmán
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Augusto Guzmán fundó “La Camerata Concertante” en Cochabamba, con la que presentó en un principio, obras de Bach y de autores del siglo XX, ésta dio origen a la “Orquesta Filarmónica”. Guzmán estudió en la Escuela Superior del Conservatorio Tchaikovsky, donde obtuvo su Licenciatura; paralelamente, hizo su Maestría en Dirección Orquestal y Coral en la Academia Rusa de Música “Gnessinn”, de Moscú. Padre y Director de la Orquesta Filarmónica de Cochabamba, ha realizado una labor titánica en los últimos años, con logros muy importantes como el que nuestra ciudad cuente con una Orquesta Filarmónica de primera.