China reta a Boeing y Airbus con su C919
China pretende romper el duopolio Boeing-Airbus en el mercado mundial de aviones, y el viernes pasado presentó su C919, un avión de medio alcance construido por la empresa pública de Pekin Commercial Aircraft Corporation of China (Comac).
La nueva nave hizo su primer despegue el pasado viernes desde el aeropuerto internacional de Shanghái, en un vuelo de prueba de una hora y media, constataron periodistas de la AFP en el lugar.
El avión, blanco, azul y verde, con la inscripción "C919" pintada en la cola, comenzó su vuelo a la hora prevista y en medio de aplausos y gritos de las miles de personas que presenciaron el despegue desde la pista del aeropuerto. El tráfico aéreo fue restringido para la ocasión.
Con este aparato, que puede transportar a 168 pasajeros a 5.550 kilómetros de distancia, Comac espera poder rivalizar en los vuelos regionales con las dos grandes estrellas del medio alcance, el B737 del estadounidense Boeing y el A320 del europeo Airbus.
El régimen comunista ha hecho de este aparato, cuyo primer ejemplar fue presentado al público en noviembre de 2015, una apuesta de prestigio. Para su fabricación se han invertido importantes fondos públicos.
No tener un avión "made in China" es estar "a la merced de otros", dijo el presidente Xi Jinping en 2014.
El objetivo de Pekín es, realmente, interponerse al duopolio de Airbus y Boeing, a los que ni el canadiense Bombardier ni el brasileño Embraer han conseguido hacer tambalear.
Boeing y Airbus comparten, casi por igual, el vasto mercado chino, que debería destronar de aquí a 2024 a Estados Unidos como primer mercado mundial del transporte aéreo.
Comac, por su parte, espera obtener una parte del pastel. La empresa pública aseguró haber registrado 570 encargos para el C919 a finales de 2016, casi exclusivamente de las compañías chinas.
PRIMER OBJETIVO: LA CERTIFICACIÓN
Comac, el fabricante de aeronaves chino ya construyó el ARJ-21, un pequeño avión regional. Seis años después de su primer vuelo en 2008, este bimotor de entre 79 y 90 plazas fue certificado a finales de 2014 por las autoridades chinas y a día de hoy ya se comercializa.
No obstante, hasta la fecha no tiene luz v6erde de la Administración Aeronáutica norteamericana, quedando relegado así a vuelos internos en China.
La certificación del C919 se prevé complicada. La tarjeta de acceso norteamericana es indispensable para sobrevolar Estados Unidos y es obligatoria para aviones destinados a vuelos internacionales.
Para Comac también podría ser difícil convencer a potenciales compradores en un mercado internacional "bloqueado por Airbus y Boeing", señaló Shukor Yusof, analista en Malasia para el gabinete Endau Analytics.
Frente a estos mastodontes, que ya tienen "una larga historia y productos probados desde hace tiempo", la empresa china deberá ganar en credibilidad y esto "no va a llegar en diez años", indicó a la AFP.
Asimismo, la ausencia de una red internacional de servicio posventa y de mantenimiento podría ir en detrimento de Comac. Por su parte, Pekín continua con sus avances tecnológicos para asegurar el éxito de su campeón.