El cuidado de los dientes de leche
Los dientes de leche acompañarán a los niños durante unos cuantos años, de modo que conviene cuidarlos desde que empiezan a salir para procurar una correcta salud bucodental en la infancia.
La base es procurar que los dientes estén limpios el mayor tiempo posible y crear unos hábitos que acompañen al niño durante la infancia y, de este modo, también más adelante. Poner unos buenos fundamentos desde pequeños hará que en el futuro no tengamos que visitar al dentista más de lo deseado.
Es importante que nunca se olviden dos cepillados: el de la mañana, después del desayuno, y el de la noche, antes de acostarse. Ir a la cama con los dientes sucios o mal lavados hace que sean demasiadas horas con las bacterias actuando en la boca. En el caso de los bebés, recordamos que la caries del biberón se favorece si se van a dormir con él, así como si se endulza el chupete con miel y azúcar, según explica la pediatra Ana Gamez en su blog.
Participación
Es recomendable dejar que el niño vaya participando en la higiene bucal según su edad, y animarlos a lavarse los dientes. Como mínimo, por la noche debe haber control por parte de los padres y repaso con el cepillo, aunque al principio es conveniente hacer una supervisión en cada lavado. Una correcta técnica de cepillado evitará que queden restos en la boca.
Cuando el niño tenga el control suficiente y sepa escupir bien después del cepillado, usar un enjuague infantil natural o con bajo contenido en flúor. No utilizar enjuague ni pasta dental de adultos, pues contiene una cantidad de flúor excesiva para los pequeños, explica Gamez. El flúor es necesario pero sin abusar, y para los más pequeños es mejor una pasta dental sin flúor, pues aún no saben escupir bien y pueden tragarse la crema. Si el niño toma flúor en exceso puede producirse fluorosis leve. En los niños menores de seis años de edad este exceso de flúor podría provocar esta anomalía de la cavidad oral, en especial de las piezas dentales, donde podrían aparecer manchas, incluso con efectos a largo plazo. La ingesta de flúor en los niños pequeños podría dar lugar a que también los dientes definitivos salieran con motas o descoloridos.
CONTROLES
Se debe acudir a revisiones periódicas con su odontopediatra. Se recomienda al menos una visita anual desde que le salen los dientes al niño. En muchos lugares existe un programa de salud bucodental que facilita estas visitas, al resultar cubiertas por el sistema sanitario.
En caso de tener alguna patología debe tratarse para prevenir problemas mayores o mejorar el desarrollo del niño. El seguimiento del odontopediatra también en este caso es importante.
LA DIETA
Es importante mantener una dieta sana con abundantes lácteos, frutas, verduras y no abusar de los dulces o bollería industrial, que están en la punta de la pirámide de los alimentos, es decir, sólo han de ser consumidos de manera ocasional.
Si los niños realizan deportes de contacto o de riesgo deberían utilizar un protector bucal para evitar fracturas o lesiones. De todas formas, no es raro que, aun sin realizar este tipo de ejercicios, los niños sufran determinados golpes en la boca. Por ello, recordamos lo que es conveniente hacer en el caso que se le rompa un diente al niño, así como qué hacer si se le sale una pieza dental. Si se ha producido una lesión que afecte a los dientes hay que realizar un seguimiento adecuado para prevenir complicaciones.