Carnaval con barbijo y coplas de pandemia en Cochabamba
JUAN CLAVIJO ROMÁN |
Como cultura viva, las coplas van adaptándose a cada cambio del contexto de quienes las interpretan.
La pandemia del Covid-19, que está a poco de cumplir dos años, trascendió varias dimensiones de la sociedad y ahora se tiene el reto de reinventarse, en medio de la lucha por controlar los contagios y de reactivar la economía.
Las coplas tienen una historia y un proceso que se configura día a día, y también tienen sus propios actores y espacios.
El inicio
La conquista española trajo consigo toda la influencia de su continente y ayudó a la conformación de lo que hoy conocemos como “coplas tradicionales”.
La copla andaluza se adaptó perfectamente al tiempo del Warachikuy Incaico (pruebas de destreza), la Anata aimara (festividad de la época de lluvia), que expresaba sentimientos románticos entre hombres y mujeres a través del “taki” (canto).
El resultado de la interacción cultural fue creación de los matices de las coplas en Sudamérica.
Las fiestas en nuestra región están marcadas por el calendario agrícola (siembra,lluvias y cosecha), por lo que existen diferentes melodías y temáticas para cada temporada.
Las coplas
Las coplas carnavaleras en Cochabamba son hexásilabas (6 sílabas). Compuesta por una estrofa de cuatro versos, donde las dos primeras llamaríamos elementales, de perforación o provocación. Son una forma de trampolín, y son las que exponen un pensamiento que no siempre guarda relación con lo que ha de exponer en las siguientes.
Los otros dos versos o de fondo son las expresiones finales y en ellos se concretiza lo que trataba de decirle al contrincante. El verdadero contenido de la copla queda encerrada en los dos últimos versos.
La copla de carnaval tiene una estructura muy propia, como hemos señalado es una estrofa de cuatro versos hexásilabos, donde la rima es importante, que va entre el primero y tercero y el segundo con el cuarto verso. Pero normalmente se acostumbra manejar iguales terminaciones o rima entre la segunda y cuarta, ahí se demuestra la verdadera capacidad de improvisación del (a) coplero (a).
Las coplas presentadas son cosechas de copleros (as) de comunidades que son una verdadera antología del carnaval y muchas de ellas inspiraciones propias.
Preparación para el takipayanaku
Los carnavales en el valle de Cochabamba es una semana y va girando comunidad por comunidad, llegando a completar el mes entero.
Los preparativos van desde la comida, bebidas, músicos. Para iniciar el encuentro de coplas se visten con trajes muy vistosos, con una bolsa de mixtura, envueltos en serpentinas, algunos con globos, ejercitan algunas vueltas y el o la cabecilla instruye que deben repetir lo que él propone.
Después de comer un buen puchero, sobre la mesa están choclos, quesillos, papa wayk’u, bañador de huevos, k’allu, llajwa. Encima ch’allan y brindan con un tutumazo de chicha. Todos con buena “corajina”, empeñosos y con demasiado desborde de alegría, deciden salir por las calles.
Por detrás los músicos, acordeones, guitarras, charangos, quenas, mandolinas, bombos para tocar la típica tonada musical de carnaval.
Y en el camino nacen las coplas improvisadas, llenas de picardía e ingenio. Las víctimas principales son las autoridades, políticos, personajes principales, familias bien o mal vistas, posesionados frente a sus casas brotan los versos satíricos, cómicos y hasta insultativos. Porque en carnavales todo se soporta.
Aquí van algunas:
Este dirigente
no es nada correcto.
Nunca había visto
asno más perfecto.
Coimas y más coimas
rebalsa el bolsillo.
Este intendente
sinvergüenza pillo.
Eres la esperanza
Ay lindo Bom Bom.
Ahora Cochabamba
progreso y visión.
Los participantes se dividen en dos grupos: hombres y mujeres y empieza el contrapunto, cada uno con su propio grupo musical y aquí se va a saber quién es quién en el carnaval.
Regresando a la casa del pasante
Retornan a la casa del pasante, cansados y festejando los atrevimientos dichos. Un breve descanso entre jarras, copas, tutumas y la infaltable chicha en abundancia. ¡Salud!¡Salud!¡Viva el carnaval!
Continuamos con las coplas
La copla es algo vivo, que nace, crece y concluye y aparece en los pueblos del acervo auténtico y folklórico, se nutre del sentimiento popular, contagia, desarrolla humor, alegría, llena de enojos y desaparece en la memoria del pueblo,
La copla es resultado de múltiples visiones sobre una persona, lugar o situación especial, cuyos versos de composición, mezclan inspiraciones tratando de ser preciso y exacto cuando se trata de atacar al adversario, es mordaz y puntual, de todos modos, tiene una identidad valluna, un mundo creativo.
(*) El autor es historiador y tradicionalista.
APODOS EN LA COPLA
- Es el nombre que se da a una persona en vez de su verdadero nombre propio y principalmente hace referencia a algún defecto, cualidad o característica particular que le distingue de manera especial.
- Los apodos pueden ser en castellano, mezclado con otro idioma y particularmente con el quechua. Es el fiel reflejo de la picardía boliviana, expresada lleno de ingenio, picardía.
- El autor del apodo tiene tal capacidad que, con ojo de águila, describe en una frase lo que verdaderamente es el susodicho.