Exposición prolongada al sol, gran responsable del cáncer de piel
La exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) sin protección es uno de los principales factores que aumenta el riesgo de cáncer de piel a nivel mundial. En Bolivia, es el tercer tipo de cáncer más frecuente en las mujeres y el segundo en los hombres, según datos del Ministerio de Salud.
Buenas prácticas de protección de los rayos ultravioleta, un diagnóstico precoz y tratamiento oportuno ayudaría a reducir los índices, señalan los expertos.
Hoy, 21 de julio, es el “Día Nacional de Lucha Contra el Cáncer de Piel” que se conmemora desde el año 2015 y se realizan actividades de prevención.
En Bolivia, se registraron 999 casos de cáncer de piel en mujeres y 752 casos en hombres, según datos de 2015 del Ministerio de Salud.
A nivel general, el 8 por ciento de los casos de cáncer reportados en mujeres corresponden a cáncer de piel. En los hombres, el 11 por ciento de los casos de cáncer identificados son de este tipo.
El cáncer de piel es una afección por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos de la piel.
“El cáncer de piel es la transformación de las células que se encuentran en los estratos de la piel, que sufren una transformación, se modifican y se presentan las lesiones de tipo cancerígeno”, explica María Virginia Paredes, presidenta de la Sociedad Boliviana de Dermatología.
Bolivia, en una zona de riesgo
La ubicación geográfica de Bolivia hace más susceptible a la población a recibir con mayor intensidad los rayos ultravioleta del sol, especialmente los habitantes del altiplano.
La altura y latitud son dos importantes factores que aumentan el riesgo de contraer cáncer de piel en Bolivia, a diferencia de otros países.
“La radiación ultravioleta o la intensidad de los rayos solares se incrementan en ciudades con mayor altura como El Alto y La Paz —le siguen Potosí y Oruro— y el hecho de estar más cerca de la Línea del Ecuador nos ubica dentro de la franja de mayor riesgo”, asevera Paredes.
La especialista resalta que eso no significa que en los demás departamentos (como Cochabamba o Tarija) no se presenten casos de cáncer de piel, existen registros. “Estamos en una franja roja de alta intensidad de radiación ultravioleta”, dice Paredes.
Más en varones
La especialista señala que en los últimos años hubo una aumento de los casos de cáncer de piel en el país y que existe una ligera tendencia de presentarse más en varones que en mujeres. “Esto puede responder a factores de tipo laboral (agricultura, albañilería, ventas y otros) o recreativas (como deporte al aire libre)”, explica.
Tipos de cáncer
Hay tres tipo de cáncer de piel: los carcinomas basocelulares, espinocelulares y el melanoma, siendo este último el más agresivo y peligroso, ya que causa la muerte a los pacientes al hacer metástasis, es decir que las células cancerosas se separan del tumor original y se instalan en otros órganos.
El melanoma se forma a partir de los melanocitos o células pigmentarias de la piel. Su primer signo es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar, aunque también puede aparecer como un lunar nuevo.
La piel tiene memoria
La piel conserva la memoria de las quemaduras solares que uno sufrió en la infancia hasta los 18 años y eso duplica el riesgo de padecer esta enfermedad. Los expertos señalan que los hábitos saludables como la fotoprotección desde niño contribuiría a la reducción en la indecencia de esta enfermedad en un 80 por ciento.
También deben tener especial cuidado aquellas personas de piel clara que no logran broncearse, las que poseen un número elevado de lunares (más de 50), las que cuentan con antecedentes familiares de cáncer de piel y las que, debido a enfermedades como el sida o la leucemia, tienen el sistema inmunológico debilitado.
Para estos grupos de riesgo es necesario un seguimiento a través de revisiones una o dos veces al año.
“Dentro de los factores de riesgo también está la carga genética. Por ello, quienes hayan tenido antecedentes de cáncer en la familia de cualquier órgano tienen una carga genética que puede ser también un factor de riesgo y condicionar a un tipo de cáncer de piel”, explica Paredes.
Señales de alerta
Uno debe estar pendiente de cualquier cambio que sufra la piel como nuevas manchas, bultos, marcas, heridas que no sanan e incluso mayor sensibilidad o picazón en una área de la piel o descamación, sangrado, etc. Son señales que pueden advertir de la existencia de un melanoma o de su posible desarrollo. Si se observan algunos de estos signos, hay que acudir al dermatólogo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año se producen en el mundo 132.000 casos de melanoma maligno, que es el cáncer de piel más dañino que existe, pues mueren aproximadamente 66.000 personas al año.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN BÁSICAS
-Ponerse protección solar 30 minutos antes de tomar el sol para que haya penetrado correctamente en la piel.
-Renovar la crema solar después del baño o cada tres horas, pues la acción de fotoprotección se pierde.
-Usar fotoprotector de 50 FPS en cuerpo y cara.
-No tomar el sol entre las 11:00 y las 16:00 horas, ya que es cuando hay mayor radiación solar y afecta más a la piel. En este periodo, el sol incide más perpendicularmente a la superficie terrestre y, por lo tanto, “llega menos filtrado por la atmósfera”, haciendo que su radiación sea más intensa.
-Usar gorras, viseras y sombreros de ala ancha durante las horas de más exposición solar.
-Tomar en cuenta que existe radiación ultravioleta en días soleados pero también nublados.
- Realizarse revisiones anuales con los especialistas de la piel (dermatólogos) para controlar posibles anomalías de pecas y lunares para prevenir la enfermedad.
- Los niños deben protegerse de manera especial con un fotoprotector de alta protección.
- Evitar el uso de camas solares. En otros países su uso está prohibido.
DISTINGUIR UN LUNAR NORMAL DE UN MELANOMA BAJO LA REGLA ABCDE
Asimetría: que la mitad de un lunar no es igual a la otra mitad.
Bordes irregulares: bordes desiguales, borrosos o dentados.
Color: los más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados.
Diámetro: si el lunar mide más de 6 milímetros o aumenta de tamaño.
Evolución: cuando hay cambios notorios en los últimos meses.