La esperanza de vida cae en EEUU por primera vez desde la crisis del sida
Washington |
La esperanza de vida en Estados Unidos cayó en 2015 por primera vez desde la crisis del sida en 1993, situándose en los 78,8 años, debido a un aumento en ocho de las 10 principales causas de muerte, sobre todo en menores de 65 años.
Las muertes por enfermedades cardiovasculares e infartos crecieron tras años en descenso y aumentaron también las provocadas por el alzheimer, los accidentes, dolencias del hígado y el suicidio.
La única nota positiva que recoge el informe del Centro Nacional para las Estadísticas de Salud, dado a conocer ayer, es que el cáncer disminuyó un 1,7 por ciento, gracias al descenso en número de fumadores y los avances en el tratamiento.
Los primeros análisis del informe apuntan al papel que juega la epidemia de la obesidad en el aumento de las muertes por enfermedades cardiovasculares, infartos, diabetes y, quizás, el alzheimer.
Esa enfermedad neurodegenerativa es la causa de muerte que más aumentó en 2015, un 15,7 por ciento, pero los expertos consideran que esto se debe a que cada vez se reporta más la dolencia como motivo de fallecimiento.
La tasa de mortalidad por accidentes experimentó la segunda mayor subida, de un 6,7 por ciento, mientras que los suicidios aumentaron un 2,3 por ciento.
Estos porcentajes se leen a la luz de la epidemia de adicción a la heroína y a los analgésicos derivados del opio, que a su vez están asociados a la desesperación ante una recuperación económica nacional que no ha llegado a muchos ciudadanos.
Con todos estos factores sobre la mesa, la esperanza de vida pasó de 78,9 en 2014 a 78,8 en 2015, tras haber aumentado año tras año desde la crisis del sida hace dos décadas.
La esperanza de vida en Estados Unidos es menor que en otras naciones desarrolladas como Reino Unido (81), Alemania (80,8), Australia (82), Canadá (81), Francia (82,3) y España (83), según datos del Banco Mundial de 2014.
El país norteamericano vio caer su esperanza de vida en contadas ocasiones durante el último medio siglo, la última en 1993 cuando el sida hizo retroceder la estadística de 75,6 a 75,4.
La caída de 2015 fue ligeramente más acusada para los hombres, al pasar de 76,5 a 76,3, que para las mujeres, de 81,3 a 81,2.
Uno de los datos clave del informe de 2015 es que la esperanza de vida no cayó para las personas de 65 años, situada en 19,4, lo que indica que las enfermedades que incrementaron la tasa de mortalidad ocurrieron en la mediana edad o antes.