Huertos urbanos para comer sano
Los huertos urbanos se han puesto de moda y son una alternativa de vida sustentable que enriquece la creatividad, reduce el consumo de materias primas, apoya a la economía del hogar, contribuye al manejo del estrés y garantiza una mejor calidad de vida al ser nosotros mismos los productores conscientes de los alimentos que cultivamos. Javier Rodríguez, un experimentado asesor de huertos urbanos en Cochabamba, con 20 años de trabajo en este campo, explica que no es necesario contar con tamaños extensos de terreno; un espacio de dos por tres metros o uno de cuatro por cuatro son suficientes para cosechar vegetales durante todo el año, e invierno es una época igual de fértil que verano debido a que en Bolivia el frío no llega a temperaturas extremas.
“Lo importante es preparar bien el espacio que se va a cultivar, protegerlo y contar con bastante luz solar”, recomienda Rodriguez, sobre todo porque los animales como los perros, gatos y pájaros están al asecho, y para garantizar un cultivo libre de contaminación es importante usar una malla protectora; "las de semi-sombra al 50 por ciento son ideales y valen alrededor de 30 bolivianos el metro, y constan de cuatro metros de ancho", relata.
Asegura además que todo lo que en esta época está a disposición en el mercado es posible cosechar, al margen de convertir a esta experiencia en una actividad muy enriquecedora para toda la familia, que sensibiliza a los niños y crea un ambiente de respeto hacia el medio ambiente.
Los plantines pueden adquirirse de viveros, o comprarse en la Av. República (en Cochabamba); o adquirir las semillas en el mismo sector e iniciar un almácigo propio. Otra alternativa es obtenerlos a partir de las mismas verduras que compramos para comer, separando las pepitas, haciéndolas secar y regándolas en macetas.
"Existen distintos tipos de cultivos. Unos pueden ser horizontales y sobre el mismo terreno. Otros pueden planificarse de manera vertical, sobre todo cuando no tenemos mucho espacio y queremos cultivar en balcones, ventanas o espacios muy pequeños", nos dice el experto.
Entre la variedad de vegetales y frutos más resistentes para junio y julio están por ejemplo los tomates, frutillas, zanahorias, lechugas, rábanos, acelgas, albahacas, perejiles, apio, cebolla, coliflor, brócoli, repollo y espinacas. Los locotos y pimentones son algo más delicados pero también resisten a toda época, según comenta.
El costo de los plantines de vivero es en promedio de 10 bolivianos por unidad, con la ventaja de que éstos están adaptados y prenderán fácilmente, pese a las adversidades del clima, dice Rodríguez, quien además es propietario del Vivero Mediterráneo, distribuidor de hortalizas y plantas comestibles que incluyen hierbas aromáticas, entre otras.
Los especialistas recomiendan hacer algunas combinaciones con las hierbas y las hortalizas. El argumento es que algunas son compatibles porque se adaptan a las mismas condiciones de suelo, luz y riego, o porque una aporta nutrientes en la tierra que la otra necesita y viceversa. También porque una hierba aromática puede ayudar a controlar algunas plagas para las otras plantas.
Por ejemplo tomate con albahaca, perejil y orégano; pimentón con orégano o tomate; frutilla con ajo; y zanahoria con romero o salvia.
ORIGEN DE LOS HUERTOS URBANOS
Durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, Alemania y Reino Unido comienza a usarse esta forma de cultivo en las ciudades, y se llegan a consumir hasta un 40 por ciento de alimentos procedentes de los huertos urbanos, que pasan a denominarse “Victory gardens” o War gardens” (jardines de la victoria y jardines de guerra).
El sistema se hizo indispensable ya que los países europeos no podían depender de las importaciones para asegurar sus alimentos. Por ello los pobladores usaban macetas, jardines y hasta terrenos públicos como campos deportivos y parques.
A partir de los años 60 vuelve a resurgir el concepto de huerto urbano, pero esta vez de la mano de movimientos ecologistas en rechazo al sistema.
Actualmente los huertos urbanos toman mayor fuerza por dos razones: primero como alternativa a la cosecha y producción orgánica y sana, libre de pesticidas. Y además como una alternativa del "fair trade" o "comercio justo" en apoyo a los campesinos y en rechazo a los "rescatistas" revendendeores de productos.
QUÉ SE NECESITA
Armar un vivero en el jardín de su casa es una tarea muy fácil. Se necesita:
• Un espacio de terreno.
• Cuatro postes (bolillos de eucalipto con la base pintada de alquitrán).
• Malla de gallinero.
• Malla plástica semi-sombra al 50 por ciento.
• También puede usar gangochos plásticos o tiras de polietileno (plástico por metros).
• Plantines diversos.
• Agua.
•Tierra y abono (compost).