El Internet, la física cuántica y la obra de Jorge Luis Borges
Ayer se recordaron los 30 años de la muerte de Jorge Luis Borges, el autor argentino más erudito y con mayor influencia no sólo en la literatura, sino también en otros campos de las ciencias y hasta en el actual mundo virtual del Internet.
En diálogo con la agencia de noticias Télam --y que se reproduce en varios diarios--, el escritor y profesor de Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires, Martín Kohan, sostiene que “la imaginación de Borges, su figuración de libros incesantes y bibliotecas infinitas, anticipó Internet de manera asombrosa. Me parece incluso que anticipó una versión mejorada, porque la asoció con el azar y con el destino, más que con el divagar y el desperdicio de tiempo que tantas veces nos ocasiona”.
Según la agencia de noticias citada, que desarrolló estos días un intenso trabajo sobre la influencia del argentino, “la idea de que Borges anticipó Internet --planteada por diversos pensadores como Umberto Eco-- es desarrollada en el libro ‘Borges 2.0: From Text to Virtual Worlds’ (Borges 2.0: del texto a los mundos virtuales), donde la académica Perla Sassón-Henry explora la relación de sitios como Wikipedia, Youtube y los blogs con ciertos cuentos” de Borges.
En esta obra, Sassón-Henry “establece una serie de contactos entre los cuentos ‘El jardín de senderos que se bifurcan’ y ‘La biblioteca de Babel’, publicados en 1941, y la narrativa hipertextual que propone Internet”.
Según coinciden muchos expertos, Borges es uno de los pocos escritores que ha logrado atrapar a científicos y que incluso sus escritos han logrado influir en sus teorías.
“Es el supremo conciliador del lirismo con la precisión. Nadie combina como él, el rigor y la riqueza expresiva al hablar de las sutilezas del infinito, los enigmas del tiempo, las paradojas del mundo. Yo creo que es el escritor que todo científico quisiera ser”, dice a Télam el músico y físico Alberto Rojo, autor del libro “Borges y la física cuántica”.
Las simetrías entre “El jardín de senderos que se bifurcan” y su relación con las hipótesis que años más tarde formuló la física cuántica son ineludibles, así como la influencia de este relato sobre la obra del premio Nobel de Economía Herbert Simon.
80 ARTISTAS Y PENSADORES EVOCAN A BORGES
Buenos Aires/Efe.- 80 artistas e intelectuales y seis meses de preparación colmaron 18 salas, 2.900 metros cuadrados y tres pisos del Centro Cultural Kirchner (CCK) en Buenos Aires con fotografías, libros, obras de arte e instalaciones audiovisuales pertenecientes a coleccionistas, bibliotecas e instituciones que dan cuenta de distintas temáticas que el autor trató a lo largo de su carrera.
Las disciplinas que se abordan en la muestra incluyen la relación del autor con las letras; las artes; el atlas; el cine; la matemática y las ciencias, y el laberinto, una figura muy presente en su obra.
Entre las obras expuestas, Diana Aisenberg recuerda el último color que Borges pudo ver antes de quedarse completamente ciego, el amarillo, a través de una pizarra en donde las personas que visitan la muestra pueden escribir qué significa para ellas aquella tonalidad.
El ilustrador y humorista gráfico Liniers presenta dos tiras, y una de ellas recuerda la frase del autor “la solución del misterio siempre es inferior al misterio”, incluida en su cuento “Abenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto”, contenido en El Aleph (1949).
GINEBRA RINDE UN HOMENAJE AL ESCRITOR
En la ciudad suiza de Ginebra, donde Borges murió el 14 de junio de 1986 y donde yace enterrado, ayer se realizaron varios actos organizados por la Fundación Martin Bodmer. Este homenaje, que contó con la presencia de María Kodama, la polémica viuda del escritor argentino, contó con las disertaciones de Michel Butor “Los testimonios sobre Borges”; Michel Petroff
“Una biblioteca sin fin”, Edward Bizub “Borges y el enfoque de la literatura” y Bertrand Levy, “Borges y Ginebra”.
Para María Adela Renard, miembro de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges (con sede en Ginebra) e investigadora de su obra desde hace 40 años, el autor argentino es “un referente importantísimo” para la literatura universal y tanto en Argentina como en el resto del mundo goza de gran respeto, admiración y “un interés permanente por seguir leyéndolo”.
Para ella, Borges es como “un aleph”: un círculo en el que “confluyen muchas cosas”. Es por eso que cuando alguien entra en su obra, no vuelve a salir más porque él siempre te “dice algo más”.
La investigadora conoció al escritor a principios de los años 70, cuando atrapada por sus charlas y trabajos, se percató de que no existían análisis didácticos para acercar al público al escritor y a “ese universo tan maravilloso” que le había dado “tanto” a ella.