Estudiante desarrolla dron para el control fronterizo
Con el objetivo de fortalecer el control fronterizo y disminuir el ingreso ilegal de mercadería en pequeñas cantidades -mejor conocido como contrabando hormiga-, Erlan Medrano, estudiante de electrónica y telecomunicaciones, diseñó, programó y armó un vehículo aéreo no tripulado, conocido popularmente como dron. Éste puede ser manipulado a través de un control a distancia por un piloto en tierra o un software automático implementado en el mismo vehículo.
Medrano, que trabajaba en su proyecto desde 2014, contó que “el año 2016 y 2017, a medida que avanzaba el proyecto, veía algunos problemas como el contrabando hormiga, robo de vehículos que se dan en las fronteras, entonces pensé ofrecer una solución para controlar estos problemas”.
A su vez, explicó que ese tipo de problemas fronterizos afectan al empresario boliviano. “Existe perjuicio por evasión de impuestos, que son sumas muy fuertes. Es un problema con bastante impacto y ante esto muchos países optaron por esta tecnología”.
El proyecto consiste en tener una estación de base en tierra en un lugar estratégico desde donde pueda ser controlado el dron que obtendrá imágenes y videos de los terrenos que se quieren controlar.
“Se pueden obtener imágenes hasta de una distancia de 200 kilómetros a la redonda. El control puede ser efectuado tanto de noche como de día para visualizar los diferentes delitos que se dan en la frontera”, indicó.
El proyecto fue desarrollado bajo la tutoría de Francisco Triveño, doctor en ingeniería que trabaja en el diseño y producción de aviones en la Empresa Brasileira de Aeronáutica (Embraer). Cada año retorna al país a dictar cursos de posgrado y dar capacitaciones.
Además, parte del dron fue financiado por Ciac Training & Aviation Services.
Medrano asegura que muchos de los materiales utilizados para la realización del equipo fueron de bajo costo.
Actualmente, la base en tierra tiene tres pantallas y puede obtener imágenes de un rango de 2 kilómetros a la redonda. Los materiales y partes del dron fueron conseguidos en el mercado de la ciudad o por impresoras 3D, además tiene la capacidad de levantar cuatro kilos y una duración de batería de 15 minutos.
“Es un orgullo mío, pues todo fue diseñado, programado y construido por mí y en nuestra cuidad”, dijo. Aseguró que el proyecto puede ser mejorado tanto en las funciones y alcances desde el dron hasta la base en tierra que lo controla, ya sea con mejores cámaras, alcance, resolución y precisión.
Entre los proyectos futuros, el joven creador espera mejorar su proyecto y lograr incluso que pueda alcanzar los 100 kilómetros a la redonda o mejorar el tiempo que transcurre desde que el dron toma las imágenes hasta que éstas llegan a la base en tierra, pues actualmente tarda aproximadamente dos segundos, lo que puede ser perjuicioso para el control.
“Quiero cubrir varios terrenos, ayudar incluso en la parte agrícola como en la parte de revisión, deforestación y loteamientos y que se pueda adaptar a diferentes contextos”, señaló.
Al dar una valoración a la situación tecnológica en el país y en la ciudad, Medrano destacó que el talento, curiosidad e interés son elementos que siempre están presentes.
“Los jóvenes nacemos con la innata curiosidad de saber cómo se hacen las cosas. También hay varias personas que han estado impulsando el desarrollo de estos proyectos, dando clases y cursos”.
Sin embargo, indica que aún falta mucho apoyo, desde instituciones gubernamentales hasta la formación temprana en colegios, unidades educativas y espacios de formación. Además, resaltó que el apoyo financiero, muchas veces, es difícil de conseguir .
"Lo importante es alcanzar una independencia tecnológica con la cual poder generar conocimiento, investigación y desarrollo". Erlan Medrano. Estudiante