Muerte de soldado en Cotapachi revela irregularidades en el cuartel
¿Por qué los conscriptos hacían limpieza de las armas a las 22:40 en un lugar restringido? Es una de las preguntas que aún no fue respondida por las autoridades militares tras registrarse la muerte de Juan José Flores Mamani (19), soldado del primer escalón categoría 2018.
El informe oficial señala que el conscripto del cuartel de Cotapachi, en Quillacollo, falleció por una herida en el pecho producto de un proyectil de arma de fuego.
A las interrogantes se suman contradicciones. Por ejemplo, el reporte de las Fuerzas Armadas señala que el militar fue socorrido de manera inmediata al hospital Los Olivos; sin embargo, el reporte policial indica que personal médico de la clínica El Carmen se comunicó con la Policía para reportar que la existencia de un herido por arma de fuego. Posterior a ello, el joven fue trasladado al hospital Seton, sin embargo, por la gravedad de las heridas finalmente, fue remitido al hospital Los Olivos, donde falleció en medio de una cirugía.
“Si mi sobrino está asegurado en Cosmil, ¿por qué no lo llevaron ahí directamente?, ¿por qué lo llevan a una clínica que parece posta de salud? Sabían que se trataba de una herida de bala, podían salvar la vida de mi sobrino”, señaló uno de los familiares.
Con fines investigativos, fueron arrestados ocho militares: seis soldados, un capitán y un sargento. Tras la declaración en la Fiscalía, el soldado Russel M. N., de 19 años, quedó aprehendido por el delito de homicidio culposo. Según el reporte policial, Russel admite llorando que hizo un disparo a consecuencia de estar jugando con el arma de fuego calibre 9 milímetros y por mala manipulación.
El informe policial refiere que el comandante de unidad no explicó por qué los soldados tenían acceso al arsenal bélico y por qué tenían las llaves.
El comandante de la Séptima División, Fuad Ramos, aclaró que el incidente se dio cuando se desarrollaban “actividades de rutina. Como cualquier día de limpieza, los soldados estaban bajo la supervisión del instructor”.
Un testigo dijo a Los Tiempos que el sargento Juan Pablo M. M. encomendó a los siete soldados implicados en el hecho realizar la limpieza.
Sin embargo, no quiso dar detalles de lo acontecido, refiriendo que no se quiere contaminar la investigación. “Tenemos un plazo de 10 días para la presentación del reporte, después de ese tiempo tendremos mayor información”, advirtió.
El jefe militar no supo aclarar si a momento del incidente junto a los soldados se encontraba el instructor u otro responsable. Ramos dijo que después de cada actividad, el armamento no queda cargado y que no siempre se hace la limpieza en ese horario, ya que esto depende de las actividades programadas para el día siguiente.
“Se desarrollaban actividades de rutina como cualquier día. Los soldados estaban bajo supervisión”
“TODO SOLDADO DEBE LIMPIAR SU ARMAMENTO”
“Todo soldado debe limpiar el armamento que se le asigna, pero hay horarios específicos, generalmente es una hora después del almuerzo”, explicó el responsable de las FFAA, Jorge Santiesteban.
“No es usual hacer limpieza de armas en horas de oscuridad a menos que los soldados estén siendo sometidos a instrucción de especialidad. Además, la limpieza de armas es una actividad que debe estar debidamente detallada, especificando el día y la hora en los programas semanales de la compañía, aprobada por la jefatura de importaciones de la unidad (batallón)”, agregó.