¡Vive la vida que quieres!
Llegas a los 30 y te preguntas por qué estás cansanda, por qué te falta motivación. Piensas: “Debería estar más activa, debería hacer más ejercicio, debería ascender posiciones en mi trabajo, debería plantearme si quiero tener hijos”, etc., etc. Hablamos de “debería” demasiadas veces. Y es que, de acuerdo a sociólogos uno de los grandes dilemas de los millennial está precisamente entre todas esas cosas que se supone que debemos vivir y las que realmente deseamos. Se habla ya de la distimia (una forma leve de depresión) como la enfermedad asociada al estrés de toda una generación, y mientras tanto, seguimos buscando la receta para alcanzar la felicidad.
El ‘síndrome del deber’
Vivir la vida como “se supone” que debemos, y advertir que la persona que más crítica nuestro comportamiento (esa vocecita del “súper yo”) somos nosotras mismas, llevó a Karen See a escribir el libro “The Should Syndrome: Break Free and Start Living the Life You Want” (El Síndrome del Deber: libérate y empieza a vivir la vida que quieres). Según la autora, a lo largo de nuestra evolución hacia la edad adulta, las personas adquirimos ciertos compromisos y deseos ajenos que acabamos aceptando como propios sin darnos cuenta. Deseos que, en nuestro fuero interno no necesariamente compartimos, aunque lo obviemos por completo.
En el mejor de los casos, las personas afectadas por el ‘should syndrome’ o ‘síndrome del deber’ llegan a identificar cuáles son sus verdaderos deseos y sus pasiones, qué les haría realmente felices, qué vida quieren vivir… Pero los cambios implican riesgo y, en ocasiones, el miedo paraliza.
La pregunta que surge es: ¿cuánto tiempo estas dispuestos a vivir sin sentir que lo estas haciendo plenamente? Si bien los expertos aseguran que la felicidad también es sintética y nuestro cerebro tiene la capacidad de “crearla”, no deberíamos basarnos solamente en eso, pues todos los días de nuestra vida, con mayor o menor trascendencia, tomamos decisiones que trazan nuestra línea vital.
Para ejemplificar esto, la profesora de la Universidad de Harvard, Catherine Drew Gilpin Faust, dijo en un discurso: “No aparques a un kilómetro de tu destino sólo porque pienses que no vas a encontrar una plaza libre más cerca. Ve exactamente adonde quieras estar. Si no hay espacio, siempre tendrás la oportunidad de dar media vuelta”. Y así, de este dicho nació la Teoría de la Plaza de Aparcamiento Libre en La Vida, una teoría que nos anima a arriesgar, a apostar por nuestros sueños, a salir de la zona de confort … Porque la vida, como la hemos vivido hasta ahora, ya la conocemos.
4 pilares para invertir en tus sueños
Karen See elaboró una serie de consejos para dejar de hacer lo que se supone que debemos e invertir en nuestras ilusiones sin dejar de tener los pies en la tierra, tips que hemos resumido en cuatro pilares fundamentales .
Tomar una decisión implica no tomar otra
Cada vez que aceptamos algo, cerramos la puerta a otra cosa; cada vez que elegimos un camino, dejamos de andar por el otro. Así es la vida. Quizás aceptar un ascenso te prive de tiempo para ti y para los tuyos; tal vez mantener una relación te impida realizar tu verdadero sueño de vivir en el extranjero… Evalúa los pros y los contras y conócete para tomar no la mejor decisión, sino la que más feliz te hará a ti.
Comunícate y no temas expresarte
A menudo, la falta de confianza en nosotras mismas nos hace caer en el error de pensar que nosotros provocamos el comportamiento de los demás. No llamas a tu amiga porque hace tanto que no la ves que crees que estará molesta contigo. Y así, la relación va enfriándose hasta que llega un día en que la felicitación cumpleaños es vía Facebook. No insistes en esa idea estupenda que tuviste en el trabajo porque como nadie dijo nada, concluyes que no era suficientemente buena. No te atreves a contarle a tu marido lo de la cena de chicas del jueves porque, con lo tarde que has salido de la oficina durante la semana, ya tienes suficiente complejo de mala madre. Insiste, actúa como verdaderamente sientes, comparte tus miedos y tus frustraciones. Hay más personas dispuestas a comprenderte de lo que crees.
Tómate tiempo para pensar
La vorágine en la que vivimos, entre el trabajo, la vida personal y las rutinas que acaparan nuestro día y que nos impiden desconectar, hacen que no dediquemos suficiente tiempo a pensar, a nosotras mismas. Los grandes líderes invierten 10 horas semanales a pensar y lo hacen por varias razones: es un arma fundamental para la resolución de problemas, mejora nuestra capacidad de enfoque, ayuda a tener una percepción más clara de una misma y de sus metas. No hay mejor base para tomar una decisión que pensar bien antes de tomar decisiones.
Aprende a confiar en ti misma
Las dudas son normales pero, tal y como afirma el profesor de Harvard Dan Gilbert, “Nuestros anhelos y nuestras preocupaciones son a menudo pretenciosos: tenemos la capacidad de generar la misma felicidad que buscamos al tomar cada decisión”. Lo peor que puede ocurrir es que algo no salga como previste, y en la mayoría de ocasiones, hay vuelta atrás. Si no lo pruebas, nunca lo sabrás. Es imposible predecir el futuro, pero según el mismo Gilbert, el 75% de las personas están totalmente recuperadas 2 años después de sufrir el peor golpe de sus vidas. Así que hazlo no te compliques: haz lo que sientas en base al presente, a tus sentimientos actuales, sin obviar en el futuro, claro, pero no tomándolo como foco principal. /
CATHERINE DREW GILPIN FAUST
“No aparques a un kilómetro de tu destino sólo porque pienses que no vas a encontrar una plaza libre más cerca”
Datos: Cientific American, Glamour Magazine, “The Should Syndrome: Break Free and Start Living the Life You Want”